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El tortuoso camino de la democracia en Venezuela

Luego de la independencia, Venezuela fue sometida a un largo periodo de luchas fratricidas animadas por un militarismo caudillista, contrario a los postulados democráticos legados por los padres fundadores de la República. A los lideres a quien le correspondió poner en práctica el proyecto republicano legado por el Libertador Simón Bolívar les faltó visión de grandeza y espíritu de unidad para, entre todos, hacer de Venezuela un gran país libre y democrático con un estado de Derecho moderno, respetuoso de las leyes y de sus ciudadanos.  Esa equivocación ha retrasado el progreso político, social y económico del país.

No obstante, siglo y medio de oscurantismo no pudieron borrar el sueño democrático guardado por las generaciones sometidas al yugo militar.  Ese espíritu democrático, latente entre civiles y militares de la generación de 1928, salió a la luz al presentarse las condiciones en 1936 a raíz de la muerte del general Juan Vicente Gómez.

Y la ironía de la historia es que ese periodo estelar comenzó con la actuación de dos brillantes militares quienes, aun habiendo sido fieles servidores del gobierno dictatorial, tuvieron la valentía de apartarse del caudillismo endémico para enrumbar al país por la senda de la democracia.  Le tocó al general Eleazar López Contreras iniciar ese periodo histórico y al general Isaías Medina Angarita de asegurar su continuidad. Ambos ejercieron la alta magistratura dentro del marco de la legalidad. Durante sus mandatos se inició la apertura democrática que dio lugar a importantes medidas económicas y de bienestar social, así como cambios en favor de la civilidad en política, reforma constitucional que incluyó la reducción del período presidencial a cinco años y la prohibición de la reelección inmediata, mayores libertades políticas a los venezolanos, libertad de prensa y liberación de presos. Este periodo presencio por primera vez la transmisión pacífica del poder por el presidente Contreras al presidente electo democraticamente, general Isaías Medina Angarita, acto que sentaba un precedente para las futuras generaciones. (Biografias….)

El futuro parecía promisorio, pero el germen del golpismo seguía vivo. Así, lo que se podría llamar la primavera democrática venezolana fue abortada por civiles y militares quienes tenían genuinas inquietudes democráticas pero ansiosos de salir del caudillismo, se precipitaron y apoyaron un golpe-cívico-militar en 1945 que terminó destronando del poder al presidente legítimo, general Isaías Medina, casi al final de su mandato. Con este acto se cerró temporalmente la puerta de la libertad y se reabrió la era del golpismo y la instalación de una nueva y larga dictadura.  Así, en momentos de grandes decisiones, la falta de pericia política y de experiencia democrática pueden producir resultados desastrosos como en el caso que nos ocupa.

La década del 40 y los subsiguientes años de dictadura, entre aciertos y errores, sirvieron de terreno de aprendizaje del juego político y democrático tanto a los militares como a los líderes civiles, quienes ya curtidos de madurez política, enmendaron sus errores y se unieron para derrotar la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. Tras la caída de la dictadura el 23 de enero de 1958, el Vicealmirante Wolfgang Larrazábal asumió la presidencia de la Junta de Gobierno provisional, puesto que ocupó durante nueve meses, luego de la cual, le coloca la banda presidencial al recién electo presidente, Rómulo Betancourt. De nuevo, un militar, respetuoso de la institucionalidad, inaugura la nueva era democrática del país con la transferencia del poder de forma pacífica a un civil.

Durante los venideros cuarenta años Venezuela fue modelo de desarrollo económico y de grandes progresos en el área social, tales los proyectos de vivienda y el proyecto faro, el Plan de Becas Gran Mariscal de Ayacucho que ha beneficiado a muchos de nuestros profesionales. Proyectos de infraestructura, tales como el puente sobre el Lago de Maracaibo y la represa del Guri, complejo hidroeléctrico de los más grandes del mundo, sin olvidar los parques industriales y el desarrollo petrolero que marcó la historia con la contribución de Juan Pablo Pérez Alfonzo a la creación de la OPEP, Organización de Países Exportadores de Petróleo. Fue un periodo de libertad y respeto mutuo entre los partidos políticos, de innovación en el diseño de un sistema electoral moderno, de desarrollo institucional y en particular, de profundización en el aprendizaje del juego democrático.

Todo esto se logró en medio de un clima político hostil al sistema democrático auspiciado y asegurado por militares y civiles empeñados en mantener vivo el caudillismo, clima que favoreció la emergencia de una guerrilla comunista apoyada por Fidel Castro y de múltiples alzamientos que terminaron debilitando el sistema democrático.  

Mucho se aprendió durante esos 40 años de democracia, pero faltó lucidez para anticipar las desviaciones democráticas y para aplicar a tiempo los correctivos de rigor para perfeccionar el sistema. Y cuando la sensatez se presentó con el plan propuesto por el presidente Carlos Andrés Pérez en su segundo periodo presidencial, los actores de esa experiencia democrática no entendieron cuan acertada era la solución propuesta al país por el gobierno del presidente Pérez.  Así, en 1998, sin planes para corregir las causas del desgaste del sistema, Rafael Caldera al final de su mandato, deja al país en medio de una total incertidumbre.

