Nuestras Emociones
Hay incertidumbre, desconcierto, inseguridad…Los venezolanos llevamos muchas décadas viviendo en un país donde tenemos que estar pendientes de nuestro entorno mientras caminamos para evitar ser robados, secuestrados, o incluso algo peor. Llevamos décadas lidiando con la corrupción de líderes y de funcionarios públicos, indendientemente de su nivel. Llevamos también décadas donde estamos sujetos a la ineficiencia e ignorancia de quienes ocupan posiciones altas en organismos del Estado o de quienes los rodean. Hay tanta impunidad. Hay tantos criminales sueltos y tantos que no lo son presos.
Debemos examinar nuestras emociones para no permitir que sean los miedos los que nos controlen. Los miedos paralizan. Debemos enfocar nuestras energías donde nosotros podamos sembrar semillas que puedan dar buenos frutos. Debemos concentrarnos en vivir disfrutando de los detalles pequeños que llenan nuestra vida pero que a veces pasan desapercibidos. Debemos agradecer todas las bendiciones que nos han sido concedidas y que a veces no contamos. Debemos aprender a tomar una pausa para examiner concienzudamente hacia adónde nos dirigimos y prepararnos bien para el camino. Debemos determinar qué es lo que podemos controlar y qué es lo que está fuera de nuestras manos. No vale la pena angustiarse por lo que está fuera de nuestro control. Lo único que lograremos angustiándonos es desgastarnos inútilmente. Las emociones positivas y sentimientos como la empatía, la piedad, la fraternidad, la solidaridad, la ecuanimidad y la madurez deben prevalecer. Aprendamos a valorar lo que no tiene precio y a no dejarnos manipular.
Vivamos día a día, caminemos paso a paso, avancemos poco a poco. No hay que correr para llegar. Enfrentemos cada problema por separado, sin pretender solucionar todo al tiempo. Ocupémonos sin preocuparnos.
Vivamos cada día como si fuera el ultimo! Prendamos una vela y pasemos la luz!