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El Gran Problema De La Censura: Una Mácula Permanente

El sueño de la razón engendra monstruos. Francisco de Goya y Lucientes

No hay libros morales e inmorales sino libros buenos y malos. Oscar Wilde

Una pequeña historia de una aberración

Me estaba acordando de que cuando visitaron líderes islámicos y gubernamentales de Irán  -hace varios años- a Roma la ciudad eterna, las autoridades taparon las esculturas clásicas donde se representaban mujeres desnudas, ¡ cómo haciéndoles un homenaje a la cultura islámica que rechaza representar la figura humana!  

Al parecer en todos los tiempos ha existido una censura y una lucha contra esta mala práctica que coarta la libertad de expresión y de prensa, la creatividad de las artes, y hasta de la ciencia.

Una de las censuras más famosas de todos los tiempos fue la instrumentada por la Iglesia Católica con el llamado Index Librorum Prohibitorum  en el cual, se metían ahí todos los libros cuya lectura estaba negada para la salud espiritual de los buenos cristianos. El Index durante varios siglos, contenía en su amplia lista obras de Francois Rabelais,  de René Descartes, de Montesquieu. También, Honoré de Balzac, y Victor Hugo figuraron en esta enumeración “ignominiosa”. Y autores modernos como André Gide y Jean Paul Sartre por supuesto. Este Index fue finalmente eliminado por Paulo VI el 8 de febrero de 1966. Quizá, la inclusión de un autor prohibido en este elenco de autores más bien lo hacía famoso, y por lo tanto más atractivo para leerlo.

El célebre marqués de Sade, ha disfrutado el “honor” sin par de que sus obras hayan sido prohibidas por todos los gobiernos y en todos los tiempos. En la propia revolución francesa apenas salió de la Bastilla, fue encerrado por orden del mismísimo Napoleón, en el manicomio de Charenton, donde representaba obras de teatro con los propios alienados. 

Cabe destacar que cuando triunfa la Revolución francesa, y de una vez se decretan entre los Derechos Humanos la libertad de expresión, de ideas, de prensa, Maximiliano Robespierre gran jefe y director del Comité de Salud Pública anticipándose a Adolf Hitler, ordenó la quema de las obras de Camille Desmoulins. 

En Gran Bretaña, una nación con la fama de enorme libertad de expresión y de prensa, en 1922 se prohibió el Ulisses de James Joyce    inclusive en todos los países de habla inglesa, una novela bien ¡fastidiosa! De igual forma, fue prohibida la novela el Amante de Lady Chatterley. 

También las manos sucias y entrometidas de la censura se inmiscuyen en la producción fílmica. Así, la impactante y desgarradora película de Stanley Kubrick, protagonizada por Kirk Douglas, Senderos de Gloria, donde se exhíben los fracasos del Estado Mayor francés en la primera guerra mundial, estuvo prohibida en Francia desde el año 1957 hasta 1975, y lo curioso es que también estuvo vetada en España. De igual forma, la excepcional película La batalla de Argel, donde se delata  la tortura en Argelia por parte de los paracaidistas de la Legión Extranjera, en plena quinta república. Un episodio repudiable por todos.

Ha sido inaudita e insolente la censura ejercida sobre las canciones de George Brassens quizá el mejor cantante de protesta que haya tenido Francia. Yo censuro puesto que yo mando. Parece ser la norma general del censor. 

En la Caracas, gazmañona, con aires de convertirse en una gran metrópoli, en el primer gobierno de Rafael Caldera, un prefecto -creo yo- acordó que los caraqueños no estábamos preparados para ver la película El último tango en París protagonizada por Marlon Brando y una dama muy audaz o algo “liberada”. Total, no le agradó el uso de la mantequilla que hace el protagonista masculino en la cinta. Privándonos a todos los cinéfilos o simplemente curiosos, nuestro derecho de ver algo y decidir por nosotros mismos si valía la pena de pagar la entrada del espectáculo o no. 

En la URSS, durante muchísimos años, el Partido Comunista y sus acólitos y la policía política ejercieron la censura con el mayor desparpajo. De esta manera, nos viene a la mente las imágenes de la gran novela El doctor Zhivago escrita por Boris Pasternak de la cual, emergió el monumental filme con el mismo título protagonizado por Omar Shariff, Geraldine Chaplin, y Julie Christie, entre otros. Esta película ganó muchos premios además de los tradicionales Oscar. Al parecer la revolución rusa no hizo felices a sus supuestos beneficiarios. Otro gran censurado fue Alexander Solthenitzin, quien estuvo en el Ejército Rojo en la segunda guerra mundial. Solthenitzin fue galardonado en 1970 con el Premio Nobel de Literatura. Nuestro censurado a poco antes de terminar la segunda guerra mundial fue internado en un campo de concentración en Siberia. De esta experiencia sacó sus obras inmortales, que hasta han sido llevadas al cine, así tenemos al Archipiélago de Gulag donde retrató el oscuro universo concentracionario del comunismo  y sobre todo de Stalin, Agosto de 1914, y Un día en la vida de Iván Denisovich un relato realista de la vida de cualquiera sometido a los terribles rigores de un campo de concentración. 