En 1998, una Venezuela hastiada por la corrupción de los partidos que se alternaban en el poder eligió a un coronel rebelde que prometía regenerar la política y combatir la pobreza.   https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46381657   

El pueblo recibió a Hugo Chávez con gran entusiasmo, convencido de que obraría por el bienestar de todos, en especial el de las clases sociales más desposeídas. Prometía hacer de Venezuela una potencia con grandes proyectos de infraestructura, plantas termoeléctricas, ferrocarriles, entre otros, crear riqueza y bienestar y disminuir la pobreza, combatir la corrupción, y al fin, llevar al pueblo al Estado de la suprema felicidad. Para su ejecución, contó con recursos milmillonarios como nunca antes, producto del intempestivo aumento en los precios del petróleo que oportunamente entraron al tesoro nacional.

Los ideales de grandeza y la transformación de Venezuela en una potencia que tanto entusiasmaron al pueblo venezolano se quedaron en el papel de los múltiples planes con las promesas del gobierno. Estaban conscientes que no estaban obteniendo buenos resultados en materia económica y social, pero, aun así, solo cambiaban los nombres de los planes de desarrollo, seguían aplicando la misma política de ejecución, y claro, obteniendo siempre malos resultados.  En un detallado análisis de 20 años de gobierno chavista, Tomas Straka concluye: A 20 años del 2 de febrero de 1999, Venezuela es un país quebrado y ninguna de las esperanzas que hicieron de aquel día una celebración parece haberse cumplido. Por el contrario, los males que ya existían y que se buscaba remediar han sido amplificados a grados inimaginables incluso para los peores pronósticos.

El gobierno está llegando a una encrucijada de rutas sin destino. Según el Diario La Prensa, hasta el 2 de julio del 2020, 58 países reconocen a Guaidó como presidente interino de Venezuela, lo cual demuestra lo aislado que se encuentra el gobierno de Nicolas Maduro. En lo que respecta a Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, el no reconocimiento del régimen de Maduro va acompañado de sanciones que implican la prohibición de poder viajar a esos países y la congelación de los posibles activos que allí puedan tener.

Demostremos que somos más inteligentes que los soviéticos quienes por dogmatismo, fueron incapaces de reconocer los errores que los condujo a mantener un sistema político fallido que, al no poder garantizar al pueblo, libertad, bienestar social y prosperidad, terminaron destruyendo el sistema.

Aquí, en Venezuela, todos en el equipo de gobierno están bien informados del colapso económico por la ineficacia de la actividad gubernamental y del delito de ruptura del orden constitucional. Reconocer los errores no significa traicionar un ideal.  Todavía hay tiempo para enmendar, pero el tiempo no es un recurso renovable. El chavismo cometería un error histórico si no contribuyera a detener a la brevedad el vertiginoso colapso económico, social e institucional en marcha que pone en peligro la viabilidad misma del país a autogobernarse.

No nos engañemos. No necesitamos de tutores, negociadores o árbitros foráneos para que vengan a dictarnos la solución a esta crisis sin precedentes en nuestra historia.  No hay en el mundo mejor árbitro que nosotros mismos, el pueblo, para saber lo que más nos conviene en este momento.

Usted, señor Maduro y miembros de su equipo gubernamental, tienen en este impase, poder de convocatoria.  Pero, convocar a elecciones legislativas el 6 de diciembre, según la agenda gubernamental, sin un CNE independiente, no es la solución. Además de lo anterior, desde su anuncio, la oposicion y la comunidad internacional anunciaron que desconocerían sus resultados por no respetar la libertad de participación transparente de todos los partidos políticos como lo dicta la Constitución.

En su lugar, invite al pueblo para que sea él en su calidad de pueblo soberano, el que decida a quien darle las riendas para que enrumbe a Venezuela por el camino de la civilidad democrática. Sorprendan a los pesimistas. Tome usted la iniciativa. Apresúrense a invitar a la celebración de elecciones libres y transparentes como aquella en que Hugo Chávez resultó electo presidente en diciembre 1998, invitando al mismo tiempo a la oposicion, organizaciones civiles, academias, para que participen en el diseño de modalidades y su organización tan pronto como sea posible. Obviamente, para un acto de tal transcendencia, nos sentiríamos orgullosos de que observadores internacionales (no acompañantes) de la OEA y de la Unión Europea vengan a dar fe de la transparencia del proceso electoral. Esten seguros, usted, señor Maduro y miembros de su gobierno, que al haber llevado a cabo exitosamente esta convocatoria y sacado al país del impase en que se encuentra, ustedes entrarían a la historia por la puerta grande; pero lo más importante será la inmediata readmisión de Venezuela al seno de la comunidad internacional, el levantamiento de las sanciones comerciales y en especial, la eliminación de la etiqueta de persona non grata que impide a algunos miembros del gobierno de viajar por el mundo libremente y con tranquilidad.

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Materiales de consulta:

Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Eleazar López Contreras. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España).  https://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lopez_contreras.htm  
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Isaías Medina Angarita. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/medina_angarita.htm 

https://www.venezuelatuya.com/historia/democracia.htm
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46463299
https://journals.openedition.org/nuevomundo/3446
http://institutopedrogual.mppre.gob.ve/wp-content/uploads/sites/15/2019/02/40-a%C3%B1os-de-democracia.pdf
https://politikaucab.files.wordpress.com/2019/03/crisis-y-democracia-en-venezuela-con-portada.pdf
https://es.wikipedia.org/wiki/Golpes_de_Estado_en_Venezuela

https://nuso.org/articulo/20-anos-de-chavismo-el-quiebre-del-estado-magico/

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