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El 18 de octubre de 1945, rescate de la soberanía política

Miguel Gómez Muci

Han transcurrido 73 años del 18 de octubre de 1945, y cabe preguntarse qué significó para Venezuela y en qué términos influyó positivamente en nuestro desarrollo político e institucional.

La muerte de Gómez fue la entrada de Venezuela al siglo 20, y también la oportunidad de afirmar el sentimiento de autodeterminación política que le impulsaba a la conquista de los derechos políticos, especialmente para hacer  realidad el derecho a elegir de manera universal, directa y secreta a sus gobernantes, particularmente al Presidente de la República. Diría Jóvito Villalba, Senador, 1944, “…mientras el Primer Magistrado Nacional no sea electo por el pueblo, “… la nación carecerá de un verdadero gobierno democrático”.

Por espacio de 134 años, el sistema político no ofreció al ciudadano el ejercicio activo de su condición; carecía de soberanía política para elegir y ser electo. No había sido relevado de esa sumisión ancestral que de la corona había pasado a los caudillos. El 18 de octubre de 1945, logra revertir esa menguada condición y lo dota de condición ciudadana plena y activa. Después de dicho acontecimiento el país toma un nuevo rumbo en lo social, económico y político: son tangibles los logros de la nueva etapa iniciada que divide en dos al siglo 20 venezolano: antes y después de la vigencia de la institucionalidad democrática. En sólo 30 meses de gobierno se evidenciará la emergencia de un país distinto.

¿Fue un golpe de estado o revolución? Ciertamente, el 18 de octubre sí ocurrió un golpe de estado. Fue llevado a cabo por sectores de los mandos medios de las Fuerzas Armadas, bajo el reclamo de la ausencia profesionalismo y las malas condiciones de la profesionalidad. El olfato de los dirigentes civiles convocados comprendiendo que su acaecimiento era indetenible, entendieron que debían asumir su dirección y evitar que quedará en el solo acto de fuerza, simple sustitución de un regimen por otro. Esa claridad de objetivos permitió que en pocos días el movimiento comenzara a perfilarse como revolución democrática al dirigirse a la variación de circunstancias y condiciones de la vida de la nación, de sus costumbres y de su sistema económico, político y social. La revolución desde su inicio comenzó a transmitir a la nación los objetivos institucionales propuestos. Estableció en los primeros decretos que el tiempo de vigencia de la Junta, quedaba circunscrito al indispensable para promulgar el Estatuto Electoral para organizar las elecciones para una Asamblea Constituyente -con concurrencia multisectorial y policlasista- para consagrar la elección directa, universal y secreta del Presidente de la República. Colateralmente estableció – para evitar la desviación de propósitos- la prohibicion de los miembros de la Junta Revolucionaria a postularse en las elecciones anunciadas. Resalta dentro de los logros el derecho a la participación politica  que mediante el voto conllevará hasta hoy un desarrollo progresivo permanente. Rómulo Betancourt, expresaría: Considero que si la Revolución de Octubre se hubiera hecho solo para devolverle al pueblo venezolano su soberanía como elector de los poderes públicos, ello bastaría para justificarla históricamente”.

A la par de los objetivos políticos y adminiculados a éstos, se entendió el desarrollo económico como necesario complemento de la democracia y se emprendió de manera sostenida el desarrollo económico nacional visualizado desde los ángulos del desarrollo de la infraestructura de la nación, y la creación de instituciones de financiamiento al desarrollo. En el regimen 1945 – 1948, comienza el desarrollo del sector hidroenergético y los estudios y obras requeridas de los grandes proyectos, es la planificación del estado moderno, cuya ejecución se extenderá por las siguientes décadas. El Estado entendió que el capitalismo que le era propio debía dirigirse a las obras que por su magnitud no podían ser emprendidas por los particulares, y que éstos en rol de actores necesitaban un espacio propicio para la creación y el desarrollo de la economía. La política petrolera fue objetivo principal, manejada acertadamente y en su desempeño mantenida una posición firme y principista, absteniéndose de conflictos innecesarios. Cuidadosamente elaborada se echaron sus bases, entre otros: a) Elevación de los impuestos hasta límites razonables; b) inicio de la concurrencia al mercado petrolero al gestionar directamente las regalías. c) Cese a la política de concesiones. d) Idea de la creación de una empresa del Estado Venezolano para la explotación y administración de la riqueza petrolera. e) Política de industrialización de la producción petrolera en territorio nacional. f) Consideración del petroleo recurso no renovable, y aprovechamiento del gas asociado. g) Reinversion de utilidades para el desarrollo agropecuario.

A partir de 1945, Venezuela se convierte en país promotor e impulsor del regimen democrático en la región. Se inicía lo que luego se llamaría la “doctrina Betancourt”, la cual cohesionará a los países democráticos en la política común de estimulo y protección de la democracia y rechazo a las dictaduras. Las políticas del gobierno octubrista propendrán al desarrollo de los derechos humanos -desde entonces en progresión- y a la creación de la O.E.A., organo multilateral regional de unidad de los países americanos y la defensa de la democracia.

Las consecuencias de la “Revolución de Octubre”, se manifestaron positivamente el  23 de enero de 1958. La población venezolana había sido ganada desde 1945 por las ideas democráticas que habían quedado sembradas. No había lugar para el retroceso institucional y menos para el secuestro del movimiento civil.

Son innumerables los logros y aciertos derivados del 18 de octubre. Venezuela se dio su primera constitución con masiva participación popular; deslindó los términos de la actividad parlamentaria al hacerla incompatible con el ejercicio de cualquier otra función y fortaleció su misión como órgano de control del ejecutivo; eligió a su primer presidente de manera universal, directa y secreta, y desde entonces hizo suya la senda democrática.

Sin lugar a dudas, el 18 de octubre de 1945 y los tres años que le suceden, es un periodo rico en hechos y avances democráticos y sociales que debe ser mejor estudiado. Pérez Guerrero en celebre carta llamó la atención de Gallegos: “Por lo demás, debemos admitir que no supimos dar toda la importancia que ella reviste <se refiere, MPG, a los niveles de progreso alcanzado en el gobierno derrocado> a la publicidad constante de las realizaciones del gobierno, instrumento indispensable en un régimen democrático para educar a la opinión pública y mantenerla alerta y debidamente informada”.

Simon, A. Consalvi, al analizar el periodo expresaria: “Fue uno de los periodos mas intensos y densos de la política venezolana, tiempo de polémicas, de búsquedas, y de realizaciones sin precedente en nuestra historia. La verdad es que nunca antes se había intentado una transformación democrática  de la sociedad venezolana ni se habían acometido las reformas estructurales y políticas que realizó en tan poco tiempo este movimiento democrático y sin duda revolucionario”.

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