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Del 18O al 4F

“Betancourt hizo más por Venezuela que Bolívar…” así habló una dama con altos éxitos, si tales éxitos se miden por los cargos, puestos, funciones que se alcanzan; en ese entonces, ella era decana de una importante facultad de LUZ, y yo el mismo que ahora soy, sin mas, por lo cual sigo en mi reconocimiento a esa gente, no se si los envidio, no se, admiro a los alcaldes, gobernadores, rectores, decanos, por cuanto pueden hacer y suelo detestar lo que hacen y desconozco si me impulsan muchos más instintos, pero profeso casi adoración a esos gerentes que sembraron su existencia en la memoria imborrable de bellas damas, en gozosa, placentera emulación sexófila a David o Salomón repletos sus dominios de jardines de bellísimas féminas o a Picasso en la plenitud de su reino dionisíaco y me asomo a mis espacios vacíos y concluyo que no he tenido éxitos, y tal como mi psiquiatra sentencia, a esos seres, a unos mas que a otros, los veo de esa manera, por mis frustraciones, pues jamás pude ser como son ellos, y me refugio en la realidad, presumo que para consolarme, y la realidad es mas rica que las todas teorías, así entonces, qué mejor éxito que el de Maduro, presidente y qué fracaso el de Uslar que no alcanzó su proyecto de sembrar el petróleo y para ello más que ser presidente necesitaba la consciencia de todos y, sobre todo, un algo de razón en el Poder; cuánto el éxito el de Franco y qué fracaso el de Miguel Hernández, Lorca o Machado, pues bien, ante mi cara de sorpresa, aturdimiento, porque yo hasta ese día creía, como me enseñaran mis padres, la abuela y mi maestro Don Rafael, que el tal Bolívar era alguien de alguna trascendencia, loco tal vez, pero en fin loco bueno, que piensa siempre hacer el bien y arriesga todo por hacerlo, quizá se fijó en mis ojos de escéptico pero, con la prudencia de quien como yo tiene mucho respeto, admiración por quienes por sus méritos han llegado muy lejos, me retiré, di un beso en la mejilla con la timidez que provoca tocar lo inalcanzable. Digo mejor, con el temor de besar a un ser con éxito y uno se consuela contemplándolo y en el anhelo de, como ellos, alcanzar el éxito.

Iba concluyendo un Padre Nuestro, qué imbécil había sido yo hasta ese momento. Bueno, perdone lector mi insinceridad, la constante prosigue y, apenas me decidía a entonar el Credo, era lo único que quedaba de mis dogmas espirituales y probablemente sin caer en cuenta, seguía sin mirar atrás, no quería que mi historia me convirtiera en estatua de sal, como ocurrió a la mujer de Lot, castigada por Dios para que no se llevara el vil pasado en su conciencia, cuando la clarinada de su voz me detuvo, “un dato más, a Betancourt debemos las mujeres el derecho al voto, mucho antes de que los suizos lo permitieran, y, ponga buena atención, Betancourt fue quien por decreto devolvió al Zulia a su universidad, cerrada por la barbarie gocha”. Y enfática concluyó, “eso es parte de la gloria inmarcesible de la más imperante revolución que ha habido en Venezuela, en toda América: la Revolución del 18 de Octubre”

Convencido de tanto saber de esa dama y de contemplador de tan bella anatomía eché a andar alegre, no rezaba, cantaba el himno de Acción Democrática. Dos ilustres maestros lo crearon para que nunca se fuera, aun cuando pudiera desaparecer el partido, tal cual parece que ocurrió cuando se fueron ellos, Andrés Eloy Blanco y Inocente Carreño. Yo solía traicionar la melodía con la Marsellesa, que me la enseñaron unos curas eruditos eudistas, probablemente comprometidos con los curas obreros de Paris y alguno de entre ellos profeta del venidero mundo gay, lo amargo cruel del celibato, lo dubitable del aborto y la eutanasia y la comprensión del adulterio, no del típico, de ese que se esconde desnudo bajo las sombras del ocultamiento, jugando entre las piernas hasta alcanzar el monte de Venus como poemas que vuelan de la cimas inhiestas de los Andes hasta el solaz del arrullo de la mar en conticinio sino del general, según lo anunciado por el verbo adulterar que, en definitiva, no es mas ni menos que deformar, tergiversar, engañar mediante la manipulación de la verdad y unas traiciones más, inconfesables para evitar divorcios, crímenes y mentirle a Dios.

