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¡La irracional estupidez!

No es que exista ninguna estupidez racional, pero en la Venezuela de hoy, desde hace mucho tiempo, venimos confrontando una irracionalidad en la opinión política, que ha marcado el curso de los acontecimientos, agravados por la pandemia, al extremo de ver que ha surgido una caterva de vociferantes políticos, que no líderes, todos llamados a la reflexión perdida, cuyo fin máximo es aparentar, más que aparecer como líderes del teclado en el WhatsApp, surgiendo con una vociferante exclamación de exponencial medida, que aturden, no por la expresión sino por la forma de hablar o escribir, tendiendo al convencimiento de un verdadero exponente de la verdad de Perogrullo.

Lo más grave no son las píldoras venenosas que transmiten con su supuesta verdad, sino que intentan engatusarla y engatusan,utilizando o suplantando personalidades con lo que hoy y día llaman eufemísticamente “hackeo”, que no es el suplanteamiento de las personas sino el uso de su nombre en diversos medios digitales, para hacer creer que su mentira surgió de esa personalidad que ha logrado credibilidad en el medio.

Lo hemos dicho, casi la generalidad de los opositores se enfrasca en una creencia ciega a las presunciones, desechando la acción real, aunque esta sea clara y precisa. Fue lo que ocurrió con motivo del proceso electoral del 20M18, cuando hoy, a pesar de la realidad y las consecuencias de la abstención, se sigue dando validez a esa decisión infausta y sin sentido, ¿Cómo podemos lograr un resultado positivo con inacción presagiada?, sin dudas, presumir lo inesperado es factible, pero  lograr positividad de lo negativo choca hasta con las leyes de las matemáticas, que es la graficación de la lógica: ¡Nada se hace no haciendo!, lo contrario sería una paradoja porque el virtuosismo real no nos permite prever y suponer, pero es imposible que podamos dar fuerza a un resultado posible pero incierto. Es esto, un futuro incierto.

Lo advertimos ante la insistencia incrédula de no participar en los pasados procesos electorales: ¡Venderán los lamentos o el llanto entumecido para no reconocer el error, pero será una decepción triste e inoportuna!

Hoy, cuando vemos tanta incertidumbre presagiada por estos usurpadores protagónicos de los medios con sus fanfarrias de estupideces, debemos convencernos de que hay que retomar el sentido de la razón perdido en estos largos 20 años de estúpida irracionalidad y volvamos a la sindéresis que deje atrás la diáspora y la mordaza impuesta por la antipolítica que atacó a los líderes que venían desbordando el heroísmo sin miedo contra el rancio chavismo.

Que retomemos la prudencia, obligando a los partidos opositores a no caer en el pérfido juego de la intolerancia, que los ha llevado a impulsar el protagonismo y el liderazgo con la división seguida de tortuosos e ignorantes argumentos, olvidando la espada de Damocles a la que hay que enfrentar, sea cual sea la dificultad. Hay dos poderes que deben ser convencidos con la sabia del intelecto: el judicial dramáticamente pervertido y el militar, erróneamente confundido.

Valen las sabias palabras de Confucio: “no se pueden destruir las rocas lanzándole huevos”, pero si algo hay que tomar de la política para evitar la guerra es eliminar el veneno de la intolerancia, la enemistad y la venganza. Debemos luchar contra los mensajes irracionales que inducen a la desesperanza y a la incertidumbre, esos mensajes de pesimismo irracional, que catalogamos de estupidez.

@Enriqueprietos

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2 comentarios

  1. Artìculo pomposo, involuto, complejo.
    Para entender que carrizo quiere decir el autor hay que leer tres o cuatro veces la misma frase, y todavìa sigue retorcido.
    Serà que el autor cree de tener una lecciòn en una universidad?

  2. Artìculo con palabras complejas, involuto, difìcil, pomposo.
    Hay que leer una misma frase tres o cuatro veces para entender el concepto, y todavìa muestra ser retorido.
    Serà que el autor creìa de tener una lecciòn en una universidad?

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