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2018: siempre y cuando…

La situación  política da margen para ser optimistas. La dictadura finalizará a más tardar a fines del 2018. Ya Maduro no podrá permanecer en el poder, incluso si sigue contando con el apoyo del general Padrino López y de  los magistrados sumisos del TSJ. Evidentemente el mandado no está hecho. Todo dependerá de la actuación de la oposición.
Del lado de los totalitarios se produjo un hecho inesperado cuando la Fiscal Luisa Ortega hizo graves denuncias y el usurpador Tarek Saab, siguiendo instrucciones de Maduro, decidió acusar de corrupción a 69 gerentes de Pdvsa, incluyendo a su presidente, al ministro de Energía y Petróleo y, recientemente, a Bernard  Mommer, la eminencia gris detrás de Alí Rodríguez y de Rafael Ramírez. Considerando la importancia de Pdvsa,  de que los acusados son todos rojos confesos y que fueron designados en esos altos cargos por Chávez y Maduro, sin duda que este hecho tendrá  repercusiones entre los “revolucionarios”.
Caben especulaciones sobre el por qué Miraflores decidió dar ese paso.  ¿Luchas entre mafias por el botín de Pdvsa? Puede ser. ¿Medida para intentar persuadir a sus pocos seguidores de que el gobierno no tolera la corrupción? Muy probable. Entendamos que el régimen se está ahogando y requiere una medida efectista para intentar disminuir el rechazo por parte de la población. Pocos se pueden tragar el cuento de que Saab es un santo adalid en contra de la corrupción. Desde hace años varias organizaciones y personalidades han denunciado el saqueo de Pdvsa y, sin embargo, los señalados siguieron haciendo de las suyas. Ahora, la desesperación los obligó a echar al foso a varios de los consentidos. Seguramente vendrán otros, pero ello no será suficiente para desviar la atención sobre la responsabilidad de Maduro, de sus ministros, del Contralor  y de los magistrados del TSJ.
Por otra parte,  la gente está hastiada de los problemas de escasez y del alto costo de la vida. La protesta es general y no hay general que pueda contenerla. Las excusas de sabotaje y de guerra económica para intentar justificar la falta de gasolina, de diesel, aceites lubricantes  gas de bombonas son no solo embustes, sino ridículas. Todos conocen que antes Venezuela exportaba  combustibles y productos refinados. La producción de cerdos y de aves abastecía la demanda interna. Es patético que Maduro diga que venían “dos grandes barcos cargados de perniles, pero que Portugal los saboteó”. ¿Qué pensará al respecto Alberto Cudemus, el rojo productor de cochinos, quien en el 2015 declaró que las importaciones de pernil no representaban ni el 5% de lo que se producía en el país?
La mesa está servida por el propio régimen para propiciar su salida. El empujón final  tiene que darlo la oposición.  El comunicado de Fin de Año de la Unidad Democrática es esperanzador. A la par de los logros en materia de apoyo exterior, reconoce que “la Unidad incurrió en errores y omisiones graves, que es necesario reconocer con humildad y objetividad”. Entre ellos, menciona la falla comunicacional, subestimar la estrategia de control electoral del régimen,   sobreestimación de la capacidad organizativa de la Unidad, no lograr posición unitaria en las elecciones de alcaldes y no acompañar al pueblo en sus quejas.
En el mencionado Comunicado, se comprometen a “a acompañar, interpretar y tratar de resolver las necesidades actuales y urgentes de las familias que sufren por esta terrible crisis humanitaria, reforzar la unidad interna y con el país, escogencia de un candidato presidencial unitario junto con una propuesta igualmente unitaria de acciones concretas de gobierno,  seguir explorando vías de negociación con respaldo internacional  e insistir en las banderas de que haya elecciones libres y transparentes, que se libere a la Asamblea Nacional, que suelten a todos los presos políticos y que haya comida para que la gente no muera de hambre”.
Consideramos que el Comunicado es impecable. Lamentablemente,  aparece suscrito en forma un tanto anónima. Aspiramos que todos los actores políticos del sector democrático lo firmen y que no se convierta en letra muerta. Si lo practican estamos seguros de que el régimen habrá llegado a su fin. Caso contrario el pueblo no perdonará otro engaño.  El 2018 será muy difícil desde el punto de vista de la economía. Los venezolanos tendrán dificultades para sobrevivir, el régimen no rectificará, pero se visualiza una solución, siempre y cuando la oposición cumpla lo prometido en su Comunicado del 29 de diciembre del 2017.
Como (había) en botica: Rafael Ramírez, acusado de corrupción por sus compañeros revolucionarios, ahora alega que durante doce años advirtió de los errores que se estaban cometiendo y que en Venezuela se viola la Constitución al condenar por TV y no presumir la inocencia.  ¿Acaso él no practicó y avaló esos procedimientos, ofreciendo sacar a carajazos de Pdvsa a quien no fuese rojo-rojito? ? ¿Por qué en una oficina pequeña de Pdvsa en Viena el jefe era Mommer y también trabajaba su esposa, igualmente acusada de corrupta? Mommer mató la Orimulsión y muchos dicen que fue por “intereses creados”. El valiente sindicalista Iván Freites tuvo que salir del país porque el régimen pretendía apresarlo por sus denuncias sobre el grave deterioro de las refinerías ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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