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La Nueva Política de Coopetition

La Nueva Política consiste en llenar los espacios vacíos que deja – en lo económico – el fin del reparto rentista por una diversificación de la producción y exportaciones con base en un modelo político social que suplante el autoritarismo, en el que predominan las relaciones verticales gobierno-partidos-sectores, por alianzas horizontales ganar-ganar entre todos los sectores sociales, sean privados o públicos.

El colapso de la industria petrolera, que parece una amenaza, es también una oportunidad. Se puede ver como amenaza porque, si no surgen otras fuentes rentísticas con similar capacidad de generación de divisas, no puede continuar el acostumbrado reparto de la renta ni la concentración del poder político que ese reparto genera.

Para ver el colapso del modelo rentista-autoritario como oportunidad, tenemos que imaginarnos una sociedad que no hemos conocido. Necesitamos visualizar la diversificación de nuestra economía, exportaciones, fuentes fiscales y de divisas. Esta transformación en lo económico y social transformaría, a su vez, a una pseudo democracia de pluralismo limitado en una sociedad mucho más pluralista y, por ende, libre de partidocracias, caudillismos mesiánicos autocráticos y de alianzas cívico militares.

La condición fundamental para que esta sociedad de pluralismo y producción pueda surgir es que la recuperación de la producción y exportación petrolera o el surgimiento de otras fuentes rentísticas incipientes sea lenta para que no genere recursos suficientes como para repartir generosamente a pobres y ricos. Precisamente, CAP II fue sacado del poder por tratar de desarrollar una versión de esta nueva sociedad. La diferencia que hoy nos ayuda a cambiar es que las circunstancias actuales son mucho más graves y apremiantes; mientras que cuando Pérez sale del gobierno, en 1993, ya la economía estaba en franca recuperación y la industria petrolera estaba en sus mejores momentos institucionales. Ido Pérez, Caldera II fue ambiguo en lo económico y no titubeó en desmontar la descentralización y, en general la Reforma del Estado de la COPRE, porque repartía demasiado poder. Ese híbrido estaba destinado al fracaso y por eso gestó la votación mayoritaria anti-Sistema que recibió Hugo Chávez. Éste estuvo claro en que su objetivo era regresar al autoritarismo rentista, ya fracasado, pero tuvimos la mala suerte de que le subieron los precios del petróleo y…el resto es historia (de una muerte anunciada, como la que estamos viviendo).

La privatización de la industria petrolera y de otras fuentes de renta,  esperada a partir de la Ley Antibloqueo, haría que estas explotaciones fueses más productivas y transparentes, pero no eliminaría la amenaza de regresar al pasado autoritario rentista mono exportador.

La segunda condición para el surgimiento de esta nueva sociedad es que los sectores no oficiales aprovechen la oportunidad que brinda esta coyuntura para convertirnos en la solución buscando reactivar y diversificar nuestra producción y exportaciones. Parte del camino se ha abierto porque el gobierno ha liberado los precios, el cambio y eliminado aranceles de insumos. Sin embargo, también ha eliminado aranceles de productos terminados que se podrían producir en el país, mantiene en vigencia solicitudes de licencias de importación de insumos, dificultades en las aduanas a los exportadores y un alto encaje bancario que ha minimizado el crédito. Para lograr la transformación en una sociedad pluralista de producción es importante que los funcionarios públicos estén conscientes de lo mucho que pueden hacer para apoyar a empresarios y trabajadores en esta transformación. Algunos ya lo están haciendo, aunque sufren las críticas de sus compañeros radicales.

La tercera condición es que dos de los actores principales de esta transformación, empresarios y trabajadores, caigan en cuenta de que necesitan abandonar el mito de la lucha de clases para convertirse en aliados. Esto ya ha ocurrido en muchas empresas. La clave está en dejar de ser lineal pensantes y manejar nuestras relaciones en función de díadas o supuestos opuestos que se necesitan el uno al otro; por ejemplo, entre competir y cooperar, aplicando el concepto de coopetition. Es decir, que en unos aspectos podemos ser competidores, pero en otros necesitamos entender que lo que beneficia a uno también beneficia al otro y viceversa. Necesitamos generalizar la aplicación de este concepto en los pares o tríadas sectoriales que se puedan formar entre trabajadores, empresarios, proveedores, distribuidores, consumidores, fuentes de tecnología y formación profesional, comunidades organizadas, ONGs, entes públicos reguladores y partidos (reorientados a acompañar a los sectores y no sólo a alcanzar el poder).

Si no logramos esta transformación, seguiremos hundiéndonos en el escenario de El Caos, en el que estamos y…, “en rio revuelto, ganancia de pescadores”.

@joseagilyepes

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