¿Levantamiento o golpe de estado?

Isaías A. Márquez Díaz
Ante la confusión y asombro del régimen genocida, ya en sus postrimerías por ineficaz y fatuo, conviene aclararle las diferencias que existe entre estas acciones: golpe de estado consiste en la toma del poder político, repentina y violentamente (gobierno de facto), por parte de un grupo de poder, vulnerando las normas legales de sucesión de un poder vigente establecido, democráticamente, y solo sustituible por igual vía. Un levantamiento, tal y como el acaecido la mañana del martes 30/4 en las adyacencias de la Base Aérea Militar Francisco de Miranda (BAFM) o La Carlota, cuando el presidente (e) Juan Guaidó convocó a las fuerzas armadas a adherirse y/o solidarizarse con su gobierno interino o de transición, en su acepción más habitual se vincula a una insurrección y/o rebelión, revuelta popular o sedición de ataque menor que un golpe de estado.
Aunque sus adláteres y comodines subestimaron el hecho y estiman normalidad absoluta ante el momento crítico e irreversible, inundan las adyacencias de Miraflores con las masas populares, también agobiadas por la hambruna y sin alternativas, consideremos, sin reserva alguna, que, brillantemente, dimos inicio a la “operación libertad” mediante el alzamiento en acción con la que daremos al traste contra Maduro y su caterva, entreguistas de nuestra soberanía a una coalición chinorrusocubana, evidente, descarada e inmoral, sin precedente histórico.
Pese a nuestra urgencia y necesidades inaplazables, seamos pacientes y perseveremos ya que la deseperación es muy mala consejera, y podría llevarnos al reforzamiento del oprobio político a deslastrarnos para lo cual no habría Mesías alguno que valga, si no la fortaleza que solo Dios podría ofrecernos ante el ofuscamiento y la desesperación.