«Guerra económica» perdida

Así lo comprueba todo indicador económico, todos, por los suelos, y a disposición de operadores comerciales y financieros externos, tal y como el del PIB en caída d un 35 % y tasa de inflación acumulada equivalente a un 3326 % al cierre de 2019, datos que confirman la crisis aguda (megacrisis) que atravesamos; tales operadores adversan, íntegramente, a un régimen dizque “antiimperialista”, dispuesto a acabar con el capitalismo sobre la faz del planeta.
Una derrota y/o fracaso de connotaciones extremas en el campo de la propaganda políticoideológica ya que obsta su avance mediante este tipo de políticas erráticas que representan, sin duda alguna, al socialismo del siglo XXI.
Experiencia ostensible para los diferentes pueblos y líderes políticos que estiman instaurar un gobierno “ecosocialista”, pero ecoetnocida a observarlo en del desarrollo del proyecto AMO, así como el sofisma de una supuesta “prosperidad económica”, con un salario mínimo mensual que no llega a los diez dólares y la divisa estadounidense es la que rige, inexorablemente, nuestra economía.
Estamos a la expectativa por la ejecución del presupuesto nacional 2020, especie de “bodrio financiero” que, en contubernio, aprobó la ANC.
En efecto, a causa de tantos desvaríos en política monetaria, nuestro signo monetario, el bolívar, expiró; para revivirlo, tendríamos que desdolarizarnos; proceso harto difícil que los venezolanos de esta generación, debido a sus complejidades y sacrificios, quizá no alcancemos a ver en virtud de que dicha divisa se halla casi oficializada por el propio régimen, quien al propiciar sus transacciones con la misma, admite, tácitamente, que pese a su estentórea –jactancia-, la “guerra económica” se lo tragó, y ni lo digiere ni lo vomita.