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Cambridge Analítica II

Miguel Méndez Rodulfo

Cambridge Analítica, acaba de declararse en bancarrota, cerrando definitivamente sus operaciones, en un intento por acallar el escándalo y eludir la justicia. La compañía argumentó que los motivos de su cierre fueron: “Numerosas acusaciones infundadas y el asedio de la cobertura mediática que se ha llevado virtualmente a todos los clientes y proveedores de la compañía». La firma señaló que ha sido «vilipendiada por actividades que no sólo son legales, sino también ampliamente aceptadas como un componente estándar de la publicidad en línea, tanto en al área política como en la comercial». Argumentos cínicos que esconden un legado de noticias falsas y la manipulación del elector en términos nunca antes vistos. En una clásica jugada, CA quiere reaparecer ahora como Emerdata, haciendo las mismas marramucias, pero con otro nombre. Ahora sabemos por declaraciones de Zuckerberg ante el Congreso de Estados Unidos, que la consultora británica accedió a información de 87 millones de usuarios, no de 50 MM como se dijo al principio. CA se definía a sí misma como “el poder del big data y los análisis psicográficos en los procesos electorales”. En virtud de ello usó el análisis de datos de las redes sociales para mover la perspectiva humana de las personas, en ciertos tópicos específicos.

Conociendo los miedos, necesidades, emociones y sentimientos de los votantes, en forma individual y precisa (a partir de la data obtenida de Facebook y del desarrollo de poderosos algoritmos) CA pudo manipular a los indecisos y descontentos con el sistema, en aquellos estados de alto desempleo, factor causado por el avance tecnológico y la consecuente automatización de procesos, así como por los efectos de la globalización (cierre de fábricas en USA y su reapertura en China). Estos desempleados culpaban a Washington de no hacer nada por ellos y en su cólera eran presa fácil de campañas de desinformación basadas en noticias falsas y en teorías de conspiración, las cuales eran replicadas por el candidato republicano y por su comando de campaña, dándoles una aparente veracidad, que confirmaba lo que esta gente recibía como mensaje directo en su Facebook. Se dijo, por ejemplo, que Hillary tenía una pizzería que era una mampara para encubrir un negocio de trata de niños. Que Obama había conformado un ejército secreto que allanaría sus residencias para confiscar las armas de fuego que poseían, etc. Estos mensajes se enviaron a través de ProtonMail, tecnología que remite mensajes encriptados que luego se borran, sin dejar rastro. El caso es que la big data puede hacer ganador a cualquier candidato porque es una campaña a la medida, con mensajes diseñados en forma individual, lo que permite que tengan mejor receptividad.

CA, para la campaña presidencias de USA 2016, logró hacer alianza con el hermano de Betsy DeVos, actual Secretaria de Trabajo del gabinete de Trump, para obtener data de personas afiliadas a la seguridad social, y también con un banco ruso que poseía una buena base de datos de los cotizantes a ese mismo servicio público de protección. Estos contactos los promovió Steve Bannon junto con el círculo íntimo de la familia Trump. Esta apropiación de datos es ilegal. De allí la investigación dirigida por un fiscal especial y la demanda del Partido Demócrata. A pesar de las numerosas investigaciones contra CA en Estados Unidos, la denuncia de uno de sus ejecutivos, Christopher Wylie, fue el primer gran golpe contra la consultora; en efecto, este personaje fue quien diseñó el arsenal de ciberguerra de la nueva ultraderecha americana, para luego desencantarse y encontrar toxico el ambiente de trabajo creado por  Alexander Nix y Bannon. Wylie creó una enorme base de datos de ciudadanos, en parte recogida ilegalmente, que generó un grave riesgo al borrar las fronteras entre vigilancia doméstica e investigación de mercado convencional. En otro gran trancazo a CA se lo propinó la investigación periodística, realizada durante 4 meses, por Channel Four News; Nix creyendo que se trataba de un potencial cliente de Sri Lanka, abundó en detalles de la guerra sucia y de la manipulación de electores mediante el engaño y la mentira. A Nix lo grabaron en audio y video y eso le costó el puesto. Luego vendría la debacle completa.

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