Carnavales, con circo, pero sin pan
Los carnavales tienen un origen pagano como celebración al dios Baco, el del vino.
En nuestro país fueron célebres y muy animadas estas celebraciones, allá por los años cincuenta y sesenta, en las que participaban grandes orquestas cubanas como la sonora Matancera, Aragón y muchas otras, por el lado nuestro se disputaban la audiencia en los grandes clubes capitalinos la Billo’s y los Melódicos.
Esos eran tiempos en los que en Venezuela no había ni inflación, ni inseguridad, y se estaba en plena transición democrática.
Había circo pero no faltaba pan. Ahora, con la crisis que aflige a la gran mayoría de los venezolanos que encuentran difícil llevar una vida normal en la que los recursos alcancen para satisfacer las necesidades básicas, luce inadecuado suspender la mayor parte de las actividades productivas y, peor aún, gastar millones de bolívares para distraer a la población, sin resolver la escasez de alimentos y medicinas que no consiguen comprar una gran cantidad de familias de nuestro país .
Es hora que tomemos en serio que para superar la crisis hay que trabajar y no promover un eterno bonche.
El país requiere producir y no festejar hasta que podamos recuperar las condiciones básicas para la recuperación económica y la paz social.