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El quirófano del padre Ugalde

Sí, estoy pensando en el sacerdote jesuita Baltasar Gracián (1601-1658), quien no sospechó nunca que tres siglos y medio después de escribir, en 1647, su Oráculo manual y arte de prudencia, cuya edición princeps dice graciosamente: Oráculo/ manual,/ y/ arte de prudencia./ Sacada/ de los aforismos/ que se discurren/ en las obras de/ Lorenço Gracián./ Publicala/ D. Vincencio/ Ivan de Lastanosa,/ I la dedica/ al excelentíssimo señor/ D. Luis Méndez/ de Haro,/ conde duque. /Con licencia: Impresso en/ Huesca, por Iuan No-/gues. Año 1647. Esta obra se convertiría en un best seller en el ámbito intelectual empresarial, solo incoado en su tiempo.

Nietzsche no reparó en elogios a El arte de la prudencia: “Europa no ha producido nada más fino ni más complicado en materia de sutileza moral”.

Insertamos una selección de sus consejos: 1) Elige un modelo elevado. Más para superarlo que para imitarlo. Aspira más a avanzar hacia lo excelso que a competir con otros. En vez de envidiar al que triunfa, lucha por alcanzar tus propias metas. 2) Trata siempre con gente de principios. Con ellos uno puede arriesgarse y ganar su confianza. Es preferible competir con gente responsable que triunfar con gente ruin. Aléjate de la gente que no cumple sus compromisos, ya que carecen de virtud. 3) Combina el saber con la correcta intención. La intención malévola es un veneno que daña tus perfecciones. ¡Infeliz eminencia la que se pone al servicio de la ruindad! 4) No tengas espíritu de contradicción. Aunque seas inteligente, al ser un permanente contradictor, lo dificultas todo, y no escapas de ser impertinente, aun siendo entendido. 5) Lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y aun lo malo, si poco, no tan malo.

Pensé en mi admirado Gracián cuando leí, primero el artículo “Los sueños, sueños son”, publicado en El Nacional, el 26/06/2014, y luego la provocadora entrevista que el gran periodista Roberto Giusti (RG) le hizo al padre Ugalde sj para El Universal. Ya el título es una provocación, algo importante en un país de indefiniciones y cuando la pregunta sigue siendo la misma de siempre: ¿Qué va a pasar? “Es inevitable un gobierno de transición salido del chavismo”. A la pregunta de RG: ¿Por qué deberían ser los que fracasaron los que hagan la transición?, la respuesta es: “Porque nadie más lo puede hacer. El gobierno tiene la fuerza armada y todos los hilos. Aunque ninguno le funciones. Ellos también ven cómo esto se va desmoronando y entonces surgen las preguntas: ¿Por qué este señor es el presidente?”. A continuación, y siempre después de una pregunta, Ugalde discurre sobre lo que pensarían los padres acerca de la necesidad de operar o no a su hijo pequeño. Después de consultar varios médicos llegan a la conclusión de que “el remedio es operar”, y aclara que eso no significa convencer a un señor, “sino apercibirse de que dentro del movimiento hay un resquebrajamiento y muchos están pensando en la necesidad de un cambio”.

Más abajo en un recuadro titulado “El país está en el quirófano”, dice Ugalde que tanto en el gobierno como en la oposición hay inercias, ya que, en cuanto a la oposición, no es lo mismo marzo y abril que afrontar julio, agosto y diciembre de este año. Respecto al gobierno, porque “el legado de Chávez se ha convertido en una rémora fatal”. Critica el “voluntarismo inmediatista”, porque con rabia y emotividad no cae el gobierno, y dice que hay “que tener una psicología más tranquila y usar la cabeza”. RG repregunta: ¿No es eso lo que hace Capriles? Respuesta: “Sí, Capriles lo está haciendo, pero es una falta de respeto a la población hablar de elección presidencial en 2019. Estamos en el quirófano. Se opera o no se opera”.

Nótese la convicción y las respuestas del ilustrado educador jesuita, quien en “Los sueños, sueños son” dice al inicio: “El mal gobierno es de Maduro, pero el mal modelo político es de Chávez. Hace falta un nuevo gobierno decidido a salir de este desastroso modelo político antes de que se hunda el país. Operación urgente y riesgosa (…) La causa del fracaso no está en ninguna conspiración ni en magnicidio, sino en el modelo político dictatorial”. Yo agregaría que el modelo político –socialismo o comunismo– fracasó rotundamente en todos los países que lo adoptaron o lo impusieron. En 1986, los países socialistas representaban 34,4% de la población mundial, y cubrían 30,7% del área del planeta. (János Kornai, The Socialist System, Princeton, 1992). Fue un fracaso costoso en sangre y vidas humanas. En la obra titulada Le libre noir du commnisme. Crimes, terreur, répression. (Stéphane Courtois, et. al, Robert Laffont, 1997), se lee: “Podemos, sin embargo, establecer un primer balance cifrado [de las víctimas] que no es sino una aproximación mínima que necesitaría mayores precisiones pero que, según nuestras estimaciones, da un orden de magnitud que permite poner el dedo en la llaga de la gravedad del asunto”: URSS, 20 millones de muertos; China, 65 millones; Vietnam, 1 millón; Corea del Norte, 2 millones; Camboya, 2 millones; Europa del Este, 1 millón; América Latina, 150.000; África, 1,7 millones; Afganistán, 1,5 millones, y movimiento comunista internacional, y partidos comunistas que no están en el poder, una decena de millares de muertos. El total se aproxima al límite de 100 millones de muertos. Fracasaron, pues, no solo el modelo político, que el gobierno militarista venezolano insiste en imponer, sino también la vida social y la supervivencia y una enorme masa que “amaba, sufría y esperaba”, parafraseando al maestro Rómulo Gallegos.

