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Hamás: una pesadilla interminable

El actual conflicto entre Hamás e Israel está ocupando un espacio importante en los medios de comunicación. El problema es que algunos lo analizan sin conocer la historia ni los antecedentes y presentan una realidad distorsionada, o peor, manipulada.

Desde su fundación, en 1987, Hamás declaró la Guerra Santa a Israel. En este marco, ha cometido atroces ataques suicidas y ha lanzado, desde Gaza, más de 16.500 misiles contra nuestra población civil, matando a miles de israelíes.

En agosto del 2005, Israel se retiró completamente de la Franja de Gaza, esperando que los palestinos construyeran su nación y mejoraran la calidad de vida de sus ciudadanos. Dos años después, en junio de 2007, Hamás se apoderó violentamente de la Franja, asesinando a cientos de sus hermanos palestinos pertenecientes a la facción rival Fatah, y expulsando de ahí a la Autoridad Palestina (ahora amenazan con hacer lo mismo en Cisjordania). A partir de ese momento, Mahmoud Abbas, presidente de la A.P. no puede pisar tierra gazatí por temor a su vida.

Desde entonces, Hamás ha convertido la Franja en tierra fértil que cultiva el terror. Sus militantes dedican sus esfuerzos a fortalecer la infraestructura terrorista y a planear ataques contra Israel.

Para asegurar la continuidad de su «lucha armada», Hamás ha creado una cultura de odio hacia los judíos. La organización realiza campamentos donde adoctrinan, motivan y entrenan a niños y jóvenes para asesinar israelíes, prometiéndoles convertirse en «shahids» (mártires). Madres palestinas se enorgullecen cuando sus hijos son enviados a suicidarse en Israel y sus líderes los glorifican, nombrando calles y plazas con sus nombres.

Adicionalmente, Hamás ubica intencionalmente sus instalaciones terroristas dentro de hospitales, colegios, mezquitas y barrios poblados. En la última semana, la ONU descubrió depósitos de misiles en dos de sus escuelas. Los gazatíes son utilizados por los terroristas como escudos humanos, acto que constituye un crimen de guerra. El vocero de Hamás llamó la semana pasada a los residentes de Gaza para que hicieran caso omiso a las advertencias israelíes y los instó a subir a las azoteas cuando Israel reaccionara. Militantes de Hamás patrullan los barrios poblados y golpean a los ciudadanos que buscan alejarse de las zonas del conflicto.

En los últimos días, 2.500 misiles han sido lanzados indiscriminadamente contra nuestras ciudades para matar israelíes deliberadamente, acto que constituye otro crimen de guerra. Ningún otro país en el planeta toleraría esta situación. Israel no es la excepción.

Israel tiene el derecho legítimo y la obligación de defender a su población frente a esta agresión. Nuestros objetivos se orientan a eliminar esta amenaza estratégica, apuntando únicamente a los blancos terroristas, de manera precisa. Asimismo, hacemos lo posible para minimizar el impacto en la población civil de Gaza. Soldados israelíes se ponen en la tarea de advertir a los civiles por medio de llamadas telefónicas, mensajes de texto y panfletos, para que se alejen de las instalaciones terroristas. Así sucedió esta semana en el barrio Sajaia, donde se encontraban un sinnúmero de túneles terroristas. Durante 3 días consecutivos, Israel advirtió a los residentes del barrio que evacuaran, antes de su incursión terrestre. Hamás bloqueo físicamente la salida de muchos de ellos.

Según información revelada, el plan de Hamás era enviar a Israel, a través de esos túneles, a miles de terroristas simultáneamente, en la noche del año nuevo judío, y provocar un atentado masivo sin precedentes contra la población israelí.

Hamás no busca dialogar con Israel. La organización no reconoce el derecho de Israel de existir y llama constantemente a matar judíos. Su rechazo al cese al fuego hace 10 días y al llamado de la ONU y de la Cruz Roja a permitir un alto humanitario al fuego, cuando Israel los acató, demuestran una vez más que no busca la salida del conflicto sino mantener el terrorismo y continuar con el sufrimiento de ambas poblaciones.

En los últimos 6 años, Hamás inicio 3 conflictos armados contra Israel y no cabe duda que una vez se alcance una tregua, los extremistas aprovecharan para reconstruir su capacidad terrorista y alistar su próximo ataque contra Israel. La única manera de que esta pesadilla termine y la estabilidad y tranquilidad persista, tanto para la población palestina como para la israelí, es desarmar a Hamás y desmilitarizar a la Franja de Gaza.

En este conflicto no puede existir una comparación moral entre las partes. Una -Hamás, organización terrorista, reconocida así por muchos países, busca la aniquilación del Estado judío, tal como lo establece su plataforma ideológica. La otra -Israel, busca evitar que Hamás logre este objetivo. Es así de sencillo.

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