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¿Altos mandos militares se salvarán de penas severas?

¿Qué puede decirse sobre este régimen que no haya sido ya dicho hace  una semana o una década, como para despertar algún interés en alguien dispuesto a enterarse?

Lo realmente nuevo,  es que ahora sabemos que hay gobiernos como el de USA, mucho más enterado que el promedio de nuestros ciudadanos, sobre las colosales tropelías del régimen  chavista,  coludido, socio, uña y mugre del terrorismo fanático islamista y del narcotráfico de las FARC y el narco lavado con su plan de apoderarse del poder colombiano, que  cuenta con el apoyo total de esta casta de hampones que dirige nuestra pobre nación, llevándola si lo permiten sus FAN, a su disolución como Estado civilizado.

Sé que repito argumentos pero no hay demasiadas maneras para volver a intentar persuadir a la oficialidad de las FAN que están condenadas a resolver este tema,  de la existencia misma de la república, por cuanto si no lo asumen serán a su vez  presas de las fuerzas centrífugas que  dinamitarán su unidad interna,  llevándolas a  una guerra fratricida.

¿Creen acaso los oficiales superiores, con responsabilidades de mando y que se supone algo estudiaron, que  sus astucias personales de arribistas,  les pueda evitar sumergirse en la primera línea  que sucumba en este proceso de estallido político, social Y MILITAR,  aspirando  por supuesto «pasar agachados»?

Imagino que la psiquis de este tipo de personajes  funciona con el mismo mecanismo de los drogadictos contritos, que al  verse convertidos en guiñapo humanoide sin embargo apelan — justo antes de inyectarse la nueva dosis,  más letal aun que las anteriores–  a un último reflejo de auto-conservación y se dicen a sí mismos: «esta es la última vez».

Como se sabe,  ese es el mismo mecanismo que tiene el hampón que asalta a mano armada, o el asesino en serie: siempre creen que tienen una  última oportunidad de salir ilesos.  Y efectivamente ese puede ser el caso de muchos de quienes en el ámbito militar pidan a tiempo la baja, emigren o se entierren en el anonimato.

Solo que si han cometido delitos y  acumularon bienes de fortuna, como se conoce también, es por supuesto lógico que su adicción tenga  muchos mayores motivos para reincidir y  sublimar en su propia psiquis  toda auto-censura.

El delincuente y/o  el adicto casi siempre optan por creerse más astutos y es eso lo que les pierde  de forma irremediable. Una última dosis, un último millón, un último embarque y ya, un último ajusticiamiento de banda rival y no sigo, una última mentira, un último discurso sobre la ética y la lealtad al comandante eterno Etc.

En  la realidad lo que ha ocurrido desde hace años,  es que por los altos mandos han desfilado los que quedaron impunes y hasta hoy, indemnes, ricos y para ellos felizmente olvidados. «Me la comí se habrán dicho».

Sin embargo el grave problema para ellos, es que una parte de los venezolanos, que no entraré  a cuantificar,  SI TENEMOS MEMORIA  y  mediante acciones de derecho o de hecho, haremos que todo bicharraco, más aun si portó uniforme militar y se valió de su condición para delinquir, pague sus ilegalidades y depredaciones  en proporción a sus delitos de «lesa humanidad» de «lesa patria» o como simples  hampones, porque NINGUNO de estos delitos prescribe y si  fuese necesario acrecentar  aún más las penas,  pues eso se hará, porque así como la historia la escriben los vencedores, las nuevas reglas, contra el malandraje usurpando funciones de estado, las establecerán los honorables que rehagan esta república y seguramente  tendrán meridianamente claro que habrá de  generarse  un escarmiento tal,  que quedarán cincelados en la memoria colectiva,   y como estigmas,  los delincuentes y sus delitos,  a manera de escarmiento para los que ejerzan funciones  públicas en el futuro.

El problema  para una sociedad no son los «robagallinas» que tantos había en la Cuarta, el problema son los grandes delincuentes de los que había solo algunos miles en el viejo régimen pero que  ahora se cuentan por decenas de miles, con fortunas amasadas en millones de dólares, muchos con centenares de millones y algunos con BILLONES de dólares, lo que les garantiza podrirse en la cárcel y quedar «limpios de a guáimaro»,  ellos, sus familias y testaferros, no por sus nexos consanguíneos u otras  afinidades, sino porque será fácil demostrar lo poco probable de pasar de familia «pata en el suelo» a milmillonarios de un solo,  salto en breves periodos de tiempo y para eso siempre habrá testigos que lo demuestren,  sobre todo entre los afectados por las depredaciones, cuando se ejercieron contra personas o bienes públicos con «dolientes».

No diré nada escandaloso si admito que es muy probable que dada la generalización de los daños y su cuantía tan descomunal,  se pueda inaugurar en Venezuela la aplicación de algún aspecto del sistema jurídico y de investigación criminal de Estados Unidos, que contempla la disminución de penas a quienes delaten a los más altos delincuentes,  con  el sistema  los testigos protegidos  o incluso con compensaciones  por delación (como en Colombia y la DEA) de manera de ir siempre a la inversa de lo habitual en Venezuela donde se salvan los peces gordos  y pagan los más pequeños o pendejos.

Y todo esto debe ser acompañado por nuevo sistema  judicial arbitrado por normas  donde la connivencia para solventar situaciones judiciales bajo soborno,  deberán  implicar penas de prisión y multas  exorbitantes para todo juez o fiscal cómplice con los delincuentes.

Si logramos que algunas decenas de jueces paguen más años de cárcel que sus defendidos solventados por tráfico de influencia o sobornos que anulen sus medidas judiciales, empezará a mermar aceleradamente la impunidad policial o judicial.

Los primeros delincuentes en nuestro país  tienen altos cargos judiciales, ministeriales, policiales y militares. No estamos diciendo que se anule el debido proceso, ni el derecho a la defensa e incluso los derechos de los delincuentes, estamos diciendo sencillamente que estos no pueden seguir siendo amparados bajo sobornos y prevaricación policial y/o judicial.

¿Alguien tiene una idea mejor que la extradición, penas máximas, incautación de todos sus bienes,  para hacer posible que paguen sus fechorías en el futuro inmediato los grandes delincuentes como Diosdado Cabello, Rafael Ramírez, Cilia Flores y los hermanos e hijas de Chávez,  para  colocar solo los máximos símbolos, de toda la oligarquía roja que deben  ser despojados de TODOS sus bienes y pagar cárcel?

¿Se comprende entonces cual es la razón por  la que los altos mandos militares  se mantienen firmes al lado de Maduro, Diosdado y Padrino López?

Si la MUD hiciera esta campaña prometiendo el fin de la impunidad,  por supuesto deja de ser socia del régimen.

Chávez desde  inicios del 1999  resolvió no juzgar los supuestos o reales delitos de los altos personeros y empresarios de la Cuarta. Sencillamente los hizo socios a muchos de ellos. Esa tradición de perdonar al funcionario ladrón saliente,  para que este quedando con «rabo de paja» tolere la gran corrupción que sigue, deberá ser sustituida NO por una orgia de persecuciones,  pero mucho ha de hacerse para no seguir bajo la maldición de que todo político o burócrata gubernamental es ladrón y todo empresario que tenga mucho o poco que ver con el estado es guisador.

http://www.albertofranceschi.com

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