Amenazas sobre la región
Isaías A. Márquez Díaz
Aparte de vox populi, ya constituye un hecho consumado la intervención masiva de Cuba en Venezuela, proyecto que forjó Hugo Chávez, al cual dio inicio en 2000, mediante el Convenio de Salud Cuba-Venezuela, a través del despliegue de médicos cubanos por todo el país, quienes, entre otras cosas, evaluaban a pacientes venezolanos a fin de atenderles en la isla con la oferta capciosa de cura radical ante una medicina precaria. Pero, en el fondo, la finalidad era halagar al “paciente beneficiario” con un paseíto por la isla, pagadero mediante suministro de petróleo, cuyo volumen ascendió al 1/10/2015 a unos 1503835 barrilles, equivalentes a unos 4726401,82 dólares, financiado a un siete por ciento, compensables, además, con las deudas que PDVSA petróleos, S. A. tenga con CUVENPETROL, S. A., provenientes de sus compras a la fecha de corte al 31/10/2015, según acta Nº 72-2015 de fecha 18/12/2015. De esta forma, Chávez y Castro saquearon, inmisericordemente, a la nación venezolana, hoy en carraplana.
Y, es así, cómo Venezuela ostenta, hoy día, una constitución comunista, un régimen estalinista, así como una crisis sociopolítica evidente mediante hiperinflación, éxodo y miseria, aun cuando posee las mayores reservas energéticas probadas a escala mundial. Aún así, el demonio castrocubano continúa al acecho y no cesa en su avidez ya que el objetivo aciago consiste en llevar semejante bodrio ideológico por toda Sudamérica, a cualquier costo ya que según Maquiavelo, “el fin justifica los medios”, porque tal proyecto desfasado hay que imponerlo a la cañona, o las almas de sus hacedores se retorcerán dondequiera estén purgando por los daños harto irreversibles provocados.
China y Rusia constituyen, también, amenazas de peso; China, porque su influencia económica sobre Latinoamérica nos hace proclive a una pérdida de soberanía en los países que considera aliados. Por otra parte, Rusia, por el envío de tropas y aviones Illushin II 62 M a Venezuela de parte del Kremlin, cuya justificación “para honrar contratos militares” es objetable.
Trátase de una problemática geopolítica debido a nuestros recursos naturales a lo que favorece nuestra posición estratégica; sobre todo, la fachada atlántica, puerta de acceso a Guayana, emporio natural que proporciona insumos para algunos fines non sanctos.
