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Desde el lado de la oferta ¡Privatización total! La industria petrolera y el recurso de hidrocarburos, en la primera línea de privatizaciones

Desde el lado de la “demanda” no hay crecimiento sostenible

Cuando los gobiernos y en general la clase política prefiere conducir la economía desde sus escritorios, las politicas económicas pivotean sobre mecanismos redistributivos que transfiere los impuestos al fisco, y desde allí via presupuesto legalmente aprobado o simplemente decisiones autoritarias y totalitarias, tiene como objetivo manejar el sistema de precios, e intervenir en los esquemas redistributivos de fondos fiscales, prestamos, renta, para asegurar la presencia de las decisiones politicas -por encima de las reglas naturales del mercado y sus derechos de propiedad- manipulando las politicas fiscales y monetarias.

Rotos tanto el orden espontáneo como las reglas del mercado, las derivaciones del control de los mercados buscan las políticas que buscan expandir el lado de la demanda, por ejemplo mecanismos redistributivos, control de precios, manipulación monetaria – tasas de interés, por ejemplo-, centrar las esperanzas económicas en la expansión del gasto del Estado y el crecimiento del Estado como ente económico. 

El conjunto de esquemas de control intervención y manipulación del sistema de formacion de precios, déficits fiscales in crescendo, por lo general conduce a (hiper) inflación, crisis fiscales, de pagos, contracción económica, crecimiento de la deuda y colapso financiero, todos causantes de un proceso violento de empobrecimiento. Veamos a Venezuela, serian setenta y cinco años de politicas desde el lado de la demanda han traído este colosal crecimiento de la pobreza y violentas y masivas de la balanza migratoria que se hace negativa dada más masivas corrientes de migración a otros mercados y países buscando mejores oportunidades para sus familias.

Veamos unos detalles. La economía venezolana ha colapsado, sus economías privadas y los activos en poder del Estado, han quebrado, el 30% de la población ha migrado en busca de esperanzas de mejor vivir, la moneda es basura, la devaluación es una tragedia que dejo al venezolano sin recurso real con el cual satisfacer sus necesidades. Las instituciones en manos de mafias, la estructura territorial de la Republica destruida, los gobiernos en tantas décadas hacia atrás, comunistas, socialistas de todos tipos, crimen sin estado de derecho y un pais convertido en Estado Fallido.

Para poder correr por eso camino de destrucción los gobiernos en los últimos 80 años se apropiaron del Estado y sus “cosas” bajo una atmosfera de corrupción crearon esas politicas del lado de la demanda que ha generado empobrecimiento absoluto. Llego la hora de las reformas y retornarle al individuo sus libertades y llenarlos de incentivos y politicas desde el lado de la oferta, en búsqueda de un pis con un Estado pequeño, sin deuda, plenas libertades económicas, libre mercado, competitivo, eficiente y eliminar toda enroque igualitario, todos corridos y guiados por un “rule of law” que defienda vida, libertades, propiedades, solidaridad ciudadana privada.

Lo curioso es que los grupos de interés, las corporaciones politicas -partidos políticos- grupos de interés económico, adosados al Estado, hoy proponen maquillar las politicas del lado de la demanda que nos trajeron a esta destrucción nacional y económica; es decir, mas de los mismo. Estas propuestas que la podemos oír y leer a los asesores de los partidos líderes partidistas, la mayoría socialistas de toda pinta, inclusive empresarios, todos en coro pidiendo un Estado rico que reparta y  nos dice que no se ha aprendido la lección del siglo XIX, y finales del S XX, los periodos en los cuales Venezuela fue calificada como el pais más empobrecido del continente, Así, pronosticar el fracaso no es difícil, las razones de esos maquillajes de  

Por el lado de la oferta

La economía del lado de la oferta es una innovación importante en economía y su teoría económica. Veamos el siguiente ejemplo. Sabemos que la política fiscal aspira que al cambiar los precios relativos es posible mover la curva de la oferta agregada -sin aumentar o reducir la renta disponible- sin tener mover la curva de la demanda agregada.   

