¿Candidatos a la Presidencia?

Carlos Armando Figueredo15 noviembre, 2017

El año que viene, en diciembre, o antes, habrá elección presidencial. Esto lo tienen en mente muchos aspirantes, dentro y fuera de la MUD y están dirigiendo todas sus acciones, públicas y privadas, con el fundamental deseo de sentarse en el sillón de Miraflores. Es bueno que sepan todos aspirantes que ninguno de ellos está calificado para ser presidente en una época que es de transición y que va a requerir mucho diálogo y consenso no solo entre quienes están en la oposición, sino también entre Tirios y Troyanos.

Quienes hasta ahora pretenden ser “candidatos de la unidad” lo son en realidad de la desunión y si queremos sacar a Venezuela del caos en el que se halla, es necesario que renuncien a sus ambiciones. La MUD, que para lo que más ha servido ha sido lograr candidaturas unitarias, entre las cuales las de las elecciones parlamentarias que le dieron a la oposición una mayoría de las dos terceras partes de los curules de la Asamblea Nacional, debe ejercer todos sus esfuerzos para lograr que todos aspirantes a quienes me refiero, en un acto público solemne, manifiesten su voluntad de no postularse como candidatos a la presidencia, añadiendo que se van a meter de lleno, junto con la MUD y la sociedad civil, a buscar un candidato que no se pueda objetar, que reúna las condiciones necesarias para impulsar el retorno a la democracia, para salir de ese “Paraíso Perdido”, del que nos hablaba John Milton, que Venezuela perdió en 1999, y que puede regresar, tal como lo expuso Torquato Tasso en su “Jerusalén Liberada” con la unión de los venezolanos, tal como fue la de los cristianos según Tasso, pero sin guerra y violencia.

Son muchos aspirantes que creen que deben ser presidentes, ya sea porque aleguen muchos años luchando en política, porque pretendan que, mejor que nadie, conocen la realidad del país, porque hace falta que, por primera vez, haya una mujer presidente, porque su alegada experiencia en Naciones Unidas es credencial para optar a la jefatura del Estado, porque no sería objetado por el PSUV, por el hecho de que su muy buena actuación como gobernador o alcalde anuncia que podría repetirse en Miraflores.

Me limito a señalar los nombres de algunos aspirantes que encuadran dentro de las pretensiones arriba citadas, que no tienen el perfil necesario para ser presidente de transición, aunque tal vez podrían ser candidatos en el futuro, cuando la democracia se haya asentado, compitiendo libremente los unos con los otros: