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La dignidad del militar venezolano

Tomando la necesaria voz interventora para ayudar a recuperar el orden disciplinario en la Fuerza Armada Nacional venezolana, queremos insistir en el tema que vienen tratando diversos sectores políticos, cada uno en su área, pero con mayor incidencia, el asumido por los opinantes militares, quienes como nosotros, asumen la sindéresis como bastión necesario, toda vez que otros sectores asumen como fundamento el acontecer conductual de los actuales mandos militares, adjudicándoles a ellos como verdad, el representar y hablar por todos los servidores nacionales, quienes un día juraron “defender la patria y sus instituciones hasta perder la vida si fuere necesario”, tal como lo manda la Constitución de la República.

Queremos resaltar en este introito, el artículo del colega, compañero y amigo, a mas de compadre, Humberto Seijas Pittaluga, quien como siempre entorna su prosa con títulos, más que convincentes, reales. Es el caso de “Uniformados, un poquito más de decencia”, en el cual refiere las nefastas declaraciones del general Vladimir Padrino en su ataque al presidente de Colombia, con un verbo sin sentido, a mas de impropio, cuando asume la vocería de la Fuerza Armada Nacional, y sin tapujos, la del sublime mando superior del comandante en jefe, cometiendo errores que lo descalifican como estratega militar, toda vez, que la amenaza con la fuerza, no es propio de un ministro, y ni siquiera del presidente, ya que la FAN venezolana, conforme al artículo 328 de la Constitución, esta tiene como misión única la defensa militar. No creo que no sepan esto el presidente colombiano y su  mando militar. Y si lo pensara como retaliación, no es la forma militar de aplicar el principio de la sorpresa, ya que es enjundioso evitar la alerta de cualquiera operación, sea legal o ilegal.

Como dice el comentado Seijas: “A la mayoría de nosotros se nos enseñó, desde muy temprano, que ´lo cortés no quita lo valiente´.  Lamentablemente, no todos tuvieron la dicha de conocer esa norma y regirse por ella.” Y continúa Seijas (refiriéndose al MinPoPoDef): “No pensó que él no es un guapetón de barrio sino alguien que representa, ¡trágame tierra!, a la república.  Y que las relaciones internacionales se caracterizan tanto por la finura en el trato como por la hipersensibilidad dérmica de las partes.” 

Para nosotros, todo este ensamble, que no es hipotético ni de inventiva, lo entornamos con nuestras anteriores exhortaciones al colega y muy galardonado general Vladimir Padrino, a quien desde hace tiempo le venimos alertando sobre actos aparentemente burlescos, con los que se le insinúa un cambio de actitud y conducta en el desempeño de su ya largo mando en la institución militar de la república, todo con nuestra intención de ayudarlo en el despeje de las insidias y burlas de personajes y hasta colegas “personeros”, que lo ven como un ente ubicuo, y a quien tal vez sin saberlo, le han dado la responsabilidad de asumir toda la desgracia gubernamental, en lo que ha ayudado su soberbia impropia y su testarudez, que va en contra de la dignidad del militar venezolano.

Bien es cierto, y lo hemos asumido como conclusión del análisis que hemos venido haciendo del actuar del general Padrino, desde su mismo entorno familiar en Caicara de Maturín, cuando como imberbe aún, no tenía idea de lo que le repararía el destino, y mucho menos del gravísimo error, que no ha querido reconocer ni renunciar, al ponerse en contracorriente en el país y tratar de mantener como viva y heroica la imagen del difunto teniente coronel Chávez, “destructor de la patria nueva”. En esto hemos insistido al general Padrino, que debe asumir su error de humano y actuar como sabio reconociéndolo, y asumir el rol que es el dable y necesario, de apartar a la FAN de la política, que tanto daño le ha hecho al país en estos veinte años de debacle institucional.

El colega general, debe oír la vocería que quiere involucrar a la institución de la dignidad en la debacle, ya imparable, y ponerse al servicio de la recuperación de la patria, dejando de lado la terquedad gubernamental y la desfachatada incongruencia opositora y, como buen ciudadano, unirse a la vocería que clama como pueblo, cambiar de sistema o cambiar de gobierno. ¡No hace falta golpe de Estado, solo falta sindéresis institucional y dar fuerza a la dignidad del militar venezolano!

@Enriqueprietos

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Un comentario

  1. Estoy convencida, y deseo que así sea, que todo el desprestigio de los militares venezolanos redundará en una oportunidad de eliminar dicha fuerza bruta militar e invertir todo ese dinero en EDUCACIÓ y Salud de calidad. Tendremos la posibilidad de reconstruir el imaginario social desde lo civil y no desde lo militar; honrar nuestros hombres y mujeres públicos que enaltecen la ciudadanía y minimizar las hazañas heroicas de los próceres, quienes respondieron con su acción en su momento histórico, es hora de pasar la página verde oliva.
    Reconstruir una Venezuela civil como Costa Rica, gente con una mentalidad ecologista y ciudadana envidiable; que su preocupación -presenciada por mí a principios de la década del 2000- era que todos la población estudiantil de primaria tuviera acceso a la tecnología de punta y al aprendizaje y dominio de una segunda lengua. Mientras los líderes militares venezolanos volteaban a mirar , en ese año, a la isla cubana y a un líder tiránico como Fidel Castro.
    Es la oportunidad para no ser gobernados por «arribistas sociales» formados con nuestros impuestos y que luego se enriquecen con el erario público

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