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Impacto y Retos ante el Retorno de Migrantes a Venezuela

Visión Global

Desde hace unos años, Venezuela ingresó al grupo de países donde los migrantes y las remesas enviadas por sus ciudadanos desde el exterior se convirtieron en un importante soporte para sus familiares, pero también para la economía nacional (vía consumo) y la contención de una relativa paz social (vía demandas sociales). Lo anterior parece estar parcialmente en proceso de reversión una vez que las condiciones generales en los países de destino se han visto afectadas por la aparición del COVID-19, generándolepresiones y retos al gobierno de Venezuela, particularmente por sus consecuencias cotidianas negativas sobre los ciudadanos y la economía como un todo.

Venezuela en el Contexto de un Fenómeno Latinoamericano

Creíamos que el fenómeno de las migraciones y el envío de remesas estabanreservados a países centroamericanos e islas del Caribe. La realidad se ha impuesto y ahora emigrar es cotidiano para los venezolanos. Los venezolanos prácticamente no emigraban, solo salían de su país para cumplir propósitos muy específicos y regresaban; desde hace algunos años comenzaron a emigrar con horizontes de mediano y largo plazo, aunque tal vez muchos con el deseo de regresar si las condiciones cambiasen.

El fenómeno en América Latina ha obedecido a razones variadas. Los migrantes se refugiaron en países que les brindaban seguridad, oportunidades de superación y libertades básicas. Así, las migraciones ocurrieron principalmente por razones de conflictos armados, conflictos políticos,desplazamientos, necesidades económicas y ayuda humanitaria, pero que tenían en común, por lo general, una ruptura de familiar. En las últimas dos décadas, el caso venezolano no ha escapado de esta realidad.

Según del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se estima que había en el exterior 42,7 millones de latinos para 2019. Considerando el éxodo de los últimos años, los migrantes venezolanos alcanzaron 4,8 millones de personas (11,2% del total), incluyendo refugiados y solicitantes de asilo. Colombia ha sido el principal país de destino con cerca de 1,6 millones de venezolanos.   Estas cifras son muy significativas en sí mismas, pero más aún por el corto tiempo en que ha ocurridodicho desplazamiento.

Ahora bien, luego de un proceso muy activo de migraciones, durante el presente año se ha comenzado a observar el retorno de migrantes venezolanos, no motivados precisamente por mejoras en las condiciones que le ofrece Venezuela, pero si como imperativo de factores asociados a la pandemia del COVID-19. Algunas fuentes han reportado que más de 52.000 venezolanos han retornado desde Colombia, lo que significaría cerca de un 3% de los migrantes venezolanos en ese país.

El 48% (25.000 personas) del total de retornos, lo han hecho atendiendo a planes voluntarios. El gobierno venezolano ha tratado de promover desde hace algún tiempoun programa para el retorno de los venezolanos, con el ofrecimiento de vuelos para su “repatriación”, pero parece requerir mayor coordinación con las autoridades de los países receptores de migrantes para que realmente sea efectivo y suficiente. Obviamente, este retorno enfrenta grandes desafíos en estos tiempos,especialmente asociados a las medidas sanitarias de control adoptadas por los gobiernos y las verdaderas capacidades para recibirlos y reinsertarlos en  la economía y sociedad, lo cual no está ajeno a la superación de aspectos de orden político.

Cuantía y Significado de las Remesas en Venezuela

Pero, este retorno enfrenta otra realidad muy importante, vale decir, el significado de la cuantía de remesas que se enviaban y que de alguna manera el gobierno venezolano “tendría que proveer o facilitar”para mantener el atractivo de su programa de “vuelta a Venezuela” y hacerlo realidad. En este sentido,si se utilizan las estimacionesmás optimistas disponibles[1]antes de la pandemia, las remesas desde la Ciudad de Cúcuta en Colombia alcanzarían los US$ 6.000 millones para 2020; es decir, US$ 500 millones mensuales.El monto anual de estas remesas sería equivalente al 100% aproximadamente de las reservas internacionales actuales del país, ubicadas en US$ 6.300 millones al 01-05-2020.

Pero, tomando en cuenta la situación de pandemia, las estimaciones anteriores se ubican entre US$ 1.800 – 2.000 millones, con lo cual la cifra de remesas mensuales disminuiría de US$ 500 millones a US$ 166 millones mensuales en el mejor de los casos; una reducción de casi 70%, que significa un golpe muy fuerte para el migrante y sus familiares en Venezuela.

