El hambre no sabe de política
Las protestas por falta de alimentos van en aumento, así como los intentos de saqueo y los saqueos per se, que ya se trasladaron del interior de Venezuela a Caracas, ciudad que muchos consideraban privilegiada al comparar el abastecimiento de sus anaqueles con la escasez que sufren los habitantes de distintas regiones del país.
El jueves, ni siquiera el partido de la Vinotinto en la Copa America calmó los ánimos de los petareños. El viernes la protesta se trasladó a La Vega, mientras que el sábado fue Catia el escenario de nuevas manifestaciones por hambre.
Es asombroso oír a habitantes de zonas bastiones del oficialismo, diciendo que este gobierno no sirve y exigiendo el referendo revocatorio.
El círculo se cierra. ¿Qué espera el gobierno para tomar acciones ante la casi total ausencia de los alimentos básicos? O es que acaso eso es lo que se busca, ¿que se produzca el estallido que dé la excusa perfecta para suspender un revocatorio que saben tienen perdido de antemano?
Ya basta de retórica, de discursos llenos de cháchara ideológica, ya basta de pedir «sacrificios» por la Revolución.
El hambre no espera, el hambre no sabe de política. Recordemos la tragedia de El Caracazo, que sucedió por menos de lo que estamos atravesando ahora. No permitamos que la historia se repita.