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El Contexto Geopolítico de la Guerra de Ucrania

La actual guerra de Ucrania pareciera que va para rato de acuerdo a lo manifestado por el General Mark Milley jefe de las Fuerzas Armadas Conjuntas del Pentágono. El General Mark Milley ha planteado “que era probable que los combates en Ucrania continuaran durante años. Todavía es un poco temprano, a pesar de que llevamos mas de un mes en la guerra. Queda gran parte de la guerra terrestre en Ucrania, pero creo que este un conflicto muy prolongado. Y creo que al menos se mide en años” (…) “Este es un conflicto muy extenso que ha iniciado Rusia, y creo que la OTAN, Estados Unidos, Ucrania y todos los aliados y socios que están apoyando a Ucrania van a estar involucrados en esto durante bastante tiempo”, agrego además que Ucrania es el «potencial de un conflicto internacional significativo que está aumentando, no disminuyendo» y califico la invasión de Ucrania como la «mayor amenaza para la paz y la seguridad de Europa y quizás del mundo». (War in Ukraine will be a ‘very protracted conflict’ that could stretch on for years, says General Mark Milley)     

Esta guerra de Ucrania tiene sus raíces en un conflicto que tiene décadas anteriores, pero que recrudeció a finales del año 2014, cuando en este año se prolongo y recrudeció la crisis producto de los intereses económicos y geopolíticos de los actores involucrados. En este año 2014 se produjeron acercamientos del gobierno de Ucrania con la Unión Europea (EU) que tenían el  interés de crear acuerdos comerciales y una mayor presencia dentro de Eurasia​ (zona geográfica sobre la placa tectónica euroasiática, que se extiende desde España hasta China).

Ante la intención del entonces presidente Víctor Yanukovich hacia los acuerdos europeos, Rusia actuó rápidamente presionando al gobierno ucraniano para que se negara la firma de dichos tratados por cuanto para el Kremelin, estos tratados conspiraban contra la seguridad de Rusia, fue así entonces que ante el repentino rechazo de estos acuerdos por parte de Yanukovich se produjeron manifestaciones masivas en la plaza de Kiev. La intensificación de estas manifestaciones evidenciaron  la división de los ucranianos, división que determino que el 22 de febrero del 2014 fuera destituido por la fuerza el presidente proruso Víctor Yanukovich, produciéndose un gobierno de facto pro-occidental que inicio una persecución contra la población pro-rusa.

La salida de Yanukovich de la presidencia de Ucrania es aprovechada por Putin para invadir y anexarse a Crimea, la cual constituye una zona estratégica en tanto Crimea es la salida de Rusia al Mar Negro. Es decir, en 2014 había un gobierno proruso en Ucrania que es desplazado con el apoyo de los EEUU. Los Estados Unidos utiliza entonces la experiencia y el arrojo de Victoria Nuland que fue portavoz del Departamento de Estado de los EEUU desde 2011 a 2013 durante la presidencia de Obama​ y del 2013 hasta enero de 2017 fue además, responsable de la política exterior para asuntos europeos y euroasiáticos. Victoria Nuland se va a ver implicada en el 2014 en un audio donde sostiene una conversación con el entonces embajador de los Estados Unidos en Ucrania Geoffrey Pyatt, la conversación fue publicado en YouTube y en el audio se revela un intercambio sobre la estrategia de Washington para un cambio político en Ucrania. En el audio se escucha un insulto por parte de la Sra. Nuland conta la Unión Europea “fuck europeans”. En el audio se revelan además, las aparentes divisiones entre Estados Unidos y la Unión Europea sobre cómo manejar la crisis en Ucrania. En la grabación, Nuland y Pyatt discuten estrategias para trabajar con las tres principales figuras de la oposición: Klitschko, Arseny Yatseniuk, un ex ministro de economía de Ucrania, y Oleh Tyahnybok, un nacionalista de extrema derecha.

Nuland habla en el audio publicado en YouTube sobre involucrar a Las Naciones Unidas en una solución política en Kiev: “Eso sería muy bueno, creo, ayudaría a consolidar esto y lograr que la ONU nos ayude a unirlo y ya sabes… que se joda la UE”, dijo Nuland en la grabación, que fue acompañada de fotografías de personas mencionadas en la conversación. (Doina Chiacu , Arshad Mohammed. REUTERS 07/02/2014). Es así como el enfrentamiento en Ucrania involucra a potencias de primer orden de forma directa (La Unión Europea, EEUU, Rusia).

En esta guerra de Ucrania habría que considera además, que el fin de la Guerra Fría supuso un capitalismo triunfante. Es así como Francis Fukuyama escribe “el fin de la historia” y el amanecer de una era de paz y prosperidad. Fukuyama Inspirándose en Hegel y en alguno de sus exégetas del siglo XX, como Alexandre Kojève, afirma que el motor de la historia, se ha paralizado debido a la disolución del bloque conformado por gobiernos comunistas. El siglo XX había sido una lucha larga y sangrienta entre tres ideologías hostiles, pero ahora, tanto el fascismo como el comunismo estaban derrotados. El mundo sería rehecho a la imagen de los vencedores. El nuevo orden se construiría sobre una base idealizada, casi mística: un sistema de libre mercado global autorregulado.

