En torno a la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU
Eduardo Soto Álvarez
La verdad es que lo acontecido en la reunión del Consejo de Seguridad sobre Venezuela, no ha podido sorprender a nadie, pero la novedad importante, es que el caso de nuestro país se ha tratado, de manera oficial, en el órgano que tiene la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales a nivel planetario.
Como el régimen ha comenzado con comentarios triunfalistas, es oportuno hacer un par de acotaciones al respecto.
Quién no sabía que Rusia y China iban a proteger a su peón en América Latina y quién puede ignorar el costo que paga el país, por la protección que brindan al régimen chavista estos países, con voto y veto en la ONU.
Acaso se podía esperar un cambio en la posición de Bolivia, cuando su mandatario pisotea la voluntad de su pueblo, para mantenerse otro período en el poder. O que el oprobioso régimen de Nicaragua no defendería a un caimán del mismo pozo. O que algunos países no latinos pero americanos, habían perdido su sensibilidad ante las dádivas y facilidades petroleras. O es que alguien ha podido pensar que Cuba iba a permanecer indiferente, cuando tutela a un régimen que le ha permitido expoliar nuestro país. O que el golpista de Guinea Ecuatorial iba a hacer apostasía de su historial corrupto y dictatorial, con cuarenta años oprimiendo a su pueblo.
Los que defienden la causa del retorno a la democracia en Venezuela, son, entre otros, la mayoría de los países de América Latina, Canadá, Estados Unidos, la Unión Europea, Suiza y Australia; la CARICOM, México y Uruguay, reconocen el problema y a estas alturas, aunque seguramente de buena fe, ofrecieron mediación y buenos oficios. Pero hasta el Santo Padre, que sigue clamando por el fin del sufrimiento de todos los venezolanos, ahora se abstiene de referirse a alguna vía en particular, para lograr lo que todos aspiramos.
La reunión del Consejo de Seguridad, no intentó tomar decisiones, pero permitió focalizar la atención de toda la comunidad internacional, sobre el caso de Venezuela, el cual se encuentra en fase crítica.
El Canciller del régimen, hizo unas presentaciones acres y efectistas, salpicadas de histrionismo y está refinando la técnica cubana de atacar con la diatriba, para no tener que defender lo indefendible. Siempre ha dicho que no están solos y tiene razón, pero los pocos apoyos que el régimen recibió, no son para vanagloriarse. A veces, es preferible andar solos que mal acompañados, en todo caso, no deja de ser lastimoso, ver a un Canciller venezolano haciendo zalemas a los padrinos y al tutor del régimen chavista, en la cúpula diplomática del mundo.