El padre Ugalde insiste en que “el primer cambio no vendrá de la oposición, sino del instinto de conservación, viveza y cierta sensatez de aquellos del gobierno decididos a que cambie el reaccionario gobierno cubano (…)”. Luego señala algunos “retoques” que haría el nuevo gobierno chavista para ganar apoyo en la sociedad, tales como liberar a los estudiantes, alcaldes y demás presos políticos, y descriminalizar las protestas de la oposición. Más tarde habría que emprender la ejecución de una serie de ajustes que corrijan los grandes desequilibrios y fallas del modelo que vive actualmente el país.

Señala que la oposición tiene que bajarse de la nube que remite al cambio para 2019. Aunque Capriles afirmó: “Nunca dije que debemos esperar hasta 2019” (El Nacional, 10/07/14). Sin embargo, yo creo, como opina el editorial de Analítica.com del 06/07/14, que la oposición pareciera haber perdido la brújula y no encuentra la manera de señalar no solo la vía que la conduciría eventualmente al poder, sino que sigue dando vueltas en redondo, con una organización inadecuada para la fase actual de la lucha política y, para colmo, con enfrentamientos ya públicos entre algunos de sus más connotados dirigentes. Es decir, que la oposición se encuentra, como diría el genial Dante Alighieri: “Nel mezzo del cammin di nostra vita/ mi ritrovai por una selva oscura/ chè la diritta via era smarrita”.

Los días transcurridos desde entonces no parecen darle razón al querido padre Ugalde. Es cierto que, como dice Diego Bautista Urbaneja (El Universal, 29/06/14), a Venezuela la gobierna una oligarquía militar que forma un bloque de poder autónomo, con el que hay que contar para el presente y el futuro a corto plazo. Este destacado politólogo dice en la entrevista con RG que “hay que ver cómo evoluciona la situación del país, cada vez más insostenible, y esperar para saber cómo reacciona esa oligarquía militar enquistada en el aparato del Estado”.

Pues bien, después del 5 de julio, Maduro hizo ratificaciones en la Fuerza Armada que imponen el ala de Diosdado Cabello.

La troica militar está formada por la almirante Carmen Teresa Meléndez, ministra de la Defensa, el general en jefe Vladimir Padrino López, jefe del Comando Estratégico Operacional desde 2013, y el mayor general Eutimio José Criollo Villalobos comandante de la Aviación. La información ampliamente recogida por El Nacional del 09/07/14 no deja lugar a dudas: el jefe de la troica es Padrino López, quien el 5 de julio, en la AN dijo: “La FANB es chavista”. Según el vicealmirante retirado Jesús Briceño García las designaciones pueden profundizar la doctrina bolivariana.

La ministra Meléndez, solo tiene poderes administrativos, y el general Padrino López, aunque aspiraba al despacho castrense, quedó en un cargo de mayor ascendiente en la institución. El mayor general Antonio Benavides Torres será clave en el control de protestas en la región central. De modo, pues, que Maduro, afianzado en Cabello, no solo hizo enroques, sino que hizo reubicaciones leales al chavismo en todos los cargos de confianza. Por ejemplo, al general Alexis López Ramírez, hasta ahora comandante del Ejército, lo pasaron al Consejo de Defensa de la Nación. Este oficial dijo el 24 de junio: “¡Necesitamos orden! ¡Si hay que dar un giro estratégico, como hizo Hugo Chávez, hagámoslo!”. Más claro no suena un claro clarín: el giro es hacia el militarismo chavista, es decir, al socialismo del siglo XXI, y al sometimiento de la economía a la acción política, tal como ocurrió en todos los países socialistas.

De modo que, en mi opinión, no creo que se inicie una transición hacia unos primeros pasos democráticos, sino todo lo contrario: predominará un militarismo cuyos pilares fundamentales son: la disciplina, la obediencia y la subordinación. La pregunta sigue ardiendo: ¿Qué harán el bloque hegemónico militar y sus acólitos civiles? No hay alternativa: se requieren con urgencia ajustes económicos dolorosos. El economista Víctor Álvarez (PSUV), colega competente, dice: “El problema radica en la inacción de la Vicepresidencia Económica, los ministros de la economía y el BCV, al demorar medidas que están al alcance de la mano, tales como: 1) Sincerar el precio de la gasolina; 2) unificar la múltiples tasas de cambo; 3) centralizar las posiciones de divisas de la república en el BCV; 4) reorientar a favor del aparato productivo los miles de millones de dólares que el gobierno gasta en importar”.

Sostengo, con el editorial de Analitica.com, que mientras la oposición no logre definir claramente una estrategia política y no se dote de un comando operativo que no solo sepa dar respuestas oportunas a la crisis gubernamental, sino que además demuestre que es capaz de resolverlas, se cumplirán lamentablemente las predicciones del padre Ugalde.

Sí, el lúcido sacerdote jesuita dice que lo escrito son sueños y que los sueños, sueños son. Pero también asevera que hay sueños que no son fugas ilusas, sino otros, como el de Martin Luther King, que se convierten en una formidable fuerza interior que moviliza a millones. He aquí un fragmento de su sueño:

“¡Hoy tengo un sueño!

Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano”.

De su discurso el 28 de agosto de 1963, desde las escalinatas del monumento al libertador de los esclavos en Estados Unidos: Abraham Lincoln.

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