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Cuando el dólar salta el bolsillo tiembla

El viernes 30 de agosto a las seis de la tarde como ya es costumbre, Nicolás Maduro abusando de la usurpación del poder encadenó la radio y la televisión para hablar mas de lo mismo que ya los venezolanos de tanto escucharlo se lo saben de memoria, como es la ración de peste contra el gobierno de EEUU y algunos de sus funcionarios, y responsabilizarlo de todos los males que sufrimos en Venezuela, esta vez la perorata interminable fue con el agregado de alabanzas y templadera de mecates para los imperios chinos y rusos como modelos a seguir.

Igualmente, así como las cadenas siempre son para atacar al gobierno estadounidense y culparlo de todos los males de la tierra y acusar a la oposición democrática venezolana de ser su cómplice, siempre tienen un objetivo puntual para intentar de tapar alguna olla podrida. Pues bien, el lunes 26 de agosto 2019 PDVSA por no tener dólares disponibles, comenzó a pagar deudas vencidas a los proveedores en bolívares electrónicos “fabricados” por el Banco Central de Venezuela, que es la forma que tiene el régimen para financiar a la que fuera una las petroleras mas importantes del mundo antes de que llegara la peste roja a Venezuela.

Pero, como a las empresas proveedoras de PDVSA no les sirve para nada los bolívares electrónicos devaluados “fabricados por el Banco Central de Venezuela, inmediatamente salieron a comprar dólares en el mercado negro que es la única parte donde hay, porque el régimen tiene mas de dos años que no hace subastas para venderlos. Por supuesto que cuando el mercado negro de dólares tiene exceso de compradores la divisa automáticamente comienza a subir de precio, y fue así como el lunes 26 de agosto el precio del dólar estaba en 15 mil bolívares soberanos, el viernes 29 del mismo mes, cuatro días después, cerró por encima de 26 mil bolívares.

En ese sentido es importante acotar que en esas operaciones de compra-venta de dólares pudiera estar funcionando una especie de lavadora y blanqueo de capitales sucios. Si el régimen que es quien tiene el monopolio de las divisas que entran legalmente al país no está subastando, entonces esos dólares que se están comprando con los bolívares electrónicos “fabricados” por el Banco Central de Venezuela, pudieran estar viniendo del narcotráfico que es la única “industria” que los puede producir a través de sus actividades criminales y que tanto daño producen a la juventud venezolana y de otros países.

Mucha gente puede preguntar como puede ser posible eso del blanqueo de capitales. Pues bien, a pesar del control de cambios establecido por el intergaláctico en 2003, el régimen de Maduro autorizó la compra y venta de dólares en los bancos comerciales y todo el que los tenga en su poder también puede negociarlos en el mercado paralelo como si fuesen chorizos, la operación pudiera convertirse en una triangulación donde los posibles dólares sucios compran los bolívares electrónicos que PDVSA paga a los proveedores, y luego con esos mismos bolívares electrónicos compran dólares en las mesas de cambio que funcionan en los bancos comerciales legalmente, y al final del dia todo queda blanquito.

Pero como en todo negocio sucio la idea es que todos ganen, en este de compra-venta de dólares ganan vendedores y compradores porque al final del dia todas las operaciones fueron legales. Sin embargo, con esas operaciones el gran perdedor es la gran mayoría del pueblo venezolano cuyos salarios son cancelados en bolívares, que cada vez que el dólar pega un salto, los precios de todos los productos, alimenticios y otros rubros, también saltan pero a un ritmo mayor, no solo por el salto del dólar sino también por la dosis de especulación que aplican algunos comerciantes amparados por el manto de la impunidad y falta de un organismo que controle y meta en cinturas a estos delincuentes disfrazados de comerciantes.

Por eso la carne de res que el lunes 26 de agosto el kilo costaba 30 mil bolívares, el viernes 30, cuatro días después, se montó en setenta mil bolívares. Lo mismo ocurrió con el pollo que costaba 25 mil bolívares el kilo y el viernes 30 cerró por encima de cincuenta mil soberanos. El salario mínimo de 40 mil bolívares que representaban tres dólares, se ubicó por debajo de dos dólares y aunque al momento de cerrar esta columna el dólar bajó un pelo los precios siguen subiendo. Sin embargo, para el régimen madurista esa vaina no es preocupante, para ellos lo importante es echarle la culpa al imperio por las sanciones a los corruptos y acusar a la oposición democrática de ser cómplice. El pueblo que se joda.

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