El circuito de incentivos – en el campo microeconómico- sin embargo, no podrá moverse por sí mismo ante un incremento de los factores de la demanda dado que la oferta -léase producción- solo reaccionaria a una reducción de los costos marginales sin afectar -negativamente- bajo un definido shock tecnológico que aseguraría incrementar la renta o demanda por expansión de la producción desde adentro. Por ejemplo, reducción de impuestos y estímulos generados por la eliminación de regulaciones que llegaron al sistema económico por vía de la intervención del Estado/Gobierno bajo la pretensión de aumentar la producción sin estimular los incentivos a nivel de la unidad económica.  

La economía del lado de la oferta concilió la micro y la macroeconomía haciendo que el análisis de precios relativos se constituyera en una fundación más cercana a la teoría económica en las decisiones de la macroeconomía. El argumento es sencillo y directo: los precios relativos rigen las decisiones de las personas sobre cómo asignan sus ingresos entre el consumo y el ahorro y cómo asignan su tiempo entre el trabajo y el ocio, la estructura de incentivos a nivel de la unidad económica nos lleva a un escenario donde el ingreso marginal se mueve hacia arriba mientras el costo marginal se mueve hacia abajo, el punto de equilibrio es IM-CM=0,  alternativamente, IM = CM, donde IM es ingreso marginal y CM es costo marginal, un cierto punto de equilibrio permitirá que  la (micro)economía crezca sostenidamente en el largo plazo.

Estamos entonces en el juego microeconómico que conjuga el retiro del Estado/ Gobierno del mercado reduciendo o eliminado las regulaciones redistributivas que solo trajeron deuda pública y desempleo y elevado costo del capital; así como, liberando capital en el mercado para “chocar” la oferta; son los casos más sencillos. 

Hay que afirma entonces que el término en sí mismo, “economía del lado de la oferta”, puede ser una fuente de confusión inicial. Se origina en el contraste deliberado con el enfoque keynesiano prevaleciente que batalla por morir y que hace hincapié en la necesidad de que el gobierno administre y manipule las políticas fiscales y monetarias con carácter redistributivo para con ellas mover la demanda agregada y así mantener el pleno empleo, fenómeno que sabemos no ocurre porque la recurrencia fiscal – causada por impuestos y tasas de interés con impacto negativo en la oferta no hace el milagro de aumentar los niveles de oferta -producción. .  

Las fallas del Estado regulador e interventor 

Los economistas del lado de la oferta por el contrario afirmamos que el gobierno no puede realmente llevar a cabo ese oficio acotado en el párrafo anterior sin afectar los niveles de eficiencia, ya que esas políticas –por el lado de la demanda– impiden a las empresas funcionar –inclusive con un mínimo de interferencia del gobierno– afectando su capacidad para invertir e innovar con el objetivo de crear la demanda necesaria para los bienes que producen. Acotemos que las políticas por el lado de la demanda impuesta con regulaciones y expansión -inorgánica- de la demanda llegaron al mercado bajo el criterio no económico -léase político- como parches al mercado por la presencia de supuestas fallas cuasi naturales según sus proponentes, todo el espectro keynesiano en ocasiones el espectro neoclásico. 

Al final deuda, impuestos y elevadas tasas de interés es lo que alimenta el crecimiento del Estado y dar fuerza a su sistema de redistribución que trae consigo bajo crecimiento y crisis fiscales, hiperinflaciones, severas contracciones fuera del ciclo.  Veamos algunos ejemplos de esas disruptivas políticas: alza de impuestos y particularmente el impuesto inflacionario, subsidios, transferencias al sector público, regulación de precios, crecimiento de la economía del sector Estado, penalización de la actividad económica privada, contracción de la inversión y actividad económica privada, violar derechos de propiedad, salarios mínimos, redistribución del ingreso, etc. 

Así, una crisis de pagos en esas condiciones constituye un elevado costo que indica la caída de la calidad de vida al lado de un Estado crecido, obeso mórbido, con posibilidades extremas -a todo costo- de enfrentar una larga decadencia en lo económico. Ciertamente hay una diferencia de perspectiva que encontramos con relación a la teoría económica y su realidad empírica. Veamos algunos detalles; a saber, desde el lado de la oferta se examina la economía desde el mero terreno, donde la economía toma lugar, en el margen, es decir, desde el punto de partida, el empresario, los emprendedores, quienes son identificados como agentes principales, como el principio del mercado y sus incentivos, instituciones y el mecanismo que requieren operar bajo plena libertad en precios y propiedad.  

