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La obra social de Eugenio Mendoza Goiticoa

La Universidad Metropolitana acaba de publicar el libro Eugenio Mendoza Goiticoa: empresario y buen ciudadano. Se trata de 22 ensayos de reconocidos autores que auscultan con rigor científico la impresionante trayectoria del emblemático emprendedor caraqueño (1906-1979), quien, prácticamente de la nada, edificó un emporio de empresas comerciales, agropecuarias y manufactureras en la Venezuela que dejaba atrás su condición de país rural, agropecuario y caudillista, para convertirse en una nación urbana, industrial y democrática.

Nadie como el académico de la Lengua, catedrático y escritor, Rafael Arraiz Lucca, compilador, para lograr un balance ecuánime y esclarecedor del hijo de don Eugenio Mendoza Cobeña y doña Luisa Goiticoa, quien, sin contar con bienes de fortuna, transformó para siempre, con espíritu visionario e innovador, el oficio de empresario en Venezuela, al edificar, en paralelo, otro emporio, pero de carácter social. No en balde su fervor venezolanista provenía del ejemplo de sus antepasados, el Dr. Cristóbal Mendoza, y Juana Bolivar y Palacios, hermana del Libertador.

La obra social de Eugenio Mendoza Goiticoa no tiene parangón en la historia del siglo XX venezolano. Y es que Mendoza, como señala el académico de la Historia, Edgardo Mondolfi Gudat, sostenía, hace ocho décadas, que la filantropía empresarial no era suficiente para apuntalar el desarrollo del país. En palabras del fundador de PROTINAL (1942), Venezolana de Cementos – VENCEMOS (1943), Maquinarias Mendoza (1948), Sherwin Williams de Venezuela (1953), Venezolana de Cerámicas – VENCERAMICA (1962), Ensambladora Venezolana (1965) y Materiales Mendoza (1965):

“Para contribuir a resolver tantos y tan agobiantes problemas no basta el progreso que genera por si sólo el desarrollo económico y, por tal motivo, considero que la empresa está obligada a extender su responsabilidad más allá de sus intereses específicos.”

Portada Eug Mendoza G Scharifker Arraiz LuccaDe su incansable empuje creador, nos recuerda Victor Guédez, nacieron el Servicio de Trabajo Social de las Empresas Mendoza (1943), la Financiadora Inmobiliaria Nacional (1947, conforme al cual el 90% de los trabajadores (20.000) llegó a poseer vivienda propia en 1991), la Caja de Ahorros de la empresa Mendoza & Cía. (1948), el Servicio Social Mendoza (1949), la Fundación Venezolana contra la Parálisis Infantil (1942) y el Hospital Ortopédico Infantil (1945), la Fundación Mendoza para la infancia, la agricultura y la cultura (1951), el Jardín de Infancia Luisa Goiticoa en Caracas, el Jardín Eugenio Andrés Mendoza en Maracaibo, la Sala de Exposiciones Mendoza (1956), la Asociación Venezolana de Ejecutivos (1957), el Dividendo Voluntario para la Comunidad (1964), el Instituto de Estudios Superiores de Administración – IESA (1965), el Centro de investigaciones sobre enfermedades cardiovasculares – ASOVINCAR (1966), la Fundación para la Vivienda Popular (1958), las empresas Viviendas Populares (VIPOSA, 1958) y Construcciones Viposa (1968), el Banco Hipotecario de la Vivienda Popular (1960) y el Banco Hipotecario de la Vivienda (1961), la Federación de Instituciones Privadas de Atención al Niño – FIPAN (1958), el Instituto Venezolano de Acción Comunitaria para la formación de cooperativas y organizaciones rurales (1960), la Declaración de Responsabilidad Social de la Libre Empresa (1965), la Asociación Civil Educrédito (créditos estudiantiles, 1965), la Fundación Museo del Transporte (1970), la Fundación del Servicio al Agricultor – FUSAGRI (1970), el Colegio Experimental de Tecnología y Agricultura del Mundo Unido Simón Bolívar (1970), la Fundación para la Conservación de los Arboles – FUNDARBOL, 1970), la Universidad Metropolitana (1970), el Centro Médico Docente La Trinidad (1971) y Venezuela Competitiva (1992). Sobran las palabras.

Además de los ensayos de Arraiz Lucca, Mondolfi Gudat y Víctor Guedez, y la presentación del Rector de la Universidad Metropolitana, Benjamín Sharifker, colaboran en el libro: Karl Krispin, José Alberto Olivar, David Ruiz Chataing, Roberto Lovera De-Sola, Carlos Alarico Gómez, Carlos Maldonado-Bourgoin, Jaime Requena, George Bocaranda, María del Valle Mejías, Guadalupe Burelli, Alfredo Schael, Gustavo Vaamonde, Mary Martinez Torrealba, María Gracia Cruz, Eugenio Mendoza Rodríguez, Pablo A. Pulido y Luis Xavier Grisanti.

Este cronista hace su contribución a la obra con el ensayo Medina Angarita, Eugenio Mendoza y la Ley de Hidrocarburos de 1943. El presidente Medina nombra al joven empresario de 35 años, ministro de Fomento en 1942, correspondiéndole dirigir las negociaciones con las empresas petroleras internacionales, que, si bien presentaron reservas iniciales hacia la Reforma Petrolera nacionalista emprendida por el general civilista, se acogieron a la nueva Ley, iniciándose un largo ciclo de inversiones que permitió elevar la producción de petróleo de Venezuela de 562 mil barriles diarios en 1939, a más de tres millones setecientos mil barriles diarios (3.700.000 b/d) en 1970. La Ley de Hidrocarburos de 1943 es considerada por los especialistas como uno de las legislaciones económicas más exitosas y eficaces del siglo XX, y en ella, el ministro Mendoza Goiticoa dejó su valiosa impronta.

@lxgrisanti

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