Una revolución era algo único, un hecho histórico, aprendí a decir sin saber qué es eso pero suena bien, pues, me dijeron que cambiaba, superaba lo que constituía un obstáculo para el buen vivir o un límite muy serio a la libertad, como son las dictaduras y los dogmas, a manera de sencillo ejemplo. Sabía, por mi bien oír a mi maestro, Don Rafael, que eso de llamar revolución científica o industrial era, mas que momentos, procesos que cambiaban la historia, la visión y concepción del mundo y, quizá, sin proponérselo, cambiaban al hombre y lo hacían otro, siendo mucho del mismo. Y mi maestro se solazaba, la revolución copernicana, galileo newtoniana… la revolución industrial, la revolución francesa, las revoluciones en el arte, la independencia de los Estados Unidos, y mas y más ejemplos, que yo aún no podía vislumbrar su sentido y que ahora he querido entender para comprender esto que, a esta altura, me pesa más que pasa, la revolución del chavemadurismo en manos de los mazazos de Diosdado. Cosa distinta son las reformas, decía, y citaba la Reforma que intentó Lutero. Las reformas no cambian las sustancias, las esencias, los fundamentos, por eso duran y perduran, pueden seguir haciéndose per omnia saecula saeculorum y nunca pasa nada. La mujer y los políticos viven en constante reforma, pero nunca cambian, las primeras se reforman en función de la belleza para mejor poder y los políticos para alcanzar y mantenerse en el Poder. Y el Poder y la Mujer son idénticos… todo lo que el varón y algún barón hacen motivado e impelido está a conquistar a la mujer y a hacerse del Poder. Hablaba así mi maestro Don Rafael!

Todo iba para mí bien, con las enseñanzas que, en síntesis, quedaron delatadas arriba, hasta que llegó Chávez Frías. Ya mi ignorancia estaba colmada de sabiduría con la definición de revolución y reforma y sus analogías y distinciones, pero… Ay! Chávez, con él me pasó lo que tanto me emocionaba con las narraciones de Papaito Candal, Y Mañana! tal mi amor por el futbol no dormía pensando en el juego que vendrá. Y qué hiciste papaíto, cuando se perdía un gol y vino Hugo Rafael, anunciado, no duden, por algún profeta o muchos, todo cambió. Anunció al mundo una revolución originaria, lo cual comprendí por las lecciones aclaratorias de JVR, que así tenía que ser porque su origen era de estas tierras paradisiacas antes de Colón. Y por si faltase algún detalle para la identificación, añadía, indoamericana. Me gustaba la definición de originaria…tanto que en este continente, antes de Colón, y no es cuento difamatorio sino documentación infalible, había canibalismo. Premonitoria esa caracterización. Piense usted en esta escasez y vea que esta revolución bien haría posible que nalgas apoteósicas de esas caderas grandes que embelesaban al poeta Rafael Rincón González -y a mi también- constituyesen plato de exquisitez, no como problema propio de la voracidad de un enfermo glotón, sádico, sátiro, sino que con objetividad de tener verificable, medible, mensurable masa, en la definición de la fisca, que encantaría al mejor banquete al bocacciano estilo. Volver, pues, al socialismo originario o traerlo hasta hoy es uno de esos magnos milagros de la esta revolución. Se preferirá el crudo a lo cocido, por la ausencia de aceite, de gas, de agua, electricidad, de carbón. Virginal como lo primitivo.

Ah! Pero siempre hay un pero. En los tiempos que aún faltan por llegar, el canibalismo tendría que desaparecer, no por cuestiones culturales, religiosas, legales, ni porque todo lo que había lo devoró ya la revolución, sino por consecuencia de la exagerada producción de NADA y de NO HAY!, pues las bellas caderas son grasas especiales que la abundancia ha acumulado en siglos de bienestar, del buen comer y del mejor amar… Pero, Dios proveerá, bien nos enviará el maná suficiente como dio a los judíos en el desierto bien multiplicará los panes como en el Nuevo Testamento y quiera su misericordia, si halla agua, brindarnos un buen vino, el mejor, como lo hizo para coronar con alegría las insaciables ganas de beber cuando no hay, en las bodas de Canaán. O quien sabe, si no aparecerá al final el dios vengador apocalíptico según anuncian los Testigos de Jehová y se alcance el socialismo del XXI según el rigor de los buenos escogidos que, con prudencia, han resguardado su avío en la banca suiza.