En cambio, desde el lado de la demanda, Keynes y la ingeniería social post-Keynesiana, se observa la economía desde lo alto, desde el punto de vista del Gobierno, especie de agente, un deus ex machina, y que, en su omnipresencia, interviene discretamente para preservar un supuesto universo económico fantásticamente armonioso, en una carrera sin destino de crear un mundo de iguales quienes desafortunadamente se iguala a pérdida de competitividad y eficiencia. Ello, desde luego, es un error, dado que se busca inferir que vivimos en un mundo maniqueo en el cual la oferta y la demanda están continuamente en desacuerdo, por lo que siempre estamos pidiendo lealtad a uno contra el otro.

El cambio de la demanda por la oferta: crecimiento y eficiencia 

En realidad, oferta y demanda, son los dos lados, cara y sello de la misma moneda, que coexisten en la necesidad que no debe haber desequilibrios que lleven a elegir uno contra el otro; en el largo plazo la ecuación es de equilibrio., y como decía JB Say, un clásico francés, toda oferta crea su demanda. 

Sin embargo, cuando uno pasa de un modo de pensamiento puramente analítico-económico a uno político-ideológico —cuando, en resumen, se pasa del análisis económico a la política económica—, la diferencia de perspectiva tiene implicaciones significativas. Naturalmente, la economía del lado de la oferta da lugar a un énfasis en el crecimiento, y no en la redistribución, la intervención del gobierno y del Estado disrumpen esa lógica de crecer sin otra manipulación política en el juego.   

Esta diferencia será de grado importante en relación con el análisis de costo-beneficio con relación al funcionamiento del actual modelo de captura de renta por parte del fisco -léase gobierno, descapitalizando una economía en poder del Estado bajo el síndrome de la Tragedia de los Commons –bienes comunes, el recurso petrolero– el desiderátum del comportamiento de una economía para favorecer los sectores que esperan por su decadencia. Mas delante entraremos en nuestra propuesta en relación con el abandono o simplemente fin del modelo de demanda que impone el Petro Estado, dueño y productor de un recurso cuyos derechos de propiedad en manos del Estado son difusos, como lo tratamos en detalle y en profundo en nuestro ensayo “La Tragedia de los Commons” 

Toda oferta crea su demanda 

Su objetivo es mejorar las circunstancias económicas de todos a lo largo del tiempo, pero no necesariamente en el mismo grado o en el mismo período de tiempo. La demanda agregada creada por la actividad económica, como se ve desde el lado de la oferta, es indiferente a la cuestión de la igualdad. Por consiguiente, su sesgo está a favor de un libre mercado para la actividad económica, ya que esto proporciona los incentivos económicos más poderosos para la inversión, la innovación, competitividad y crecimiento, consecuencia de los niveles de eficiencia alcanzados en la obtención y asignación de recursos.  

Para el lado de la demanda, se pretende la búsqueda de la igualdad” como el factor más importante” pero rechaza el crecimiento económico y por ello el gobierno es clave en la “reestructuración” de esa demanda agregada dejando de lado, la cuestión de los incentivos económicos y la eficiencia no entra en la ecuación.  Un mercado libre sin intervención del gobierno que implique el alza en los costos sociales en la calidad de vida, fundado su trabajo en el convencimiento de que los mercados libres asignan los recursos de manera más eficiente. Esta creencia impulsa tanto sus principios económicos como la forma en que ven la política y el llamado orden social. 

En ese sentido, visto lo político desde el lado de la oferta se aprecia que los gobiernos, generalmente monotónicos hay que obligarlos a cumplir el requisito de maximizar beneficios, de lo contrario su comportamiento hará crecer la ineficiencia al negarse a la requerida disciplina ajustada a las fuerzas del mercado, – extravagante política fiscal de gasto y endeudamiento y elevación de impuestos políticas dirigidas al crecimiento del Estado.  

