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La casa por cárcel

En la justicia totalitaria y dictatorial de Venezuela, en la que los jueces toman las medidas y deciden lo que les ordena el dictador, se observa que, en algunos casos, los jueces de control les otorgan a quienes estén privados de libertad, incluso cuando no han cometido ningún delito, en violación del principio constitucional según el cual, a quien se le impute un delito, se le debe juzgar en libertad, salvo en los casos en los que haya fundado temor de que pueda huir o que se tema, razonadamente, que en libertad pueda entorpecer el proceso, se les conceda la llamada medida sustitutiva de prisión domiciliaria.

En El Nacional, Alberto Arteaga nos dice:

“La pena o sanción prevista por la ley para determinados hechos que afectan las bases de la comunidad y que solo deben aplicarse después de un juicio justo se ha convertido en una simple referencia, a los fines de desconocer el derecho a un juicio en libertad.

La verdadera sanción, indefinida, indeterminada y prolongada, es la llamada prisión preventiva, en la modalidad de un trato cruel en los antros penitenciarios o su sustitución, en contados casos, por un arresto domiciliario acordado como medida humanitaria ante daños irreparables a la salud producidos bajo la responsabilidad del Estado.

Bajo la dictadura de Maduro son miles los casos de presos políticos que están en las cárceles, casi siempre bajo condiciones inhumanas, sin que hubieran cometido delito y alegando falsas flagrancias. Bajo presión internacional, vemos cómo, en los últimos días, el gobierno dictatorial ha ordenado que a esos presos se les otorgue lo que se considera una ”libertad provisional” la “medida sustitutiva” de arresto domiciliario. En esos casos no hay nada de libertad sino una reafirmación de la violación del principio constitucional de ser juzgado en libertad. La casa, en esos casos, sigue siendo una prisión, y a quienes estén en ella, la medida incluye la prohibición de comunicarse y de comentar sobre el proceso al que están sometidos.

Vemos ahora que esa casa por cárcel no es algo exclusivo de los presos políticos a los que nos referimos, sino que se extiende a los venezolanos que no se atreven a salir de sus casas ante el peligro de ser objeto de secuestros, robos, asaltos, incluso homicidios. Cuando se les invita a una fiesta, cuando se quiere ir al cine, después de las 6 de la tarde, es común que la gente prefiera quedarse en su casa que poco a poco se está convirtiendo en cárcel. Se ha llegado al caso de que ahora son cada vez más quienes van a temer trotar o caminar de día por las calles, subir al Ávila también en horas diurnas porque corren el riesgo de ser asaltados. En el Nacional de hoy, martes 9 de febrero se narra el hecho de que, a las 10 de la mañana, 26 personas, incluyendo niños, fueron asaltados por cinco delincuentes que los privaros de sus pertenencias

¡La casa se está convirtiendo en cárcel para los venezolanos!

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