La censura en Cuba, que nunca se nos puede olvidar, parece la culminación de años de dictaduras como la de Machado y de Fulgencio Batista.  Es increíble y terrífico  como el propio artículo 53 de la Constitución cubana reconoce la libertad pero siempre y cuando esté de acuerdo a los “fines de la sociedad socialista”. Suplementariamente  también declara que todos los medios de comunicación y difusión masiva son de propiedad estatal o social pero nunca de propiedad privada, para imponer su uso «al servicio exclusivo del pueblo trabajador y del interés de la sociedad» .Los mismísimos medios estatales se encuentran bajo la directa y permanente  vigilancia ideológica del “Departamento de Orientación Revolucionaria” del gobernante Partido Comunista de Cuba, el cual “desarrolla y coordina estrategias de propaganda”. Los cubanos no tienen para nada algún derecho o posibilidad de oír transmisiones radiales privadas o extranjeras. Siempre el extranjero es el enemigo.  Inclusive en agosto de 2006, el gobierno cubano  había articulado  una dura advertencia a los pocos propietarios y detentores de las -ya de por sí ilegales- antenas parabólicas de televisión, explayando  su preocupación de que en  Estados Unidos pudiesen transmitir una “mala” programación con un “contenido desestabilizador y subversivo”.   ¡ Qué agudeza y previsión la de George Orwell quien en su novela 1984 ya había vislumbrado todo esto !

En este contexto, la  Organización No Gubernamental de raigambre francesa Reporteros sin fronteras (Reporters sans frontières) ha colocado a la Cuba de los Castro cerca del final de su índice mundial sobre la libertad de prensa (Press Freedom Index) de 2008, apenas por delante de algunos países con regímenes dictatoriales, como Corea del Norte. Postula  que “Cuba es la segunda mayor cárcel del mundo para los periodistas”, después de la República Popular China.  Por otro lado, Cuba fue nombrada también como uno de los diez países más censurados del mundo por el Comité para Proteger a los Periodistas.  Recordamos también a nuestros lectores que este era el régimen amado por Jean Paul Sartre que siempre escupió contra la censura en su Francia natal.

En Venezuela, ya sabemos todos como todos los días avanzan los censores como hormigas carnívoras que han clausurado televisoras ( Radio Caracas Televisión), radioemisoras, comprado periódicos ( Ultimas Noticias, participación en El Universal) bloqueos a portales extranjeros ( Infobae) y toda clase de maniobras etc, etc. Al   matutino El Nacional se le ha impedido por todos los medios adquirir por todos los medios papel y al final incluso se ha tratado de bloquear. Rafael Poleo editor temido y temible en la república civil y democrática 1959-99 ya tiene bastantes años residiendo en Miami gracias a la persecución del gobierno. Su periódico El Nuevo País y la revista Zeta ha sido convertidos en portales   Web   por la negación del papel de periódico.  CNN en español, fue expurgada de la televisión por cable. 

Pero quizá, el mayor desatino en la actualidad está ocurriendo en Estados Unidos, con el retiro por parte de la firma HBO de su programación de la célebre película Lo que el viento se llevó alegando una visión racista después de muchos años de producida (1939) y exhibida exitosamente en todo el mundo. En una información de prensa, la gerencia de HBO   afirmó: «Estas representaciones racistas estaban equivocadas entonces y están equivocadas hoy, y sentimos que mantener este título sin una explicación y una denuncia de esas representaciones sería irresponsable». Esto es, censura al pasado, después de más de ochenta años, retroceden en el tiempo, y condenan lo que todos vimos.  Si es nefasta la censura por parte de una autoridad gubernamental es francamente obscena y obscura la censura perpetrada por un hombre de negocios, o por una empresa por acciones.  Y de paso retrospectiva. Hasta en Israel han permitido de nuevo como una visión del horror y de la historia la circulación de Mi lucha escrita por Adolf Hitler. Así nos comenta  Nick  Gillespie en el portal liberal Reason:

Reconocer la importancia de una obra no significa validar el universo moral de su autor (o su audiencia). Lo que el viento se llevó es a la vez el pináculo de un Sur ilusorio y un reconocimiento de su completa derrota frente a las fuerzas de la modernidad liberal.

Se está viendo otra serie de barbaridades en Estados Unidos como el derribo de las estatuas de Cristóbal Colon y de antiguos colonizadores de origen español. La caza de brujas ha comenzado de nuevo, y no se sabe cuándo terminará. Harald Uhlig, un   destacado profesor de la Universidad de Chicago y editor del Journal of Political Economy, ha sido execrado de su cargo de la revista en el torbellino de un escándalo que ha arribado hasta la presidencia de la American Economic Association. ¿La razón? Uhlig   criticó la idea estrambótica de “Black Lives Matter” de abolir las policías en Estados Unidos. Paralelamente se han derribado las estatuas de Mahatma Gandhi por comentarios ofensivos hacia los africanos, de soldados confederados, de filántropos, etc. También se atacaba la estatua de Winston Churchill, bajo acusaciones de racismo y se amenazaba a la autora de Harry Potter J.K Rowling de que no se seguirán produciendo películas de sus libros, por afirmar que el sexo biológico existe.

De modo pues que la democracia y las libertades están en peligro la gran república del norte.  Como decía y sigue vigente, la idea de Lord Acton: “ Es malo ser oprimido por una minoría, pero es peor ser oprimido por una mayoría. Porque hay una reserva de poder en las masas que, si entra en juego, apenas puede la minoría resistirlo” He aquí el quid pro quo de la cuestión. 

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