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La importancia del voto estratégico

Los venezolanos mucho podemos aprender de las recientes elecciones que ganó el joven Justin Trudeau en Canadá. El dejó a analistas y observadores impactados. Se sabía que a la administración conservadora ya se le había agotado su tiempo y la necesidad de cambio había preñado la mente y el corazón de los canadienses. Pero no se esperaba era que el Partido Liberal ganara, pues el Nuevo Partido Democrático (NDP) era la segunda fuerza política en Congreso y comenzó punteando las encuestas. Y menos que los liberales crecieran casi un 60%  y lograran un dominio total de la Cámara de los Comunes.

Varias son las razones que se pueden aducir para explicar que la mayoría de los canadienses votara por los candidatos liberales y no los del NDP. Van desde el liderazgo personal de Trudeau hasta los errores de Monclair líder del NDP. Desde el planteamiento conservador de las propuestas del NDP vs las osadas de los liberales- presupuesto balanceado o no. O incluso la aceptación por el NDP del uso de niqab-velo islámico que solo deja ver los ojos de la mujer- atacado por los conservadores en particular su uso en las ceremonias de naturalización de ciudadanos, que  lo debilitó en Quebec. Aunque esa provincia había rechazado una ley local que prohibía su uso público -junto a otros símbolos religiosos- al final se produjo una pérdida de apoyo al NDP. Esta fue la señal para que los que promovían el “voto estratégico” que postulaba “cualquiera menos Harper” se movieran hacia los liberales.

En Venezuela el “voto estratégico” se conoce como la “economía del voto”, es decir, la gente apuesta a ganador, para no perder su voto. Y la mayoría cree que ganará la oposición.  Pero en Canadá fue más allá al implicar una acción política coordinada.  Aquí han aparecido una serie de candidatos independientes que en regiones donde este reñida las votaciones podrían quitarle votos a la MUD y hacer que el chavismo gane. Ya tenemos una experiencia con la plancha que encabezó Germán Escarrá para el Parlatino, en 2010, que le sacó más de un cuarto de millón de votos a la MUD, evitando que presidiéramos la representación de Venezuela en ese parlamento regional.

Hoy no hay dudas que Escarrá era un infiltrado del chavismo. Si los conocidos y respetados candidatos independientes de la oposición no son infiltrados al final serán otros tontos útiles. Que a la MUD hay mucho que recriminarle, de acuerdo, pero ya vendrá el momento adecuado. Ahora lo que nos estamos jugando es mucho, y se impone el “voto estratégico”.

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Un comentario

  1. Totalmente de acuerdo, en especial en lo referente a los Caballos de Troya como Herman Escarra, William Ojudas, Ricardo Sánchez, y el más desvergonzado de todos (tanto, que hasta los chavistas deberían sentir ASCO por haberlo reincorporado a sus filas), Francisco Arias Cárdenas.

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