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Gobierno de apagones

Carlos Canache Mata

Días antes de traspasar el ejercicio de la Presidencia de la República a Raúl Leoni, Rómulo Betancourt, el 27 de enero de 1964, pulsó el botón de la voladura del cañón de Necuima y seguidamente puso la primera piedra de la represa del Guri, y dijo que “corresponderá a un destacado hijo de esta región guayanesa,  el señor presidente electo (Raúl Leoni, que estaba a su lado), concluir la primera etapa del Guri”. Efectivamente, el 9 de octubre de 1968, el  recordado presidente guayanés puso en funcionamiento esa primera etapa de la gran represa.

Los siguientes presidentes de la era democrática avanzaron en el desarrollo del potencial hidroeléctrico del río Caroní, cuyos estudios se habían iniciado en 1953. Ya para enero de 1998, en un extenso reportaje publicado en la prensa nacional, se pudo afirmar, gracias a la continuidad administrativa,  que “Venezuela es el país de América Latina con mayor grado de electrificación”, con Guri cubriendo el 70% de la demanda nacional de energía.

Desde al año 2002 hubo voces de alerta sobre la ocurrencia de eventuales y severas sequías y la necesidad de mantener y aumentar las inversiones en la generación eléctrica térmica, que cubría el restante 30% de la demanda de energía. En ese año 2002, Edelca presentó un Informe al entonces presidente Chávez en el que señalaba que, ante tales posibilidades de sequías, “las curvas de crecimiento de la demanda y la oferta disponible se cruzarían, por lo que habría déficit” y aconsejaba “que se ejecutaran algunas obras termoeléctricas para equilibrar y compensar” (Damián Prat, “Guayana, el milagro al revés”, pág. 199). Chávez no hizo caso a las recomendaciones y, por eso, estalló la crisis eléctrica en el año 2009 al presentarse la sequía ocasionada por el fenómeno meteorológico conocido con el nombre de “El Niño”, que el difunto se quiso sacudir diciendo que “yo no tengo la culpa (de) que no llueva…la culpa es de El Niño, la culpa es de la sequía”. Desfachatez.

Los cortes y los racionamientos eléctricos, bajo el gobierno de Maduro, se han hecho frecuentes, sobre todo en el interior del país, donde se vive “de apagón en apagón”, lo que es consecuencia, como señala Fetraelec, de que “tenemos tres o cuatro años que no se viene haciendo un plan de mantenimiento a las plantas de generación, líneas de transmisión o  de distribución”.

El apagón del martes 31 de julio fue mayúsculo, tanto en Caracas como en varias regiones del país. Hay otros apagones, como el institucional y el económico en general.

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