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El rábano por las hojas: El pacto migratorio

Antonio Sánchez García

En una clásica maniobra de alta política, los sectores que controlan desde las sombras la Organización de las Naciones Unidas y han logrado en una muy hábil movida insertar a la cabeza de la Comisión para los Derechos Humanos a la dos veces ex presidente de Chile, la socialista Michelle Bachelet – politizando hacia la extrema izquierda lo que debería ser un organismo absolutamente apolítico, independiente y autónomo, ajeno a los intereses políticos en pugna a nivel global – han decidido asumir el gravísimo problema migratorio a través de la firma de un pacto que institucionaliza y sitúa bajo el control de dicha comisión el tratamiento y resolución de los graves problemas que acarrean las corrientes migratorias. Uno de los más graves problemas internacionales de la actualidad, agravados dramáticamente en América Latina por la estampida de millones de venezolanos que huyen de la trágica crisis humanitaria que vive la Venezuela de Nicolás Maduro.

Pretenden con ello contribuir a paliar los nefastos efectos causados por problemas internos de los países que empujan a la emigración compulsiva y desesperada de sus ciudadanos hacia países vecinos que no poseen dichos problemas, quebrantando el equilibrio del vecindario y exportando con ello no sólo la miseria desesperada de quienes se abaten sobre sus fronteras, sino la inestabilidad, incluso ideológica, política y religiosa, que cargan esas masas migrantes y los problemas de toda índole que provocan, en la mayoría de los casos, inesperadamente. ¿Qué países están preparados y han considerado en sus presupuestos anuales la resolución de problemas laborales, sanitarios, habitacionales, educativos, sociales y políticos causados por la irrupción súbita y la más de las veces violenta de inmigrantes? ¿Qué países pueden asimilar sin conflictos colaterales los fanatismos religiosos, absolutistas e intolerantes como los que han inducido los migrantes musulmanes en Europa? ¿Sin encontrar a cambio el menor agradecimiento y el respeto de los invasores por los usos y creencias de quienes, generosamente, los acogen?

Los efectos por las causas. ¿Por qué elevar los efectos de un problema de tal gravedad causado por sociedades inestables, subdesarrolladas, autocráticas y dictatoriales, incapaces por razones políticas e incluso antropológico culturales de resolver los problemas de sus ciudadanos, al ámbito de los derechos humanos, legitimando los efectos de causas absolutamente repudiables hasta convertir la invasión a países ajenos en un derecho humano?

Las Naciones Unidas, constituida mayoritariamente por regímenes subdesarrollados y dictatoriales, que comparten los mismos derechos pero se niegan a compartir las mismas obligaciones de aquellos democráticos y desarrollados, institucionaliza un problema en lugar de resolverlo. ¿Por qué no eleva la democracia, la prosperidad y el desarrollo al estatuto de derechos humanos y declara la dictadura, la autocracia, la falta de libertad y los fraudes electorales como delitos contra los derechos humanos? ¿Por qué, en lugar de ir en auxilio de los migrantes no va en auxilio de los oprimidos y castigados que deben huir de países en los que se irrespetan todos los derechos humanos? ¿Por qué, mientras pretende otorgarles derechos a los millones de migrantes venezolanos no se los cuestiona al régimen dictatorial venezolano, que participa del circo de componendas en que ha terminado convertido el principal foro mundial de la humanidad? ¿Por qué no llama a derecho, desde todos sus organismos y comisiones, comenzando por su Secretaría General, a los dictadorzuelos que esclavizan a sus pueblos y los obligan a huir de sus territorios para escapar a la esclavitud y la muerte?

Comparto plenamente la decisión de aquellos gobiernos que, como el chileno de Sebastián Piñera, tomando el rábano por sus raíces, se han negado a firmar un pacto intrínsecamente errado y contraproducente como el llamado Pacto Migratorio. Les sugeriría proponer en cambio un Pacto Democrático. De inmediata aplicación. Las dictaduras generadoras del problema migratorio, fuera del organismo. Más nada.

@sangarccs

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