El apoyo político a D. Trump en EEUU comienza a ser historia

Fuera de haber nombrado a amigotes de posturas políticas ultraderechistas como ministros de la mayoría de las carteras ministeriales, y luego de haber perdonado las sentencias de miles de delincuentes que hace cuatro años asaltaron el Congreso agrediendo brutalmente a cientos de agentes de policía que cumplían con su deber de proteger al Vicepresidente (a quien buscaban para colgar) y también a cientos de senadores y diputados y sus colaboradores, además de los edificios y sus dependencias. Fuera de todo aquello, ahora Trump ha continuado con la burda implementación de tarifas nada menos que del 20% aplicadas al comercio con Canadá y México, y 10% al comercio con China, lo que, para empezar, perjudica sobre todo al consumidor estadounidense que no es tonto ni distraído porque el producto importado de esos países, que es cuantioso, ya está comenzando a costar más en el país donde el sistema de elecciones nacionales presidenciales es dictaminado por la Constitución a tiempo que la popularidad del Presidente Trump y la de los senadores y diputados republicanos comienza a mermar.
A los republicanos que aceptan hoy ciegamente el liderazgo de Trump se les está recalcando que la elección presidencial de noviembre del año pasado dio al susodicho un margen favorable de solamente el 1,5% de los votos del país. Esta cifra debe motivar a la oposición demócrata a no bajar la ofensiva ético-política sobre todo porque el margen republicano mayoritario en las cámaras de senadores y diputados del Congreso nacional es hoy débil, lo que apunta a que las elecciones de 2026 alteren el mandato de voto a favor de los demócratas.
A los republicanos que aceptan hoy ciegamente el liderazgo de Trump se les está recalcando que la elección presidencial de noviembre del año pasado dio al susodicho un margen favorable de solamente el 1,5% de los votos del país. Esta cifra debe motivar a la oposición demócrata a no bajar la ofensiva ético-política sobre todo porque el margen republicano mayoritario en las cámaras de senadores y diputados del Congreso nacional es hoy débil, lo que apunta a que las elecciones de 2026 alteren el mandato de voto a favor de los demócratas.
Otro enfoque desfavorable a Trump y los republicanos del momento es el cuestionable desempeño presidencial de presidentes republicanos que históricamente prometieron “el oro y el moro” al pueblo estadounidense y resultaron concretando nada más que desastres. Así, en los años 1980 el presidente republicano Ronald Reagan postulaba a los cuatro vientos que haría un EEUU “grandioso otra vez”… con su fantástico “Star Wars anti-missile system”, y que el republicano George Bush en los años 2000 también prometió otra grandiosa promesa al invadir Iraq. Ambas ilusiones resultaron en desastre de costosas repercusiones… lo que también tubo repercusiones en aliados como Inglaterra en la que el gobierno de Tony Blair vio el emprendimiento de Bush como demasiado fornido para cuestionarlo. Hoy, y en forma amenazante, Keil Stamer y Trump vienen destacando lo bien que se llevan…
Una cuestión funesta del momento, y en vista del desempeño republicano negativo de los años pasados en que detentaron el poder, es el deseo de Trump de producir más petróleo y gas natural olvidando increíblemente el calentamiento climático del planeta. A lo mejor tienen razón los que dicen que hay que tener paciencia con el desbocado proceder diario del presidente Trump. Coexistir con el desatino o desvarío de cancelar las concesiones federales nacionales e internacionales para dizque “detener el deterioro nacional”, y así hacer “grandioso a EEUU otra vez”, es o habrá ha de ser una falacia costosa para EEUU y, por desgracia, también para el mundo. Encuestas recientes muestran desaprobación del temprano ejercicio presidencial de Trump porque sus decenas de decretos recientes tiene efectos poco menos que increíbles por lo nefastos, nacional e internacionalmente.