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El nombre de los hijos de Glory

Hacia finales de 2017 me contactó mi amiga la periodista Albor Rodríguez: “Estamos preparando un especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, con el apoyo de Cofavic, para nuestro portal “La Vida de Nos”. Queremos documentar esos casos en las palabras de las propias madres. Hay siete que están dispuestas a hacerlo. Muchas otras quisieran, pero les da miedo. Será de gran valor para cuando regrese la justicia a este país. ¿Te animas a acompañar a una de ellas?”. Yo acepté de inmediato.

Me asignó a la señora Glory Tovar. Nos citamos una tarde en Crema Paraíso de San Bernardino. Comenzamos a conversar. Lo primero que me dijo fue “ayúdeme a lavar el nombre de mis hijos”. Yo le aseguré que haría todo lo posible para que así fuera. Nos reunimos varias veces. Grabé su testimonio y lo escribimos juntas. El resultado, junto a un conjunto de estupendas fotografías que hizo Fabiola Ferrero cuando visitamos la casa de Glory donde fueron asesinados sus dos hijos, se puede leer en http://www.lavidadenos.com/disparosalcorazon/.

Marta Valiñas, presidente de la Misión Internacional para Venezuela de las Naciones Unidas, declaró el 16 de septiembre de 2020 cuando se hizo público el informe, que la Misión había encontrado “motivos razonables para creer que las autoridades y las fuerzas de seguridad venezolanas han planificado y ejecutado desde 2014 graves violaciones a los derechos humanos, algunas de las cuales – incluidas las ejecuciones arbitrarias y el uso sistemático de la tortura – constituyen crímenes de lesa humanidad”.

La Misión investigó 223 casos, de los cuales 48 se incluyen como estudios de casos exhaustivos en el informe de 443 páginas. Ya había examinado otros 2.891 casos para corroborar los patrones de violaciones y crímenes. Entre los 48 casos escogidos se encuentra el de los hijos de Glory, asesinados con dos primos en mayo de 2016, cuando, en plena operación de la OLP, una comisión de la División de vehículos del CICPC irrumpió en su vivienda “a hacer una requisa” y los mató ahí mismo, a sangre fría.

Los hijos de Glory no tenían antecedentes policiales. No estaban solicitados y jamás habían estado presos. Darwin Gabriel, el mayor, trabajaba en el Hospital Clínico Universitario. Antes, durante 4 años, había trabajado en una empresa de estampado de franelas.  En palabras de su madre “siempre fue buen estudiante, un muchacho bien arreglado, le gustaba vestir bien y usar colonias. Siempre olía rico, era un negro fachoso”.

Carlos Jampier era el menor. “Siempre lo cuidamos porque convulsionaba. El doctor me decía que él iba a estudiar hasta donde su mente le diera. Lo cuidábamos mucho porque me daba miedo que me le pasara algo en la calle, y tanto cuidarlo de la calle para que me lo mataran en mi propia casa… ¡Qué ironía!”, escribió Glory en su testimonio.

En La Vida de Nos leemos: “Las noticias que publicó la prensa refieren que “cuatro delincuentes” fueron abatidos después de un enfrentamiento con funcionarios de la División de Vehículos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Uno de los artículos dice: “Según versión policial, los pesquisas del cuerpo detectivesco se encontraban en labores de investigación, cuando observaron a cuatro individuos quienes al percatarse de la presencia policial, no atendieron la voz de alto haciendo frente a los efectivos. En medio del fuego cruzado, los antisociales huyeron hacia una vivienda de tres pisos, a la cual ingresaron los agentes”. Glory Tovar logró demostrarle a la fiscal encargada del caso que no hubo tal enfrentamiento. Todos los disparos se hicieron dentro de la casa”. Nosotros mismos, cuando fuimos a la vivienda, hicimos el recorrido desde la calle y en ninguna superficie observamos impactos de bala. Solamente adentro. De hecho, todos estaban en la casa cuando entraron los agentes. Darwin Gabriel, cuando oyó el timbre, se asomó por la ventana y le dijo a Glory “Mami, abre la puerta, que ahí abajo está un policía”. Entraron en tropel. Desalojaron a las mujeres y a los niños, taparon con sábanas las ventanas y los asesinaron”.

En la página del Consejo de DDHH de la ONU se lee:

“La Misión constató que las autoridades estatales de alto nivel tenían y ejercían el poder con la supervisión de las fuerzas de seguridad y los organismos de inteligencia identificados en el informe como responsables de esas violaciones. El Presidente Maduro y los ministros del Interior y de Defensa tenían conocimiento de los crímenes” (negrillas mías).

Dieron órdenes, coordinaron actividades y suministraron recursos en apoyo de los planes y políticas en virtud de los cuales se cometieron los crímenes.  Querida Glory, mi valiente Glory: el nombre de tus hijos ya está limpio. Que el caso suyo aparezca en este informe tan importante es prueba de ello. Desde ya, puedes estar tranquila.

@cjaimesb

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