Poco a poco voy abriendo mis ojos para que llegue la verdad. Betancourt, mas grande que Bolívar, padre de la democracia y la democracia es lo mas perfecto y lo mejor que hay. Si injusticias, errores, corrupción,… hubiere, son propios del hombre. No de la democracia, ella es perfecta y como Dios ubicua. Como dios, buena, intachable, perfecta…La cuestión somos todos los demás que capaces somos de pervertir a la democracia y engañar a dios. Lo primero con gran éxito, lo segundo quien sabe si perfecto según la elección que a bien o a mal hagamos y cuanto soporte Dios y los demás. Digo es un decir, la democracia es dios y se hace carne en la libertad de mercado y este, su sacro templo. Pero, como en todo, siempre hay un pero. Llegó Jesús y sacó a los mercaderes del templo, previo haber cubierto el paso del diálogo con los sacerdotes y haber comprobado, demostrado, su desapego, desprecio a la verdad.…

Ay!, pero Hugo, que hiciste Hugo Rafael. Después de la creación, madie, nadie que yo sepa, ha logrado hacer lo que Tú has hecho; cierto que no recibiste el paraíso tal cual prodigó dios inmediatamente después de haber inventado a Adán y a Eva, para que vivieran sin hacer NADA, nada absolutamente nada, como lo mas sublime de su política social, con una sola prohibición, que no se fuesen a encaramarse al árbol del conocimiento y Eva salió voraz de sabiduría. Como bien sabes, alguna de esas tribus espirituales, desde la santería, el vudú y las sectas cristianas te habría repetido lo que dijo Eva, que fue la serpiente que la sedujo para que fuese como son los dioses, sabios y supremos y eternos. Perdóname este excurso, pero son cualidades que tú tendrías en grado sumo y una de mayor trascendencia, has logrado poder estar vivo después de muerto sin resurrección, como es de fácil inferencia y tú lo has logrado, según dice Diosdado, Maduro y demás sacerdotes de tu templo. Chávez vive! No hallaste esos cuatro ríos pícolos que lo limitaban y adornaban,   pero, aquí encontraste gratis una excelente proporción de carne, huevos, leche, caraotas, yema, tajá, que casi todo se hacía o producía aquí, y con pocos cobres, pues, como sabes, el petróleo estaba en tan pésimos precios que era imposible crear y mantener cuentas en la banca suiza y en el imperio. Luego, sin mas detalles, para que mas fáciles se abrieran tus manos, se multiplicó hasta el infinito el precio del petróleo. Y se gastaron todos esos cobres, dólares y hay que ver cuán grande es tu revolución, nadie sabe en qué, salvo las informaciones de Giordani y las otras de no menos valor sobre la tal boliburguesia y mas y mas…

Creo que me extravié, pero volvamos al camino. Tú acabaste con todo esto. Sembraste de odio y se recogen crímenes. Siembras ignorancia y recoges esclavos. Siembras terror para cosechar abulia y ataraxia. Esa fue tu mejor inversión. Pero, apenas ayer descubrí la causa de que tú te hayas echado a perder, corromper, pudrir, todo… casi todo, los dueños del PSUV se encargan de completar tu revolución. Muchas cosas de las que dijiste sonaban bien. Acabar con la corrupción, minimizar el estado, potenciar las inversiones privadas, no allanar universidades, acabar con la guardia nacional, y jamás ser comunista, si el señor Jaime Bayly, creo que se llama así, no te hizo montaje a tus entrevistas, pues tal como son los capitalistas, imperialistas, quizá te buscó un doble perfecto, como si estuvieses momificado en un panteón y tú quien sabe si te fuiste a la Habana y no volviste mas, como decía una vieja guaracha, creo, “yo me voy pa` la habana y no vuelvo mas…” pues bien, yo se quien te tocó para que te encaramaras en su palo, y fueras mas que dios, Fidel. Tú eres, como Eva, víctima pero como ella disfrutaste el placer del poder. Convencido te fuiste de que había algo incompleto para el exterminio del paraíso, dejaste a Maduro, paisano de Pastrana y pana de Samper, según confesión de cada quien.

Ayer me encontré por casualidad con Raül, sí, sí, Raül Castro, estaba en el programa “unas son de rojas y otras son de arenas” en la ciudad mas limpia y la mejor de Venezuela Y él dijo, como el gran tema de su entrevista, que se va de esta Habana y no vuelve más. Hizo las paces con el imperialismo jankee y en breve Cuba será un estado libre asociado de la Unión. Y esto se me parece a una revolución, según decía mi maestro Don Rafael.

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