Hacia el encuentro nacional
Un tema pendiente al referirnos a la situación política interna y que puede convertirse en un hecho notorio si se impone la voluntad de promover un consenso entre todas las fuerzas políticas y sociales en función de lo que nos une como venezolanos y los objetivos que anhelamos conseguir para conquistar la libertad económica y social.
Nos arropa un contexto con diferentes actores políticos, cada uno con una vía para resolver el conflicto; por un lado, quienes haciendo uso de un TSJ a viva voz parcializado y cumplidor de los designios del régimen, usurpan direcciones de partidos políticos, un acto impúdico para cumplir con sus pretensiones de adquirir una cuota de poder bajo condiciones y acuerdos que sólo responden a sus intereses personales, pero también están quienes han recurrido a dialogar públicamente con el gobierno y a los que hoy les da igual si se usan flagrantemente los recursos del Estado para promocionar y difundir en Cadena Nacional a candidatos del partido de gobierno para las próximas “elecciones del 6D”, lo que claramente es una demostración de complacencia ante esa violación a las reglas establecidas y nos avizora el camino que seguirán si lograsen ocupar curules en la asamblea, seguidamente, vimos cómo una declaración de Capriles afirmando su participación en las elecciones dinamizó la opinión pública entorno a este evento, lo que corrobora la incidencia que puede tener sobre el electorado para decidirse a participar, sin embargo, aún no define si cumplirá con lo dicho, además, es notorio destacar el esfuerzo de un grupo de valientes que en aras de hacer uso de la tarjeta electoral Unión para el Progreso, hacen un llamado a una Unidad Nacional de abajo hacia arriba para convertir el evento de carácter Nacional en un acto de protesta ante el desmejoramiento de la calidad de vida del venezolano y deterioro progresivo de los servicios públicos, propicio para la renovación del liderazgo opositor y de exigencia de condiciones apegadas a la norma para participar.
Por otro lado, nos encontramos con posiciones como la de MCM que aboga a una intervención humanitaria con la participación de una coalición internacional, y Juan Guaidó quien representa en estos tiempos a la única institución democrática en pie y respaldada internacionalmente por 60 países, quien a razón de su investidura como presidente encargado lleva una postura estrechamente alineada con los aliados internacionales y en busca de una salida por medio de elecciones presidenciales libres para dar paso a un gobierno de transición.
A la vista y en razón de las acciones que ha emprendido cada actor político y de la sociedad civil, podemos establecer quienes realmente centran sus esfuerzos por reavivar la esperanza de cambio y trabajan para darle respuesta a los graves problemas por los que el país atraviesa, por lo que urge que nos reconozcamos sobre la base del respecto a las diferencias que puedan existir para concentrar todos los esfuerzos posibles y actuar en cada espacio articuladamente en defensa del derecho a vivir dignamente y con oportunidades para progresar, que sea respetado el derecho a la salud y a recibir una educación de calidad, en fin, que la sociedad se organice y sienta el respaldo de una dirigencia política unificada donde impere la coherencia y entienda que todos hacemos falta y que cada uno puede jugar un papel importante en la lucha por recuperar la democracia y acabar con el sufrimiento de un país devastado por un modelo socialista que ha socavado las libertades económicas, políticas y sociales.
En cualquier ámbito donde se requiera del concurso de quienes formen parte de una sociedad para la toma de decisiones o definir de las metas a corto y mediano plazo, quien participe con la premisa de creerse dueño absoluto de la verdad y el camino a seguir, sólo lo aislará de escuchar otras visiones que de una forma u otra pudiesen contribuir al logro de los objetivos o en su defecto aceptar o plegarse alguna por ser una opción más viable y efectiva.
El camino hacia el encuentro Nacional hay que construirlo, discutir las principales problemáticas que afectan al país y dar los primeros pasos en la formulación de una agenda interna que contenga acuerdos mínimos y fundamentales que trasciendan el debate político actual. La invitación es a repensar al país y generar conciencia Nacional, inspirar y encender la esperanza, asumir con la mejor de nuestras capacidades el reto de enrumbar a Venezuela por el camino de la libertad, el progreso y el desarrollo.
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