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Depresión, paranoia, crisis moral

Al momento de escribir estas notas, supe la noticia de la detención arbitraria del politólogo y comunicador social Nicmer Evans, le aplicaron la ley del odio, un adefesio jurídico que utiliza la dictadura para perseguir, amedrentar y encarcelar a quien se le antoje, sólo por tener una posición crítica frente al fracaso rotundo de este régimen; exijo respeto a su integridad física y su inmediata libertad, así como de los centenares de presos políticos civiles y militares.

Cómo psiquiatra y luchador social comprometido con la justicia, la democracia y la libertad, observo con preocupación la dolorosa situación en que nos encontramos los Venezolanos, oscura, tenebrosa sin precedentes en nuestra historia. Siempre vale la pena insistir en la descripción de esta realidad que nos abruma, para elevar el nivel de conciencia y para contribuir a esclarecer la visión de aquellos ciudadanos que aún están confundidos.

La depresión es un trastorno mental grave y profundo, es el más común de los trastornos mentales, se calcula que hay más de trescientos millones de personas diagnosticadas de depresión en el mundo, se puede deducir fácilmente que haya más del doble de personas que sufren de depresión y no están diagnosticadas. La depresión no sólo es un estado de tristeza, también incluye, perdida de interés en la vida, pérdida de la capacidad de disfrutar, de sentimientos de culpa, disminución de la auto estima, disminución del sueño y del apetito, sensación de permanente cansancio y fatigabilidad, disminución de la concentración, disminución del curso del pensamiento con un contenido negativo; la depresión también genera estados de ansiedad y en casos extremos conduce al suicidio.

En Venezuela hay una depresión colectiva , generada por la inhumana condición de vida de su población, demasiadas son las causas sociales que producen este grave trastorno; familias desintegradas y destruidas por el éxodo de millones de compatriotas que han huído de este desastre tratando de conseguir una mejor calidad de vida para ellos y para sus hijos, además de los que se han ido por razones de persecución política, quedan niños , adolescentes y personas de la tercera edad, totalmente desasistidos, sin acceso a la salud y a la educación, sin ningún tipo de protección social y con un salario menor a dos dólares al mes; en un país en donde ha aumentado la pobreza crítica, han reaparecido enfermedades como la tuberculosis y el paludismo que habían sido erradicadas desde hace muchos años. Una juventud sin valores, sin estudios, con una familia destruida siendo presa fácil del consumo de drogas y copiando valores de violencia, sobre todo en los sectores populares, aumento significativo del embarazo precoz irresponsablemente estimulado desde el gobierno, con ello multiplicando el círculo infernal de la pobreza.

Hay razones para estar deprimido, añadiéndole la incertidumbre, no saber cuánto tiempo durará esta situación y sintiendo en carne propia la trágica situación que cada día empeora su vida, hoy para combatir y derrotar a la depresión y la paranoia y recuperar la salud mental del Venezolano es necesario un cambio de rumbo, de gobierno y de modelo y luchar todos, mucho más allá de las cúpulas partidistas, para constituir un gobierno de emergencia nacional e iniciar la reconstrucción de esta patria engañada y herida.

La asistencia psiquiátrica peor no puede estar, los hospitales psiquiátricos sin medicinas y sin comida y con muy poco personal; los fármacos antidepresivos son costosos, inalcanzables para la mayoría de la población, todo esto ha traído cómo trágica consecuencia un aumento alarmante de suicidios. Toda esta dantesca situación está agravada con la pandemia del coronavirus y con el aumento brutal del número de ciudadanos contagiados y fallecidos, hasta el día de hoy hay más de 10 colegas que han muerto por este virus.

El enfoque que le ha dado este gobierno al tema de la pandemia ha sido muy poco profesional , ha sido un tratamiento más bien policial represivo , que un enfoque epidemiológico serio ; ocultan la verdad , no se sabe a ciencia cierta cuantos contagiados realmente hay y el mal trato que reciben esos ciudadanos contagiados es no sólo humillante sino que son expuestos al escarnio público tratándolos cómo terroristas biológicos y traidores a la patria , valdría la pena preguntarse si en este caso no es aplicable la ley del odio.