Pero las cosas son aún más complejas dado la manera como podría operar el mercado político, en manos de los agentes del Gobierno, Estado, ministros, legisladores, judicatura, porque su racionalidad atrofiada por la carencia de instituciones que impongan un debido proceso e independencia entre cuerpos del poder político, y sus agentes en el mercado político, los conduzca a levantar objetivos personales, que, por definición, difieren de los objetivos de la sociedad en general.  

La evidencia histórica y las políticas de oferta 

La evidencia empírica y la economía de la ley y el Estado de Derechos -rule of law- l, no se puede confiar en que ni los políticos ni los burócratas en posiciones de formulación de políticas actúen eficazmente en interés general, sino se conviertan en agentes de los intereses de grupos. Los costos de asignación de recursos de la falta de ajuste de inflación del sistema tributario dentro de la entrada, que se han tratado ampliamente a medida que las tasas de inflación se han acelerado en la década de 1970, también son bien conocidos.  

Por lo tanto, la política fiscal básica del lado de la oferta  no parece ría ser diferente de las opiniones de los economistas fiscales que, por motivos de eficiencia, recomiendan la reforma de  la base económica sobre la que se recaudan los impuestos; creación de exenciones fiscales y otros huecos negros, que emanen señales económicas distorsionantes; sostener el sistema de ingresos y gastos del Gobierno en la progresividad de impuestos así como la imposición de disposiciones fiscales que eluden los tipos impositivos efectivos durante tiempos inflacionarios.  

En cierto sentido, la economía del lado de la oferta es tan antigua como la economía misma, si lo que representa es que la eficiencia de la asignación de recursos es un objetivo importante de la política económica y que la asignación de recursos determinada por el mercado es básicamente óptima. A la mayoría de los economistas les resultaría difícil discrepar de su contenido en teoría y en circunstancias normales. Como   clon de la economía clásica y neoclásica, la economía básica del lado de la oferta contiene prescripciones políticas basadas en los supuestos específicos de este último, relacionados en primer lugar, cuál debe ser el papel adecuado del gobierno y, en segundo lugar, cómo se desarrollan los mercados de productos básicos y factores o qué tan bien funcionan.  

Pero si todavía alguien puede preguntarse si ambos supuestos son estrictamente válidos en las circunstancias especiales de los países denominados en desarrollo. Por ejemplo, en qué medida se debe aceptar de todo corazón el papel “apropiado” del gobierno implícito en la economía del lado de la oferta (así como en la economía clásica y neoclásica)  que establece que el objetivo principal del gobierno debe ser garantizar una asignación eficiente de los recursos de la economía a través de mercado, el centro de operaciones y actividad económica del individuo y sus fuerzas, particularmente la empresa,  o la iniciativa privada con la empresa.

Bajo este marco de libertades y libe mercado, todas las demás funciones del Estado, como su papel como agente activo de la redistribución de los ingresos o de la estabilización económica o la economía, siempre que entre en conflicto con los primeros, debería tener menor prioridad, los esquemas redistributivos atados a las decisiones en materia fiscal y monetaria para “redondear” el crecimiento económico el estado de bienestar- imponen el costo por endeudamiento y desequilibrio fiscales que envían directo a desequilibrios más duros como la hiperinflación y con ella el intenso proceso de empobrecimiento que surge como  “colateral “.  

Del mismo modo, ¿en qué medida se debe aceptar la fe fundamental de la economía desde el lado de la oferta (similar al modelo clásico y neoclásico)  que los mercados son capaces de ofrecer niveles “adecuados” de bienes y servicios y que, en aras de lograr el máximo bienestar de la sociedad, los gobiernos deben garantizar  un buen funcionamiento de los mercados libres y disminuir su presencia en los mercados a través de obras públicas y el financiamiento -vía impuestos- de bienes y servicios distintos de los bienes públicos esenciales, como la defensa y la seguridad y el rule of law así como el sol brilla! 