Durante décadas, la versión dominante del capitalismo había sido comprometida. Para competir por los corazones y las mentes contra la amenaza socialista, los gobiernos occidentales de la Guerra Fría establecieron estados de bienestar, pusieron servicios vitales como la educación y el saneamiento en manos del gobierno, no del mercado, e hicieron las paces con los sindicatos. Estados Unidos no fue la excepción, aprobó la Ley Wagner e instituyó el New Deal y la Gran Sociedad.

Posteriormente cayo el Muro de Berlín, y con este la necesidad de continuar apaciguando a los trabajadores para prevenir cualquier pensamiento revolucionario inquietante. La desregulación y la deslocalización industrial se aceleraron, y comenzó la transición a la “nueva”, “posindustrial” y “economía del conocimiento”.

Los economistas de la Escuela de Chicago pintaron un hermoso cuadro de lo que traerían estos cambios. Insistieron en que los empleos deslocalizados a países como China, Vietnam, Bangladesh y Honduras enriquecerían a esas poblaciones pobres (y lo hicieron en mayor o menor grado), mientras que la pérdida de la base industrial de EE. UU. sería más que compensada por todos los empleos recién creados y bien remunerados en la economía de la información y los servicios (décadas más tarde, en amplias zonas de los EE. UU., esta promesa aún no se ha materializado). Mientras tanto, la rápida liberalización económica al estilo de la “terapia de choque” convertiría al antiguo imperio soviético en un enorme motor de creación de riqueza, a medida que las industrias nacionalizadas se privatizaran, y en un vasto laboratorio para la innovación empresarial. La entrada de China en el sistema de comercio global terminaría con las fuerzas del mercado desgastando la hegemonía política del Partido Comunista, trayendo una revolución democrática pacífica al país más grande del mundo. Unidos por el comercio, la guerra entre naciones se convertiría en una cosa del pasado. De hecho, el estado-nación en sí mismo probablemente se desvanecería en un significado de segundo orden, reemplazado por los nuevos grandes actores en el escenario mundial: corporaciones, nuevas tecnologías y redes de comunicaciones globalizadas.

Pero la realidad resultó muy diferente, como la izquierda política sabía desde hace mucho tiempo. En lugar de mil Silicon Valleys rurales y posindustriales, en las regiones que perdieron sus industrias manufactureras, hay desempleo y una epidemia de adicción a la metanfetamina y los opiáceos. En lugar de un dínamo económico ruso, existen oligarcas mafiosos y Vladimir Putin y en lugar de una democracia jeffersoniana asiática, lo que hay es una nueva forma de capitalismo autoritario.

El marxismo-leninismo revolucionario había fracasado, pero su antiguo rival filosófico, el liberalismo clásico, ahora reformado como neoliberalismo, también había fracasado. Ambas ideologías nacieron de la Ilustración en donde cada uno contaba una fábula teleológica que comenzaba con el hombre primitivo en estado de naturaleza y culminaba con su libertad bajo un orden social perfeccionado. Para los marxistas, esa apoteosis fue el comunismo; para los acólitos de John Locke y Milton Friedman, era el mercado libre global autorregulado.

Bajo el orden neoliberal, los Programas de Ajuste Estructural del Fondo Monetario Internacional destrozaron las redes de seguridad social, crearon multimillonarios mientras dejaban sin trabajo a millones de personas, pusieron límites sin precedentes a la soberanía estatal y trastornaron las normas culturales tradicionales en países de todo el mundo.

Posteriormente en el 2008, cuando colapsó Lehman Brothers y comenzó la crisis financiera mundial, el neoliberalismo se murió, es decir, de un solo golpe, se demostró que los supuestos en los que se basaba eran espectacularmente erróneos: el libre mercado no se autorregulaba, mientras la desregulación no había hecho que los mercados fueran más funcionales’, vale decir, todavía se necesitaba al estado y ahora más desesperadamente que nunca, pues los simples hechos del mundo en el que vivimos ya no se podían sustentar bajo las fantasías de los economistas de la Escuela de Chicago.

Las sanciones a Rusia han puesto al descubierto la dependencia de los combustibles fósiles. Alemania, uno de los líderes mundiales en energía verde, continúa resistiéndose a los llamados para prohibir el petróleo y el gas rusos. Se suponía que esas importaciones “sucias” servirían simplemente como un puente para llevar al país entre el cierre de sus plantas de energía nuclear y el reemplazo de esa energía con energía eólica y solar. Es así como Alemania compra un tercio de su petróleo y un tercio de su gas natural a Rusia y más de la mitad de su carbón. Esto nos lleva a considerar que las fuentes de energía no serán reemplazadas por energías renovables en el corto plazo, y tal vez nunca, pues la tecnología de almacenamiento de baterías para energías renovables es prohibitivamente costosa y no hay motivos para confiar en que esos costos se reducirán. Mientras tanto, la energía eólica solo está disponible mientras sopla el viento, y la solar solo mientras brilla el sol. Para evitar caídas de tensión en días nublados y sin viento, los parques eólicos y solares deben estar respaldados por energía procedente de plantas tradicionales de combustibles fósiles. En otras palabras, al nivel actual de tecnología, la sostenibilidad de las energías renovables depende completamente de la disponibilidad de combustibles fósiles.(The End of Ideology. Leighton Woodhouse. Social Estudies Ciencias. 04 Marzo 2022)