Hay razones entonces para que en Venezuela haya una alarmante depresión colectiva y el responsable directo es el gobierno. Si a todo lo anterior le añadimos la represión policial, la persecución y encarcelamiento de periodistas y médicos por decir la verdad nos encontramos en una dantesca situación inimaginable, en una tragedia social sin precedentes.

El tratamiento para esta depresión colectiva del Venezolano , el verdadero antidepresivo , es salir de esta macabra situación , es devolverle al pueblo la esperanza , la luz , el agua , el gas , la gasolina , mejorar sustancialmente su calidad de vida , el retorno de los que se han ido para recomponer la familia , que el Venezolano recupere el derecho al trabajo , el derecho a la salud y a la educación, en fin el derecho a una vida digna.

La paranoia es otro componente importante de la psiquis del venezolano hoy. La paranoia se define como una desconfianza extrema hacia los otros , sentirse perseguido , acosado con temor a ser agredido , es vivir con miedo a que le hagan daño ; este trastorno mental también es inducido por el estado de inseguridad e indefensión que vive nuestra sociedad , no sólo por la brutalidad de los cuerpos policiales , sino que es estimulado y dirigido por quienes hoy detentan el poder con frases altamente amenazantes cómo la «operación tún tún», que significa que tu casa va a ser allanada por las malas, sin orden judicial y que iras preso arbitrariamente sin derecho; la mención sistemática de los patriotas cooperantes que no es más que incitación a la delación de tú vecino, de tu amigo y hasta de tu propia familia o la aberración llamada ley del odio, aprobada por una ANC inconstitucional , no reconocida por los Venezolanos ni por la comunidad internacional y es utilizada para perseguir y encarcelar a Venezolanos inocentes porque un juez sumiso y vergonzante, sin ningún autonomía emite una orden judicial para privar de libertad a quien le dé la gana al gobierno .

También hay razones para estar paranoico, sin contar con las agresiones y amedrentamiento de bandas armadas conocidas cómo colectivos. Tanto la depresión cómo la paranoia tienen un común denominador que es el miedo, miedo inducido para provocar desconcierto y desmovilización en la población.

Para combatir y derrotar a la depresión y la paranoia y recuperar la salud mental del venezolano es necesario un cambio de rumbo, de gobierno y de modelo y luchar todos, mucho más allá de las cúpulas partidistas, para constituir un gobierno de emergencia nacional e iniciar la reconstrucción de esta patria engañada y herida.

Tan gravé o más que la pandemia de Covid-19, es la profunda y desgarradora crisis moral y espiritual que ensombrece al país, se han invertido los valores, campea la ley del más fuerte sin escrúpulos, hay un intento gigantesco por envilecer la vida del Venezolano en todos los ámbitos, ya es normal que un grupo de diputados se vendan sin ningún rubor y se conviertan en cómplices de esta degradación moral, tantos los que se venden cómo quienes los compran merecen el repudio público. Mientras miles de venezolanos padecen hambre y miseria, un grupito se enriquece salvajemente, mientras hay centenares de presos políticos violándosele todos sus derechos, el gobierno gasta millones en la defensa de Saab y reclama por sus derechos. Todo es oscuro, la mentira, el engaño sistemático y la represión son sus armas.

A pesar de este panorama desolador, la gran mayoría del pueblo Venezolano tiene las suficientes reservas morales, tiene los anticuerpos necesarios, tiene una historia de forjador de libertades y abundante fortaleza espiritual para resistir y vencer a aquellos que sobre nosotros sólo tiene una superioridad, la fuerza. Esta crisis será superada y volveremos a ser un pueblo alegre, optimista, solidario y cantáremos juntos canciones de libertad y democracia, para no perderla más nunca.

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