Música improvisada
Claudio Scimone le ha entregado su vida a la música barroca. Hace más de medio siglo su fijación estuvo en esas composiciones que quedaron un poco en el letargo de los años.
Así centró su investigación artística en esas partituras y acordes que luego sonarían en más de 82 países a cargo del grupo I Solisti Veneti. La agrupación, fundada en 1959 por Scimone, acaba de volver de Letonia y ahora regresa a Venezuela para compartir toda su tradición con los jóvenes talentos y engalanar la escena caraqueña. Todo en un mismo día: mañana.
«En este momento Caracas es una de las grandes capitales musicales del mundo. Gracias al trabajo del maestro José Antonio Abreu, que ha desarrollado El Sistema, un aporte social, educativo y cultural para el mundo», destacó via Skype el maestro italiano.
Desde hace más de treinta años conoce la idea de Abreu y considera que es un modelo a seguir. Sin embargo, «en Italia hay ciertas dificultades legislativas que obstaculizan la implementación de un programa similar al venezolano». Pero hay iniciativas que quizás lo cristalicen en una década.
Mientras tanto, gozan de las ejecuciones del barquisimetano Diego Matheuz como director principal de la Orquestra del Teatro La Fenice de Venecia. Allí, Scimone dirigió recientemente la primera ejecución mundial de la versión veneciana de Maometto II , de Gioachino Rossini.
AUTENTICA Y ACTUAL
«La música barroca tiene una gran cualidad: está escrita para ser improvisada. Se trata de música de primera adaptada a nuestros días. De esta manera, esta música siempre está viva, no es un cuerpo frío de los años 1600. Si es aburrida, no es autentica«.
Así describió el director de la escogencia de las partituras a las que colocan toda la maestría actual. Mañana en la mañana este será uno de los temas a tratar en la clase magistral dedicada a Antonio Vivaldi. En este taller, que durará dos horas y media, los italianos se alternarán con los estudiantes del Centro de Acción Social por la Música para interpretar esas piezas «sencillas y de contenido profundo».
Varias generaciones se han formado con Scimone. Para él la enseñanza en la que pone más énfasis a sus alumnos es la calidad del sonido, especialmente con las cuerdas, porque el sonido podría salir opaco, cuando un instrumento regala miles de matices.
VIRTUOSISMO DE LOS GRANDES
A las 5:00 pm, en el mismo lugar, I Solisti Veneti ofrecerá un concierto gratis que brindará al público el «virtuosismo y melodía de la música italiana y no se trata de un virtuosismo estéril, sino de uno que apunta a las capacidades artísticas», señaló el dueño de premios como el Grammy en Los Angeles, el Grand Prix du Disque de la Academia Charles Cros de París, el galardón concedido por la Académie du Disque Lyrique de París, la medalla Elisabeth Memorial en Londres y muchos otros.
Los compositores de las obras que se incluyen en el programa son Tomaso Albinone, Antonio Vivaldi, Niccolo Paganini, Giovani Botessini, Gioachino Rossini y Jean Batiste Arbán. Aunque usualmente la música barroca se toca con instrumentos antiguos, el repertorio será protagonizado por la mandolina, el contrabajo, el clarinete y el trombón. La razón radica en una convicción de Scimone: «No hay que apegarse demasiado a los manuales. Tocaremos como si esas piezas se hubiesen compuesto hoy».
