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Nuestros políticos, no leen

Confieso, que me viene inquietando las series de necedades que se transmiten por la redes (videos, fotografías, audios, notas, artículos, referencias, entre otros) muchas de ellas interesantes, pero otras, incoherentes y sin un sentido mínimo de lógica conceptual, que abona a la confusión y la incertidumbre política que hoy vive el país.

Hay personas que lamentablemente son incapaces para procesar, contener, derivar o hacer una síntesis adaptativa de sus estados emocionales. De la misma manera, actúan de forma reactiva con un significativo déficit en su proceso de pensamiento sobre el problema en el que se está involucrado.

La situación que hoy se vive en las calles de Venezuela me recuerdan las manifestaciones de la primavera árabe que se produjeron en Túnez y Egipto a raíz de la inmolación de Mohamed Bouazzi el 17 de diciembre de 2010. Este joven de 26 años era un vendedor ambulante de frutas, cuya inmolación provocó una revuelta popular que se tradujo en la huida del dictador Zine El Abidine Ben Ali, quien se mantenía en el poder en Túnez por espacio de 23 años.

Aun cuando las manifestaciones comenzaron en Tunez y en Egipto contra Zine El Abidine Ben Ali y Hosni Mubarak, este último tenía 30 en el poder.

Las manifestaciones de Túnez y Egipto, se extendieron a los países conformados por el Magreb (Marruecos, Túnez, Argelia, Mauritania, Libia) y el Máshreq (Egipto, Palestina, Jordania, Líbano, Siria).

Las manifestaciones de estos países se conocieron mundialmente, como la Primavera Árabe y tuvieron su origen en el alto nivel de corrupción, ineficiencia e ineptitud, que llevaron a que las necesidades básicas de la población no fuesen satisfechas, mientras que por otro lado, los jóvenes carecían de expectativas para desarrollar una vida digna. Como vemos pues, cualquier coincidencia con la actual situación de Venezuela, es mera casualidad.

Pero toda esta referencia escrita hasta acá, perdería sentido, si la misma no está referida a un contexto histórico, político, económico y geopolítico, determinado. Esto es importante anotarlo, por cuanto en estos análisis comúnmente se obvian los intereses en juego. Es así como en el caso de Túnez donde Zine El Abidine Ben Ali tenis 23 años en el poder, mientras que Hosni Mubarak tenía 30 años en Egipto tal y como apuntáramos más arriba, mientras ambos regímenes, obedecían a los interese de los EE.UU. en el área. Tal y como hoy, el chavismo en Venezuela, obedece a los intereses de Cuba y Rusia en el área de América Latina.

Ben Ali y Mubarak fueron peones de los intereses petroleros de los EE.UU. en la guerra del Golfo apoyando los acuerdos de paz y cooperación con los EE.UU. Cuestión esta, que le valió a Egipto la anulación de su deuda militar con los EE.UU. Ambos países, se sometieron a las condiciones impuestas por el FMI. Después de la Guerra del Golfo.

La primavera Árabe le permito a los EE.UU. salir de sus desgastados dictadores e iniciar una estrategia de carácter geopolítica en unas de las áreas más explosivas del mundo, como el Medio Oriente. Es así como en medio de las revueltas, el 1 de mayo de 2011 un comando de élite compuesto por 24 hombres da muerte en Islamabad en Paquistán, a Osama Bin Laden, cinco meses después, el 20 de octubre de 2011 en la ciudad de Sirte, cae abatido Muamar el Gadafi.

Con la muerte de Gadafi se aspiraba a un Estado democrático en el tercer país de la OPEP, es decir, uno de los países con mayor cantidad de recursos petroleros del mundo, pero luego de casi 6 años transcurrido de la muerte de Gadafi, ha sido imposible lograr una vía democrática en Libia y, a la luz de los resultados, parece que la única clase de Gobierno que puede acabar con la anarquía, es uno de características parecidas al de Gadafi.

Reiteramos, estos análisis pierden sentido si los mismos no están referidos a un contexto histórico, político, económico y geopolítico, determinado, vale decir, no es posible entender lo ocurrido después de la Primavera Árabe, sino incorporamos al análisis que para los EE.UU. Rusia, China y demás centros del poder mundial, África es un continente seguro de abastecimiento petrolero que contrabalancea la inestabilidad explosiva del Medio Oriente y la de un Asia Central en disputa permanente entre el eje Rusia-China y el bloque de EE.UU. y la Unión Europea.

Si usted amigo lector, ha tenido la paciencia y ha prestado atención a lo leído hasta acá, se estará preguntando ¿Qué tiene que ver todo esto con lo que ocurre hoy en Venezuela? Intentare responder capsularmente esta interrogante.

1. Venezuela comenzó a perder la democracia a partir de la madrugada del 14 de abril de 2002.

2. El nombramiento de la Coordinadora Democrática (CD) sólo para salir de Chávez sin más objetivos, fue el inicio de las frustraciones de los venezolanos.

3. La admisión de las planillas Planas para continuar negociando no sé qué cosa, pues de ese entonces, hasta ahora, el chavismo demostró que sólo se contaría cuando tuviera la garantía del control total del proceso, que le garantizara las futuras victorias electorales.

4. El fraude del Referendo Revocatorio Presidencial el 15 de Agosto de 2004, fue el inicio de las victorias consecutivas del Chavismo.

5. Las elecciones regionales del 31 de octubre del 2004 (dos meses después del RRP), dio inicio a “política” de la lucha electoral por los espacio de poder.

6. Finalmente, las sospechosas negociaciones de las elecciones presidenciales del 03 de diciembre del 2006.

Es en estos escenarios, donde las distintas direcciones políticas de la oposición, no han sabido o no han podido construir una política alternativa a la de la élite política cubana, más allá de lo puramente electoral. Las direcciones políticas de la oposición, parecieran no haberse dando cuenta que, Venezuela constituye la herramienta geopolítica y geoestratégica fundamental de la élite política cubana, para negociar una salida al bloqueo económico, financiero y comercial que por más de 50 años mantiene los EE.UU. a la isla. Bloqueo que según el Economista cubano José Luis Rodríguez ha representado un costo acumulado hasta el año 2016 de 125.873 millones de dólares. Apuntemos finalmente, que el deshielo diplomático iniciado por el Presidente Obama en el 2014, no ha ayudado mucho en adelantar negociaciones sobre el desbloqueo económico.

La falta de atención y discusión a estos problemas, nos indican que nuestros políticos no tienen tiempo para leer. De allí que sus discursos y opiniones sobre la grave crisis que actualmente padece Venezuela, decepciona.

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