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Elección de gobernadores: otra vez el dilema

Este año habrá elección de gobernadores y nuevamente se desatará la polémica. ¿Debemos abstenernos o es preferible votar? Tema complejo. Hay argumentos válidos para apoyar cualquiera de las dos opciones. La posición válida de no votar en las presidenciales del 2018 y en las parlamentarias de pasado 6 de diciembre pareciera inclinar la balanza hacia la abstención. Hay que ser consistentes, dirán unos. Las circunstancias son diferentes, dirán otros.

Presidenciales de 2013

En las presidenciales del 2013 acudimos a votar, a pesar de que era el mismo CNE que había cambiado anteriores resultados electorales. Ese organismo decidió que Maduro había ganado y, ante la protesta de Capriles, negó el derecho a revisar los cuadernos electorales. Lamentablemente, Capriles no pudo presentar todas las actas, punto importante que la oposición casi nunca ha cumplido por no contar con una buena organización. Ante esta situación, los partidarios del gobierno dirán que ganó Maduro y los opositores sostendremos que fue Capriles.

 Parlamentarias de 2015

En las parlamentarias del 2015, los opositores votamos y obtuvimos las dos terceras partes de los diputados, con el mismo CNE. Como era de esperar, el régimen desconoció a tres diputados e inventó una Asamblea Nacional Constituyente para anular la Asamblea legítima. A esa elección de la Constituyente la oposición se negó a participar con sobradas razones y la comunidad democrática internacional no la reconoció. La Asamblea Nacional tuvo el apoyo internacional y su presidente Guaidó fue reconocido como presidente (e) de la república.

 Elección de gobernadores, 2017

En octubre del 2017 hubo elección de gobernadores. La oposición participó, el régimen desconoció el triunfo de Andrés Velásquez, avalado con las actas, y solo ganamos cinco gobernaciones en medio de acusaciones de ventajismo. 

Violando la Constitución, el régimen los obligó a juramentarse ante la espuria Asamblea Constituyente. Juan Pablo Guanipa,  gobernador electo del Zulia, se negó y fue destituido arbitrariamente. A los otros cuatro gobernadores les impusieron un “Protector del Pueblo”.   

 2018 y 2020, el TSJ blinda la usurpación

El régimen adelantó la elección presidencial para mayo del 2018. Inhabilitó a los principales candidatos presidenciales y partidos políticos. Para la elección parlamentaria del pasado 6 de diciembre, el régimen usurpador compró a unos dirigentes de los principales partidos y el sumiso Tribunal Supremo de Justicia les otorgó manu militari las riendas de los mismos. La oposición no participó en ninguna de las dos farsas citadas. Y logró que la comunidad democrática internacional las desconociera.

La situación internacional ha enviado mensajes de que la solución a nuestra situación debe resolverse a través de negociaciones. Hay que agradecerle al presidente Trump el apoyo que dio a nuestra democracia; pero es evidente que en sus cuatro años en el poder nunca se planteó enviar una fuerza para sacar a Maduro. Biden, el nuevo presidente a partir de este miércoles, tampoco lo hará, y muy probablemente intentará que se materialice una buena negociación.

Ojalá se acepte esta realidad, lo cual sería un paso importante para que se concrete la unión de la oposición y se atenúen las descalificaciones por las redes sociales, que no suman para salir cuanto antes de la usurpación.

La próxima elección de gobernadores es una oportunidad para solicitar a la comunidad internacional que presione al régimen para que no impida la participación de nuestros candidatos, que permita abrir todas las cajas, contar las papeletas, proteger a nuestros testigos; y que vengan al país, con suficiente antelación, observadores internacionales idóneos. Esta es nuestra mejor carta para continuar teniendo apoyo internacional, debilitar al régimen y tener más probabilidades de ganar la mayoría de las gobernaciones. Después vendrá  la lucha para que a nuestros gobernadores no les cercenen atribuciones.

No será fácil y, desde luego, habrá que presentar un solo candidato para cada gobernación, que sea idóneo y cuente con el respaldo de todos los partidos y de la sociedad civil. En anteriores ocasiones hemos tenido logros con la abstención y también acudiendo a votar. Parafraseando a Neil Armstrong, podríamos decir que este es un pequeño paso para ganar espacios, pero un gran paso para recuperar la democracia. Si alguien tiene una opción mejor, ojalá la presente. Asumimos esta posición con derecho a retirarla.

Como (había) en botica

√ Merecido el reconocimiento de Copei al distinguido amigo Oswaldo Álvarez Paz, gran luchador por la democracia y quien es acosado por el régimen.

√ Valientemente la joven Marianna Romero denuncia que en el 2020 hubo 303 situaciones que comprometen el trabajo de las ONG y la integridad y seguridad de defensores de derechos humanos.

√ ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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Un comentario

  1. Hay que presionar por la observacion internacional como condicion sino quanon, el resto es carpinteria si se da la observacion

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