Si el ejercicio anterior se realiza con las cifras de 2019, que suponen la recepción de un total de remesas de US$ 3.500 millones en el año, entonces la caída de las remesas mensuales bajaríaa US$ 291 millones;o sea, 75.3% mayor a las más recientes estimaciones realizadas para 2020 (US$ 166 mensuales). En otras palabras, el deterioro sería muy significativo en términos cuantitativos, lo cual impactaría en la capacidad de consumo y calidad de vida de los afectados. En este escenario, el monto anual de remesas en términos de reservas internacionales bajaría a 31,7%, cifra todavía bastante significativa.

Otras fuentes[2]han estimado una reducción de la remesas para 2020(incluido el impacto del COVID-19)hasta US$ 1.500 millones(incluso hasta US$ 1.200 millones), cuando antes de la pandemia las proyectaban en US$ 4.000 millones, con lo cual los cálculos anteriores serian aún más desfavorables.Pero,las estimaciones de remesas medidasen términos de reservas internacionales representaríanun 23,7% de éstas en un escenario revisado con la aparición de la pandemia; una representatividad muy importante considerando aun el bajo nivel de reservas internacionales de que dispone el país en la actualidad.

Por su parte, el significado de las remesas en términos de la capacidad productiva del país es igualmente muy relevante. Al compararlas con el producto interno bruto generado por Venezuela (estimado por el FMI en US$ 70.140 millones para 2019, Octubre 2019), se tiene que las remesas generadas en 2019 (digamos US$ 3.500 millones) representaron el 5% del mismo, cifra bastante significativa comparada con muchos países latinos. Pero más significativa aun si se toma en cuenta que el principal ingreso externo de la economía venezolana proviene de la industria petrolera (cerca de 90%), industria esta que está en declive de producción, sujeta a sanciones y a precios históricamente muy bajos en la actualidad.

Aun con los recortes esperados en las remesas venezolanas, estas son muy significativas cuantitativa y cualitativamente hablando, pues son fundamentales y soportan buena parte de la economía nacional en estos momentos. Como se llegó a decir en algún momento, los países latinoamericanos son países “remesas-dependientes” y Venezuela ha entrado a formar parte de ese grupo de países.

Impacto sobre la Economía y Sociedad

Siendo un fenómeno bastante normal en América Latina, la migración y el envío de remesas era prácticamente impensable para los venezolanos hasta años recientes. En efecto, cuando comenzó el éxodo masivo hacia otros destinos en la región, fue cuando el fenómenoresultó importante como vía para sostener hogares separados, pues no estaban consiguiendo en su país lo que su país les debía ofrecer.

El fenómeno se hace relevante alemigran sectores medios y bajos de la población venezolana, pues el fenómeno no era tan relevante cuando emigraron los venezolanos de mayor estrato social. Venezuela nunca fue “un país exportador de sus ciudadanos” en magnitudes de significación.

Varias oleadas de migración venezolana han ocurrido en los últimos 20 años en atención más a la  incertidumbre política que a hechos económicos, aun cuando ellos han estado entrelazados. Estos últimos tomaron más relevancia en los últimos 4-5 años, pese a que la economía nacional ya se venía deteriorando aceleradamente desde 2013, cuando los precios del petróleo, después de superar los US$/bl100, se comenzaron a derrumbar, deteriorando el musculo financiero dela economía nacional, basada en su dependencia de la industria petrolera, y a un sector privado muy disminuido en su capacidad productiva.

Cierto era que el petróleo permeaba todos los sectores, directa o indirectamente, por lo que su deterioro tenía que afectar necesariamente al resto de la economía, más aun cuando la política económica que se ha aplicado en los últimos 20 añosdestruyó buena parte del aparato productivo privado y público. Ello sin entrar a considerar elementos asociados a corrupción e ineficiencia.

Las consecuencias más visibles en lo económico han sido, por una parte, la pérdidamuy sensible en su capacidad de generación de producto, calculada en más de 60% en los últimos 5años y,por la otra, una hiperinflación que está lejos de ser corregida. Se estima una reducción del PIB de 10,8% y una inflación de 15.000 % para 2020, según las últimas estimaciones del FMI. De la misma forma, se ha producido un profundo deterioro de los salarios y su capacidad de compra. Según estimaciones del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (CENDA) para el pasado mes de marzo, el poder adquisitivo del salario mínimo real fue de tan solo 1,3% de la Canasta Alimentaria y de 2,3% si se le adiciona el ticket de alimentación (canasta alimentaria familiar ubicada en US$ 240 mensuales).

Lo anterior ha obedecido al hecho de que se ha persistido en la misma política económica que no ha dado resultados positivos y en un  ambiente general que no ha generado confianza y certidumbre, tan necesarios para estimular inversiones y mantener un crecimiento económico sostenido. Sus consecuencias han recaído en estímulos a un proceso migratorio que ha buscado mejores condiciones de vida en otros países.