Es este, el Contexto Geopolítico, de la actual Guerra de Ucrania. Pero al parecer hay algunos analistas que se enteraron de que Ucrania existía el 24 de Febrero del 2022, cuando Rusia decide “invadir”, pues desconocen que Kiev la actual capital ucraniana nació en el siglo IX, y que paso a ser el centro del primer Estado eslavo creado por un grupo de escandinavos que se hacían llamar Rus. Este gran Estado medieval, que los historiadores llaman Kyivan Rus, fue el origen tanto de Ucrania como de Rusia, en tanto que Moscú se estableció en el siglo XII conformando lo que entonces era una extensa frontera nororiental.

Se les escapa igualmente a estos analistas que Ashton Carter, quien fue Secretario de Defensa de los EEUU desde el 17 de febrero de 2015 hasta el 20 de enero de 2017, confirmó la participación de EEUU en la fuerza aliada de reacción rápida que desplegaría “temporalmente” tanques, vehículos blindados y artillería en Bulgaria, Polonia, Rumanía, Estonia, Letonia y Lituania. Ashton Carter en una rueda de prensa en Tallín, la capital de Estonia, explicó que esos países han aceptado acoger equipamiento militar pesado para una compañía o a un batallón.

Después en Berlín (Alemania), Carter ratificó el compromiso estadounidense con la OTAN para defender a Europa “de las acciones rusas y de los intentos de crear una esfera de influencia como en los tiempos de la Unión Soviética”, tendríamos que apuntar también, que Zbigniew Brzezinski, quien fuera  un politólogo estadounidense de origen polaco y consejero de Seguridad Nacional del gobierno del presidente de Estados Unidos Jimmy Carter (1977-1981). manifestó en la revista National Interest en el año 2.000, que “los europeos estarán más inmediatamente expuestos al riesgo en caso de que un imperialismo chauvinista anime nuevamente la política exterior rusa”, con lo cual esbozó un plan de lo que pasaría ante una expansión de la OTAN hasta límites insospechados en la década de los 90 y la implementación del nuevo sistema europeo de defensa anti-misiles.

  “Occidente debe entender que, para Rusia, Ucrania nunca puede ser simplemente un país extranjero. La historia rusa comenzó en lo que se llamó la Rus de Kiev. La religión rusa se extendió desde allí. Ucrania ha sido parte de Rusia durante siglos, y sus historias ya estaban entrelazadas antes de esa fecha. Algunas de las batallas más importantes por la libertad rusa, comenzando con la Batalla de Poltava en 1709, se libraron en suelo ucraniano. La Flota del Mar Negro, el medio de Rusia para proyectar su poder en el Mediterráneo, tiene su base en arrendamiento a largo plazo en Sebastopol, en Crimea. Incluso disidentes tan famosos como Aleksandr Solzhenitsyn y Joseph Brodsky insistieron en que Ucrania era una parte integral de la historia rusa y, de hecho, de Rusia.

La Unión Europea debe reconocer que su burocrática morosidad, y la subordinación del elemento estratégico a la política interna en la negociación de la relación de Ucrania con Europa, contribuyeron a convertir una negociación en una crisis. La política exterior es el arte de establecer prioridades” (Cómo puede terminar la crisis de Ucrania. Henry Kissinger. Dr. Político 24 febrero 2022). Esta opinión de Kissinger define en mi criterio, la urgencia de que Ucrania se declare una Noción Neutral tal como lo son hoy, Austria, Finlandia, Irlanda, Malta y Suecia. Peter Caddick-Adams, que es un historiador Británico especializado en historia militar, sostiene también esta opinión.

Esta Guerra de Ucrania ha complicado peligrosamente la lucha geopolítica, en tanto que la agudización de las tensiones globales, con guerra de monedas, sanciones, guerra de precios de las materias primas contribuyen a alimentar un potenciar holocausto nuclear, pues no hay que perder de vista que Rusia representa para China su paragua nuclear. He de allí que tanto para Rusia, como para China, el triunfo de Rusia en Ucrania constituye una necesidad existencial, por cuanto si liquidan a Rusia en Ucrania, luego vendrían por China. No es casual que los EEUU, concentran hoy todos sus esfuerzos estratégicos en la OTAN, los países de la Unión Europea y en los expaises del pacto de Varsovia, Eurasia y Asia del pacifico como una prioridad de alto nivel, ofensiva estratégica para intentar frenar y desconectar la alianza estratégica (sin limites, según Xi Jinping).   

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