Los escuadrones de la muerte en Venezuela

La muerte del niño mártir de la tiranía dislocada no es un caso aislado. Días atrás habían sido asesinados (en Mérida, Caracas y San Cristóbal), seis estudiantes, maniatados, con tiros en la cabeza y signos de haber sido ajusticiados. Cinco de ellos habían sido detenidos en una protesta estudiantil. El corresponsal en Iberoamérica del diario La Razón de España, Ángel Sastre, publica “los escuadrones de la muerte en Venezuela”, recordando los escuadrones de las dictaduras de los 70 y 80. La impunidad sobre el crimen en Venezuela es enorme: “Paradójicamente Maduro trata de no enviar a sus agentes contra los delincuentes, pero sí ha intensificado la ofensiva contra jóvenes y opositores”. Los seis estudiantes ajusticiados “habrían sido torturados en cuarteles del país… Esos escuadrones de la muerte están conformados por funcionarios de las policías regionales, que hacen desaparecer a personas previamente seleccionadas a través de aparatos de inteligencia informales”. Cita la acusación de Cofavic de que “la Fiscalía ha reconocido que la mayoría de los responsables de estos crímenes son miembros de organismos de seguridad con experiencia en detenciones, lo que ha dificultado la identificación de los responsables”. En Venezuela 96% de los crímenes no son esclarecidos ni castigados. Sastre incorpora al Sebin y a los “colectivos” (“motorizados”) en la lista de los escuadrones y concluye que grupos paraoficiales operan con total impunidad como bandas dedicadas al crimen, secuestro y narcotráfico. Cecodap denuncia que 126 niños y adolescentes murieron en 2014 a manos de policías (55% más que el año anterior).
El próximo show del horror para distraer la atención sobre la bancarrota del país a causa de la corrupción y el despilfarro del gobierno, es la promesa de Maduro de “mostrar videos en cadena nacional sobre el atentado golpista y magnicida” número 16, en menos de 2 años (Chávez denunció 63), sin mostrar jamás prueba alguna. El 23-1-2013 Maduro denunció que grupos infiltrados planeaban matarlo a él y a Diosdado. En la lista del 1 al 16 aparecen como “culpables” Capriles, Uribe (varias veces), Roger Noriega, sicarios salvadoreños y el delirio más estrambótico de mayo de 2013, cuando Nicolás denunció que “Colombia planea inocularle un veneno que lo mataría lentamente”. Si lo que hace no fuera tan dictatorial y macabro, Maduro sería el bufón del mundo. El juego electoral, a pesar de su ventaja de controlar un CNE rojo, sabe que no tiene con qué ganarlo, por eso anuncia que “no va a permitir que la oposición se presente en elecciones si van a estar involucrados en promover la violencia en el país”. Con tal fin ya tiene en mente su Paracachitos III: dice que grupos paramilitares de Colombia habrían ingresado al país para organizar hechos de violencia.
Frente a tanta barbarie e insania, los demócratas no disponemos de otro antídoto que la unidad opositora, las protestas pacíficas en la calle y el apoyo popular masivo al cambio por venir.
En paralelo a los crímenes denunciados acá por Marta, en el sur del Zulia 8 policías de la BNB secuestraron, torturaron, asesinaron a dos jóvenes merideños, a quienes robaron dinero, celulares y su vehículo. Es obvio que esa política de Terrorismo de Estado, que introduce DELINCUENTES en Organismos Públicos, incluidos la PNB, la GN, produce estos trabajos al margen, de quienes proceden del LUMPEN y se comportan, con uniforme o sin él, tal y como se han comportado siempre, la cabra tira pa’l monte y el escorpión no puede evitar clavar su aguijón, esté en su Naturaleza. Y no son casos aislados, ocurren casi a diario, con «agentes del orden» en plan de criminales.