Nuestro modelo de propuesta “desde” el lado de la oferta 

La solución económica para Venezuela depende de las características que marcan el ejercicio de la política y la cultura del poder de los intereses partidistas por encima de la capacidad de hacer economía del ciudadano venezolano. Así encontramos que, para priorizar institucionalmente el ordenamiento económico, es fundamental que el uso del conocimiento económico en la sociedad, parafraseando a Hayek, acoplemos el diagnóstico en el marco de un análisis de costo beneficio con las soluciones proyectadas para alcanzar rápidamente un crecimiento sostenido. 

El conocimiento económico mantiene una estructura cognitiva racional, simple, en medio de la complejidad que expresan la aplicación de políticas dirigidas a eliminar los vicios de la intervención del gobierno hacia lo que precisa la economía requiriendo orgánicamente libertad, derechos de propiedad, mercados libres competitivos e instituciones que permitan el desarrollo basado en emprendimiento del individuo buscando el crecimiento. 

Solo de esa manera se podrá reducir en el menor espacio de tiempo el empobrecimiento crónico que domina una sociedad como la Venezuela de hoy. Ese conocimiento está constituido en la base de un acervo teórico y técnico que puede seleccionar un camino dirigido a cumplir las metas del crecimiento sostenido en el tiempo. 

Alertamos que este no ocurrirá si el ejercicio de la política se orienta al control de las cosas que el mercado libremente ordena. En un análisis de costo beneficio, en medio de su natural complejidad, es posible divisar con sentido práctico una única ruta de crecimiento, particularmente en un ambiente socio económico que está convencido que el país ha topado el fondo. 

La capacidad disruptiva de las políticas desde la demanda explica el empobrecimiento 

Sabemos que un universo de este tipo es complejo para la política porque privaran desde sus asuntos del poder público los resabios económicos y políticos que la economía fue cultivado por largos 60 años, el dominio de lo económico por parte de todo el aparato administrativo del Estado que ha logrado en 60 años mover al sector público, estatal las dos terceras parte del aparato productivo incluido capital humano, y dejar al sector privado en algunas áreas minoritarias, con un 12% del PIB. 

El resto del sector privado depende de los precios y de la presencia subordinada del Estado en uno 20%. Esa estructura económico institucional es el marco del actual acelerado empobrecimiento; hay que desmontarla. El sector que captura al Estado por votos o por plomo considera sus intereses rentistas como prioritarios, y en las últimas décadas ha apurado la ruta a un Estado con una sociedad que vive en un régimen instituido y constituido de marca neo – patrimonialista. 

La matriz de decisiones es sencilla; en primer lugar, aunque no establezco prioridades temporales, en economía se opera de manera conjunta las decisiones destinadas al cambio y reordenamiento institucional, que nos coloque en caminos seguros y eficientes de gobernabilidad: equilibrar el gasto del Estado. Es acá donde encontramos el nudo gordiano, porque detrás del gasto público se esconden la corrupción, la ineficiencia del gasto, irracionalidad en inversiones, pago de la factura del Estado para pagar salarios a un universo de individuos a los cuales se les llevo al servilismo para tender su vida el gasto público en sus salarios de sobrevivencia. 

En ese sentido, apartar el Estado de la economía es conditiosinequa non para que emerjan las políticas del lado de la oferta, y no de la demanda del gasto público, cual se adosa para incrementar el tamaño y financiar la ineficiencia del Estado como agente económico, tanto en la producción de bienes como de servicios. El cambio vendría de alejar la demanda del crecimiento, el gasto púbico no podrá por razones físicas, además de las económicas “promover el crecimiento” a los Keynes y Marx, Esa demanda no tiene fuerza, el ingreso fiscal no paga el 50% del actual gasto público, su estructura gasto y financiamiento es hiperinflacionaria, ha alcanzado enormes costos para el ciudadano, hay que entregar la prioridad al mercado. 

Incentivos, instituciones y eficiencia 

Eficiencia y competitividad como es ampliamente conocido, traerá nuevos pequeños, medianos y grandes inversionistas, fijémonos entonces en dejar la oferta, soluciones de oferta, y políticas del lado de la oferta como ejes de un incremento sostenido que no debe ser menos del doble de la inflación, una inflación de 2% una tasa de crecimiento sobre 5%, así se irá reduciendo el empobrecimiento extremo que las políticas que se han generado por las distorsiones de ampliar el tamaño de la demanda y la participación del Estado en la economía como dueño de un recurso y cosas pero también productor de esas cosas, todas perversiones derivadas de políticas del lado de la demanda, aderezadas por la distorsión redistributiva y la corrupción, sus hijos legítimos. 

