OpiniónOpinión Nacional
La Comunicación (2)
Hace muchos años un ciudadano estadounidense y su futura suegra conversaban sobre la hora que podría ser conveniente para celebrar la boda de ese ciudadano. El ciudadano estadounidense, entre varias horas, sugirió las 2 de la tarde. La futura suegra contestó que esa era «la hora del burro». Al escuchar esta expresión, él se sintió ofendido interpretando erróneamente que había sido comparado con un burro.
Esa expresión, para quien la utilizó, significaba simplemente que a esa hora el ambiente era pesado y que provocaba tomar una siesta más que ir a una boda. No había ninguna intención de ofender. Esa era una expresión que la mayoría de la gente de ese país hubiera entendido. Para el ciudadano estadounidense, sin embargo, era un claro insulto. No obstante las aclaratorias del caso, de ahí en adelante esa relación jamás se pudo recuperar.
Es conveniente analizar qué tipo de vocabulario y de lenguaje usamos dependiendo de la persona con la cual pretendemos comunicarnos para evitar malos entendidos.