Desde el fondo del abismo de la historia

Las medidas arancelarias decretadas por la actual administración de los Estados Unidos, ha originado una reacción en la comunidad internacional y ocasionado un impacto importante en la industria norteamericana[CM1] .
¿Quién diría que China, Corea del Sur y Japón, naciones con rivalidades históricas que persisten como resquicios de la segunda guerra mundial, se sentaran a acordar medidas conjuntas para enfrentar el nuevo proteccionismo de los Estados Unidos?
Recientemente la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) ha reforzado su alianza. Los ministros de Finanzas y gobernadores de Bancos Centrales de los 13 países del bloque conocido como ASEAN+3 se reunieron el pasado 4 de mayo en Milán, en el marco de la Asamblea Anual del Banco Asiático de Desarrollo.
Al término del encuentro, emitieron una declaración conjunta en la que alertan de que “el aumento del proteccionismo comercial pesa sobre el comercio global, conduce a la fragmentación económica y afecta a los flujos de inversión y capital en toda la región”, según informó la agencia turca Anadolu.
A principios de abril, EEUU anunció gravámenes que afectan a numerosos países asiáticos: del 49% para Camboya, del 46% para Vietnam, del 24% para Japón y del 25% para Corea del Sur, según Kyodo News. Solo China ha sido excluida de la prórroga de 90 días concedida a otros países y se enfrenta a aranceles de hasta el 245% en algunos productos.
Ante esta ofensiva comercial, los países de la ASEAN se han alineado con sus socios regionales más potentes, subrayando su apuesta por una «cooperación más profunda, abierta e inclusiva» para hacer frente a las incertidumbres económicas globales, citó El Español.
«Reafirmamos nuestro compromiso con un sistema comercial multilateral libre, justo, no discriminatorio, abierto, equitativo y transparente, con la Organización Mundial del Comercio (OMC) en su núcleo», indica la declaración publicada en la web de ASEAN y recogida por Global Times.
En marzo, ministros de Comercio de China, Japón y Corea del Sur se reunieron en Seúl y acordaron reactivar las negociaciones para un tratado de libre comercio trilateral. También reafirmaron su respaldo a un sistema comercial basado en reglas, en línea con los principios de la OMC.
Europa reacciona
La Comisión Europea anunció esta semana un litigio ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra Estados Unidos por sus aranceles universales, que denomina “recíprocos”, y los que han impuesto a automóviles y a piezas de automóviles.
En paralelo, la Comisión abrió una consulta pública sobre una nueva lista de productos industriales y agrícolas estadounidenses, por valor de 95.000 millones de euros a los que podría imponer aranceles si fracasan las negociaciones sobre la guerra comercial con Washington. Esos productos podrían quedar sujetos a aranceles europeos como contramedida, en caso de que fracasen las negociaciones sobre la guerra comercial con Washington.
La amplia lista incluye artículos muy diversos, tanto agrícolas como industriales, desde el bourbon o la soja hasta los aviones, pasando por maquinaria de todo tipo, instrumentos musicales, juguetes o material deportivo.
El movimiento responde igualmente a los aranceles generales del 10 % que aplica EE. UU. Y del 25 % a los automóviles y sus componentes.
Empresas de EEUU afectadas
Los aranceles también están afectando a las empresas norteamericanas. Decenas de grandes compañías estadounidenses de múltiples sectores han alertado en sus presentaciones de resultados del primer trimestre del impacto que sufrirán con la nueva política comercial de Trump, reseñó El País de España.
El impacto es ocasionado por dos vías: por una parte, el efecto directo sobre aquellas que tienen una cadena de suministro global, con importaciones desde países cuyos bienes están sometidos a los nuevos gravámenes. Por otro, está el efecto de la incertidumbre y pérdida de confianza, que se traduce en un frenazo del gasto de los consumidores y de la economía en general.
Según la reseña, tres de cada cuatro empresas han hecho alusión a los aranceles en sus presentaciones de resultados. La rebaja más drástica de previsiones ha sido la realizada por General Motors.
El gigante de Detroit advirtió la semana pasada de un impacto de 4.000 a 5.000 millones de dólares en sus cuentas de este año. La empresa rebajó su previsión de beneficio neto del rango de 11.200 a 12.500 millones de dólares hasta dejarlo en 8.200-10.100 millones.
Trump quiere que las compañías trasladen producción del exterior a Estados Unidos, pero se ha dado cuenta de que no pueden hacerlo de la noche a la mañana y se refirió al alivio transitorio concedido al sector del automóvil en estos términos: “Les hemos dado un poco de tiempo antes de degollarlos si no lo hacen”.
[CM1]alidad