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Décimo séptimo collage sobre Rómulo Betancourt

(Elección de Concejos Municipales y de Asambleas Legislativas en 1944)

El 22 de octubre de 1944 se realizaron elecciones de concejales en el Distrito Federal y de concejales y de diputados a las Asambleas Legislativas en los Estados Apure, Aragua, Bolívar, Guárico, Mérida, Trujillo y Zulia. En el Collage anterior señalé que los comunistas, que para entonces actuaban teniendo como fachada legal el nombre de Unión Popular Venezolana, participaron en alianza con el partido oficial, el PDV, en esas elecciones. En efecto, en el análisis de éstas que hace Patricia Soteldo Rojas, expresa: “De gran significación política serán estas elecciones: el partido de gobierno, al dar a conocer su lista de candidatos a concejales, también incitará el apoyo de los candidatos de Unión Popular en algunas parroquias caraqueñas” (1). Esas parroquias caraqueñas en las que el PDV excitaba a sus militantes a apoyar los candidatos de Unión Popular Venezolana fueron cuatro: San Agustín, Candelaria, El Valle y San José. Según el pacto, en las parroquias del Distrito Federal en las cuales Unión Popular lanzara candidatos, no lanzaría a su vez el PDV, y viceversa. Y así ocurrió. El historiador Ramón J. Velásquez interpretó esa alianza, así: “La determinación del PDV aparentemente audaz e inconcebible para el sector lopecista del mismo partido, responde en realidad a la línea de acercamiento y entendimiento con los partidos comunistas de América Latina que la Casa Blanca ha aconsejado en razón de las condiciones en que se desarrolla la lucha por el predominio mundial” (2).

En el mes de junio se descubre un escandaloso fraude, en el proceso de inscripción de votantes correspondiente al Distrito Federal, mediante la expedición irregular de carnets electorales, es decir, una cedulación que se efectuaba al margen de las normas legales. El protagonista principal de la actividdad delictuosa fue el pedevista Avelino Sánchez, quien tenía a tal fin, una oficina que se encontraba ubicada entre las esquinas de Conde a Piñango de Caracas, y confesó que seguía instrucciones del Secretario General de la Gobernación del Distrito Federal, Laureano Vallenilla Lanz (hijo). Raúl Leoni hizo la denuncia ante el Juez Tercero de Parroquia del Distrito Federal.

En la sesión de la Cámara de Diputados del día 30 de junio de ese año 1944, Andrés Eloy Blanco, al referirse al vergonzoso suceso, pronuncia un discurso memorable, que comenzó diciendo: “El hecho ocurrido ayer constituye una derrota en la lucha venezolana por la democracia”, y luego, evocando la parábola bíblica del trigo y la cizaña, sugiere la posibilidad de que haya infiltraciones en el PDV y dentro de los organismos del Gobierno encargados de velar por la pureza electoral, al afirmar: “Hombres de la minoría parlamentaria estamos aquí frente al PDV en una hora dolorosa para él, pero en una hora dolorosa para el espíritu nacional, y allí frente a ese panorama yo contemplo el campo de ese partido, y así como vengo aquí a pedir la implacable persecución de la cizaña, tengo que comenzar por proclamar la presencia de nobles espigas en ese campo. No son los Pastor Oropeza, ni los Manuel Egaña, ni los José Antonio Marturet, ni los Joaquín Gabaldón, ni muchos otros, los que van a respaldar con toda una vida limpia una infamia electoral” (3).

A causa del fraude descubierto, el Comité Ejecutivo Nacional de Acción Democrática emitió un comunicado público el 1° de julio (1944), pidiendo, en vista de que el proceso de inscripciones electorales no le inspiraba ninguna confianza al país, la reforma de la Ley de Censo Electoral y de Elecciones, y que entretanto, se reorganizaran las Juntas de Inscripción y Votación, incluyendo en su composición  a ciudadanos de filiación diferente a la del Partido Oficial. Por su parte, Rómulo Betancourt, a menos de un mes de la votación electoral, pronunció un discurso el 21 de septiembre (1944) en un mitin celebrado en el Circo Metropolitano de Caracas, en el que recordó que los comunistas habían publicado el 2 de julio de 1944 un manifiesto solicitando, por considerarlo amañado, la nulidad absoluta del censo electoral, y que ahora ya no combate el fraude, “sino que se ha embarcado en la aventura de utilizar esos votos fraudulentos, amasados en una cocina de la cual era Avelino apenas un pinche secundario, para pretender llegar como sobre andas al mullido regazo de cuatro curules municipales” (4).

Tal como estaba programado, las elecciones tuvieron lugar el 22 de octubre (1944). La alianza PDV-Unión Popular Venezolana (comunistas) ganó en el Distrito Federal en 19 parroquias, y Acción Democrática sólo gano en tres: San Agustín, Sucre y La Pastora. En un artículo, titulado “Y qué elecciones…”, publicado en el diario El País el 27 de octubre (1944), Betancourt, expresa que en el Distrito capital de la República, “apenas el CUATRO POR CIENTO de la población concurrió a las urnas”, unos 17.000 electores, como consecuencia de que no votaban los analfabetas, no votaban las mujeres (200.000 vivían en el Distrito Federal), y sólo podían votar los hombres mayores de 21 años de edad. De allí que diga el fundador de AD que “los concejales electos –oficialistas o de la oposición- no encarnan, por tal circunstancia, la voluntad del electorado, la voluntad de la ciudadanía” y que sólo “son personeros de una representación que les ha otorgado apenas cuatro de cada cien habitantes de las parroquias que los eligieron, y sin descontar los votos emitidos por los muertos y los de ciudadanos sólo existentes en la imaginaión bribonzuela de los cocinadores de fraudes” (5).

Rómulo Betancourt, quien fue el candidato de Acción Democrática por la parroquia San Agustín, derrotó a Rodolfo Quintero, candidato de los comunistas de Unión Popular en alianza con el PDV. Yo seguí personalmente de cerca esa campaña, porque había llegado a esa parroquia cuando me vine a Caracas para continuar mis estudios de bachillerato. Era un muchacho que comenzaba a cursar el 4° año de secundaria en el Liceo Fermín Toro. Creo haber asistido a todas las concentraciones públicas que realizó Betancourt en promoción de su candidatura. Fue un tiempo inolvidable.

1) Patricia Soteldo Rojas. Antología Política, Fundación Rómulo Betancourt, Volumen Tercero 1941-1945, página114.

2) Ramón J. Velásquez. “Aspectos de la evolución política de Venezuela en el último medio siglo”. Venezuela Moderna 1926-1976, página 51. Fundación Eugenio Mendoza.

3) Andrés Eloy Blanco, Parlamentario. Publicaciones del Congreso de la República. Tomo I, páginas 525-526, 528-529.

4) Rómulo Betancourt. Discurso del 21 de septiembre de 1944 en el Circo Metropolitano de Caracas. Antología Política, Fundación Rómulo Betancourt, Volumen Tercero 1941-1945, página 503.

5) Rómulo Betancourt. Antología Política, Fundación Rómulo Betancourt. Volumen Tercero, artículo titulado “Y qué elecciones…”, página 514-515.

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