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La manipulación fascista de Nicolás Maduro

El fascismo y el estalinismo fueron criminales respuestas a las revoluciones liberales inspiradas en el  pensamiento burgués y al surgimiento de una creciente injusticia social producto del capitalismo. Esos dos regímenes políticos, supuestamente de derecha y de izquierda, manipularon el pensamiento de sus pueblos mediante eficaces campañas de propaganda destinadas a modificar la verdad de los hechos para permitirles mantenerse en el poder suprimiendo el disentimiento mediante una permanente violación de los derechos humanos. La propaganda nazi demonizó a quienes consideraba enemigos del partido, en particular judíos y   comunistas, en su empeño por conducir a Alemania a la guerra y crear el culto a la personalidad de Hitler. El régimen estalinista también utilizó importantes campañas de propaganda para responsabilizar por su fracaso económico al saboteo de la vieja guardia bolchevique en la más atroz represión política de la historia. Nicolás Maduro, desde el  inicio de su gobierno, aplicó la misma estrategia pero sin mayores resultados debido a la existencia de los medios alternativos de comunicación.

El régimen chavista-madurista, como parte de esa estrategia, se propuso, después de la crisis política y militar de 2002, convocar permanentemente a elecciones seudo democráticas y controlar los medios de comunicación. La contradicción existente entre esos dos objetivos  se superó   permitiendo que subsistieran  algunos periódicos y  radios,  relativamente independientes, pero sometidos a la férrea vigilancia de CONATEL. La campaña para cerrar a Radio Caracas Televisión y controlar Globovisión muestra la importancia que, de acuerdo al asesoramiento castrista, tuvo para el régimen chavista-madurista el férreo control de los medios de comunicación. Sin embargo, ante el fracaso de los intentos de amedrentamiento a esos medios, el régimen consideró que era imprescindible lograr una mayor penetración de la opinión pública obligando a los medios privados  a realizar propaganda política gratuita a favor del régimen chavista, utilizar para su exclusivo servicio los medios de comunicación del Estado y crear nuevos canales de televisión y radios comunales.

El madurismo, ante su rotundo fracaso económico, ha tratado de convencer a los venezolanos, mediante una agresiva campaña de propaganda, que la grave crisis económica que enfrenta Venezuela, desde el año 2014, se originó como consecuencia de una agresiva guerra económica ejecutada, a partir del año 2017, por los Estados Unidos en contra de Venezuela. Es imprescindible, para poder dar una respuesta objetiva a esta afirmación,  clarificar la evolución de nuestra economía en estos últimos años. El crecimiento del PIB, durante esta década, fue el siguiente: 2010 -1,5 %; 2011+4,2 %; 2012+5,6%; 2013+1,3%; 2014 -3,9 %;  2015 -6,2 %; 2016 -16,5 %; 2017 -14,0 %; 2018 -18,0%. Durante el mismo período, los precios se modificaron de la siguiente manera: 2010 +28,2%; 2011 + 26,1 %; 2012 +21,1 %; 2013 +43,5 %; 2014 +57,3 %; 2015 +111,8 %; 2016 +254, 4 %; 2017 +1087,5 %; 2018 +1.370.000%. Las causas de estos resultados fueron: el establecimiento del control de cambio; la destrucción de PDVSA; las injustificadas nacionalizaciones y expropiaciones, la aplicación de la  ley de Precios y Ganancias Justas y el saqueo de los dineros públicos en más de 700.000 millones de dólares.  Fácilmente, se puede apreciar, que la manipulación de la información se ha realizado mediante arengas y enunciados, sin utilizar cifras reales y comprobables como las precedentes.

De igual manera, la supuesta guerra económica ha sido también utilizada por el madurismo para justificar el estruendoso colapso del sistema eléctrico nacional que paralizó a Venezuela durante siete días y continúa afectando el normal funcionamiento de las actividades cotidianas en todo nuestro territori. La manipulación se hace presente nuevamente. Ahora, las causas van desde un ataque electromagnético al complejo eléctrico de Guri, según el ministro Rodríguez, hasta la acción de un experto francotirador con un fusil de gran alcance, según Nicolás Maduro, sin dejar de mencionar los papagayos utilizados por niños en el Zulia, según el gobernador de ese estado. La verdad es que nuestro sistema eléctrico empezó a modernizarse, a partir de 1945,  al lograr cubrir, para 1969,  el 50 % del territorio nacional, y para 1979, garantizar que  el  77% de nuestra población tuviese  un acceso confiable y continuo de electricidad. Al mismo tiempo se impulsó el desarrollo  hidroeléctrico del río Caroní que alcanzó,  para 1986, 10.235 MW  al concluir  la represa del Guri y la Central Hidroeléctrica más grande del mundo. Esta extraordinaria obra de la democracia no puede compararse con el desbarajuste chavista-madurista. Al iniciarse la recuperación de los precios petroleros, Hugo Chávez inició un proceso acelerado de inversión de más de 100.000 millones de dólares con el fin de modernizar el sistema eléctrico. Lo único que quedó, de esa  inmensa inversión, fueron obras inconclusas, y millones de dólares en cuentas bancarias en el exterior de ex funcionarios y amigos del gobierno. Esa es la verdad.

La única explicación que logro encontrarle a la presencia en Maiquetía  de dos aviones rusos, un LLyushin II-62 M y un Antomov 124, que transportaban un reducido número de efectivos militares y un material de guerra no determinado, es la necesidad que tuvo el madurismo, al iniciarse la crisis eléctrica, de darle tema de conversación a los angustiados venezolanos. De todas maneras, no está demás aprovechar la oportunidad para decirle algunas palabras a mis compañeros de armas.  No creo que Venezuela se vaya  a transformar en una Siria latinoamericana, pero es conveniente que ustedes valoren las filípicas patrioteras maduristas no vaya a ser que, por desespero, genere las condiciones para que se desarrolle el escenario de una invasión multilateral. En estos días leí un artículo, me imagino que  puesto a circular en las redes por el G.2 cubano y dirigido a ustedes, en el cual Venezuela, aliada con Rusia, lograba derrotar a una poderosa fuerza militar conformada por los Estados Unidos,  Brasil, Colombia y la mayoría de los países latinoamericanos. Reflexionen. Ustedes conocen  perfectamente que ese planteamiento es absolutamente falso. Es parte de la  campaña de propaganda con la cual se quiere engañar a nuestro pueblo.

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