Las políticas de incentivos del lado de la oferta requieren como decisión definitiva comenzar la retirada del Estado de sus viejas costumbres de producir, distribuir bienes y servicios. Con el énfasis en eliminar las regulaciones y el marco jurídico que restringe propiedad y derechos de propiedad, además de eliminar el marco jurídico que se impuesto para penalizar la actividad económica privada, un Estado sin derecho ordenador bajo la Constitución de 1999 y del enjambre de leyes reguladoras y creación de privilegios a organismos del Estado/Gobierno capturados por las clases políticas, un régimen político que hemos sobrevivido desde 1959 hasta hoy.  

Es por ello crucial para dar cabida masiva a la generación de una oferta creada por el sector privado, y para ello es inevitable el fomento de la confianza, la variable confianza es vital en el sistema de reestructuración de la economía venezolana, sus instituciones, políticas como las que regulan la actividad económica y llegan hasta su penalización. De esta manera, todo ese aparato político económico debe desecharse totalmente, independizar del aparato político que controla al Estado las instituciones que velan por los derechos de propiedad, recompuesto con las libertades en los precios y en el mercado como las instituciones básicas de todo crecimiento económico hacia el largo plazo. En otras palabras, la actividad del legislador debe orientarse a desatar los nexos constitucionales redistributivos para darle seguridad y protección jurídica a los derechos de propiedad, es decir, la política del día-día debe alejarse del presupuesto de gastos del gobierno. 

Creen Uds. que una matriz de decisiones políticos e institucionales y económicas como las mencionadas arriba puede ser materia de discusión en la actual Asamblea Nacional y en el Gobierno; ¿Es decir, en las del presidente interino J Guaidó y el presidente efectivo ilegitimo, Maduro? Piense que, si estas consideraciones se mantienen en el largo plazo, Venezuela le espera una secular contracción y una fuerte velocidad de migración hacia mundos más seguros, aunque inciertos del cual los venezolanos hoy tienen, y que se sostienen del discurso político, según el cual Venezuela es un país rico, cosa que ya nadie debe estar dispuesto a creer. 

Políticas desde el lado de la oferta: economías y nuevo diseño institucional.   

Salir de ese largo periodo de no crecimiento acompañado de una severa contracción económica en los últimos diez años, con un Estado propietario y productor con grado elevado de obesidad mórbida, con cientos de empresas en ruinas, y una deuda que sobrepasa los cien mil millones de dólares, requerirá grandes reformas y un abandono de los prejuicios estatistas de las clases políticas que juegan al Estado grande para dar cabida a su corrupción y mal comportamiento como administradores del Estado. Todo ese disruptivo comportamiento de la política hay que eliminarla si los venezolanos deciden progresar,  

El crecimiento económico en los últimos treinta (30) anos es negativo, es hora de llamar a los políticos a un grado de responsabilidad absoluta y comprender que sus malas manas han desbaratado y destruido la nacionalidad. La corrupción en Venezuela es una tragedia de muchas décadas, el Estado se ha consumido el setenta por ciento (70%) de la renta petrolera y allí lo tenemos, el caso de una gran destrucción de un país, m y los culpables es la política estatista de las clases políticas.  

El fracaso del Estado propietario y productor es conocido en la historia antes del, capitalismo no era comparable de la dimensión que muestra su fracaso en estos dos siglos posteriores a la llegada del capitalismo, y tiene un sombre, el socialismo, una especie de karma para Venezuela que ha probado todos los socialismos existentes, desde el tipo socialdemócrata hasta el socialismo centralizado masivamente en los términos del legado de Stalin.   Las lecciones las conoce el venezolano hoy empobrecido, desnutrida su juventud, perdida de altura de los jóvenes menores a 18 años, grandes oleadas migratorias que han constituido una inusual balanza migratoria negativa, naturales de países en guerra o países empobrecidos por el Estado y la corrupción.

@alexguerreroe

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