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Espejismos

Vaya Navidad con gran parte de la población pasando hambre o sin derecho a pensar, con la MUD evitando que otros sean los opositores.
Parece mentira que hoy sea Navidad. El año en Venezuela ha transcurrido de tal forma, que los días pareciera que se hubieran reducido a pocas horas. La agitación en las calles ha sido constante, y no es para menos. Ante las acciones del régimen para frenar la reacción de la gente debido a la crisis de gobernabilidad en el país, la sociedad ha actuado como ha podido. Unos manifestando, organizados por la agrupación política opositora, Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y otros, la gran mayoría, luchando de cualquier manera con tal de no dejarse arrebatar la dignidad que les queda. No importa que esta venga envuelta en un pote de leche o en un paquete de pañales, porque cuando hay hambre y bocas que alimentar no hay más reglas que las que sus propias almas les exigen.

De todo ha pasado en Venezuela en lo que va del año, no digamos lo que ha sucedido desde que comenzó el gobierno bolivariano en 1999. Controles y más controles ha sido la consigna: intentos de control de la condición humana por parte del gobierno, tratando de convertir a los hombres y mujeres libres en esclavos de un pedazo de comida, y mendigos del derecho de pensar; y controles por parte de la MUD a fin de evitar que fueran otros los que actuaran para oponerse a un régimen que lo único que desea es mantenerse en el poder a todo precio, aun cuando al final no quede una sola vida a la que gobernar. El resultado no es más que un espejismo.

Mientras el Gobierno ofrecía independencia económica, y un bienestar que quisieran en Suecia poder disfrutar, los políticos opositores presentaban ofertas para salir en tiempo record del horror en que se convirtió el país. Unos y otros sabían que eso no era posible. Sin embargo unos y otros también sabían que quien lograra vender su sueño, se llevaría la tajada del poder.

Como suele suceder cuando las bases en las cuales se afianzan los sueños son de papel, las ofertas de bienestar, seguridad económica y soberanía de parte del Gobierno, se han convertido en desabastecimiento, y una altísima inflación que no solo diluye el valor del dinero, sino que hasta ha llegado a hacer que el papel moneda se evapore. A los ofrecimientos de una salida constitucional por parte de la oposición política, no quedo sino la ilusión de pensar lo que hubiera sucedido si de verdad se hubiera materializado el referéndum revocatorio.

Mientras unos le echaban la culpa a la oposición y a una conspiración internacional para derrocarlos, los otros acusaban a sus propios adeptos de la MUD como traidores, pagados por el régimen para sabotearlos. ¡Qué de cosas se dicen cuando no hay nada que decir!

Para quienes exigen soluciones inmediatas, y hasta piden a gritos un recetario para salir de la crisis, nada de lo que se diga tiene valor. Pareciera que no entienden que no hay solución posible sin pasar por el reconocimiento de la existencia de una sociedad en su conjunto, en la cual cada uno de sus miembros tiene una misión que cumplir. Y es que no hay Mesías en la solución de la crisis venezolana. No es la MUD la llamada a restituir la gobernabilidad en el país, como tampoco lo son alguno de los partidos políticos que la componen, u otros que hacen vida en el país La respuesta está en Venezuela, con los venezolanos como usted y como yo, como muchos otros que lo que desean es la paz de la Patria, sin pararse a pensar quien de todos podrá ser candidato presidencial.

Para quienes mantienen el sueño de llegar al poder valiéndose de su promoción política, habría que ser muy ingenuo para no entender que si el día de navidad parte del país está prácticamente sitiado, ¿Qué no sucederá durante la contienda electoral para evitar las elecciones?

Son muchos los ejemplos que podríamos enumerar como parte de los últimos acontecimientos, los cuales van desde la crisis producida como consecuencia de la eliminación de los billetes de 100 bolívares por orden del Presidente Maduro, hasta el descubrimiento de que parte de las acciones de la empresa petrolera venezolana Citgo, propiedad 100 por ciento de Petróleos de Venezuela (PDVSA), han sido hipotecadas secretamente a un brazo financiero de la empresa estatal rusa Rosneft. Esto, sin contar las desapariciones forzadas y los crímenes que se han venido produciendo por parte de los escuadrones de la muerte, conocidos como “Operación de Liberación del Pueblo” (OLP) creados por el Gobierno para luchar contra la criminalidad.

Ante estos desmanes, son pocas las reacciones que estas situaciones han ocasionado en la dirigencia política opositora, la cual a días para que termine el año se limita a reconocer lo que a puño cerrado negaba hasta hace pocas semanas, respecto a que “La unidad que necesita Venezuela no es una federación de egos, es una unión de propósitos…”

Para quienes esta noche tendrán su mesa vacía, es poco lo que puedan servirles unas palabras huecas, o un mero artículo de opinión. Aun así, la lucha apenas comienza, y con ello el despertar de un nuevo rumbo, de un nuevo año, de unas nuevas Navidades, en donde antes de pedir nuestros deseos a las estrellas, recordemos en hacerlo ante ese que las creó.

¡Feliz Navidad!

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