Lo cierto es que Venezuela se convirtió en poco tiempo, de un país receptor de muchos migrantes del mundo(primero europeos y luego latinoamericanos) a un “país exportador” de venezolanos, ciudadanos migrantes, en un contexto de grave deterioro de su economía doméstica que está condicionando  su futuro.

Agravamiento Social del Problema

Detrás de los migrantes se esconden al menos dos situaciones. Una, la del propio migrante que ha buscadohacerse de un futuro esperanzador en un país y una economía extranjera. La otra, la que esconde el soporte que dicho migrante da a los familiares que permanecen en Venezuela. Es aquí donde adquieren valor las remesas de los migrantes.  

El problema es que muchos de los migrantes venezolanos han ido a formar parte de la economía informal de otros países y cuando las circunstancias del país receptor ofactores externos como la pandemia de nuestros tiempos, COVID-19, entran en juego, no solo se afectan los migrantes sino también los familiares de estos en Venezuela, pues el ingreso (en la forma de “salario” para unos y de“remesa” para otros) desaparece para ambos. En pocas palabras, la pandemiaha limitado la capacidad de los migrantes de enviar fondos a sus familiares, lo cual se ha potenciado por las restricciones impuestas enla cuarentena decretada  (apertura de establecimientos y aislamiento social). Obviamente, el cierre de las fronteras ha agravado la situación, ya que el problema económico se convirtiótambién en un problema de salud pública.

La situación descrita es la que precisamente ha ocurrido con el COVID-19, que ha obligado a muchos migrantes venezolanos a regresar al país. Muchos de los migrantes venezolanos, en sus países de destino, han sido afectadosadversamente por no poder desempeñar su labor en la economía informal y formal, debido a que la pandemia ha dejado calles y centros de trabajo vacíos, sin posibilidad de generar ingresos y sumidos en la pobreza. Con el retorno de los migrantes venezolanos, se ha ido a presionar más aun la limitada oferta de bienes y servicios domésticos en Venezuela (o inaccesible oferta de bienes importados),  con un poder de compra muy bajo o simplemente inexistente.

Como si lo anterior fuese poco, la presión sobre la economía domestica se extiende al campo de la salud y atención sanitaria, y a la propia convivencia ciudadana. La deficiente atención hospitalaria y ambulatoria por parte de los centros de salud pública y las restricciones de los centros privados agrava el problema,  ya que el gobierno no dispone de suficientes recursos para la recuperación del sector.

De prolongarse la situación actual, tanto por razones económicas como políticas, el escenario para los ciudadanos luce sumamente comprometido.

Retos Políticos y Comentarios Finales

Habría que comenzar señalando que las remesas se habían convertido en “una tabla de salvación” para muchos hogares venezolanos y a la vez un apoyo muy importante para la economía y sociedad en su conjunto. Sin embargo, en las condiciones actuales del país, tanto económicas como políticas, incluido el retorno forzado de la población migrante por razones del COVID-19, parece imposible evitar presiones de la sociedad sobre el gobierno que busquen aliviar la desmejora en la calidad de vida de la población.

Esta situación lleva a reflexionar en la dirección de que nadie deja o huye de países con libertades, oportunidades y futuro para dirigirse a países con restricción en las mismas y con serios problemas económicos y sociales, a no ser por una razón muy poderosa como la pandemia actual, que se une a la pérdida de empleo e ingreso por esta razón. Esto genera mayor presión sobre las autoridades gubernamentales ante sus limitaciones para contener el regreso de los migrantes en cantidad significativa, más allá que no tendría por qué negarle a sus ciudadanos el regreso a su país.

Todo lo anterior debería obligar al gobierno actual a buscar fórmulas distintas para superar la coyuntura, que ya parece tomar visos de problemas estructurales, dada la transformación que ha sufrido Venezuela en las últimas dos décadas, o dejar el camino libre para que otros emprendan el duro camino de la recuperación nacional y la elevación de las condiciones de vida de la población, si es que los venezolanos son la prioridad.

  [email protected]


[1]https://www.laopinion.com.co/economia/en-venezuela-ya-extranan-los-dolares-de-las-remesas-196167#OP

[2]https://efectococuyo.com/economia/covid-19-recortara-por-la-mitad-el-flujo-de-las-remesas-en-el-pais/

https://www.eluniversal.com/economia/70552/se-espera-una-caida-del-42-en-la-recepcion-de-remesas-en-   venezuela

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