Opinión Internacional

Afirman que las FF AA preparan un fraude en favor de Fujimori

Desde que las encuestas confirmaron el espectacular crecimiento de la popularidad del candidato opositor Alejandro Toledo, los altos mandos de las fuerzas armadas sostienen permanentemente encuentros con el asesor presidencial Vladimiro Montesinos, para coordinar acciones destinadas a fortalecer la campaña reeleccionista del presidente Alberto Fujimori por medio de un supuesto fraude. La confirmación de las reuniones de la cúpula castrense se produjo al poco tiempo de conocerse el pronunciamiento de ocho oficiales del ejército, la fuerza aérea, la marina y de la policía, que exigieron la destitución de Montesinos y anunciaron que desconocerán la elección de Fujimori.

De acuerdo con una investigación del diario (%=Link(«http://www.larepublica.com.pe/»,»La República»)%), que cita fuentes militares, en una de las últimas reuniones de los jefes militares con el asesor presidencial, el jueves 23, se discutió una estrategia para afrontar el avance de Toledo.

Concentrados en la sede principal del Servicio de Inteligencia Nacional, los jefes de las tres armas acordaron que cada región militar designase un delegado para que se encargue de vigilar el plan para apoyar la candidatura de Fujimori.

En la citas también participan el ministro de Defensa, general Carlos Bergamino, y el general Rubén Wong, hombre de confianza de Montesinos. Wong es un experto en electrónica denunciado varias veces por su vinculación con el espionaje a políticos y periodistas.

Las reuniones son dirigidas por el mismo Montesinos y están dedicadas exclusivamente al proceso electoral en que los militares tienen participación decisiva, tal como denunciaron los observadores internacionales, como el Centro Carter y el Instituto Nacional Demócrata.

Sólo hace unos días, (%=Link(«http://www.larepublica.com.pe/»,»La República»)%) publicó fotografías donde se observa que soldados del ejército se dedican a desmontar el escenario donde había dirigido un mitin el líder de la lista parlamentaria oficialista.

El mismo periódico también reveló que en numerosos cerros de los alrededores de Lima, cuadrillas de militares pintaron lemas en favor de Fujimori. El presidente ordenó borrar las inscripciones, pero la medida se cumplió a medias.

La participación del Servicio de Inteligencia Nacional en la distribución de propaganda oficialista también ha sido denunciada, de la misma manera que la intervención del mismo organismo en un presunto operativo de fraude electoral.

En la reciente reunión de la cúpula militar con Montesinos se discutió la necesidad de fortalecer la coordinación de las reparticiones castrenses con las instituciones gubernamentales de ayuda social.

También se acordó que las dependencias militares de los tres institutos se vinculen con los Consejos Transitorios de Administración Regional, organismos a través del cual el gobierno ejecuta obras de desarrollo en todo el país.

Asimismo los militares en coordinación con el SIN desplegaron un operativo para enviar personal de tropa para que enseñe a votar a los habitantes de poblados antes dominados por las columnas guerrilleras del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru y Sendero Luminoso. No se trata de una acción cívica sino de influir en los pobladores para que voten por Fujimori.

Mientras tanto, cinco candidatos presidenciales sostuvieron una reunión para discutir los problemas que se presentan en el proceso electoral, como la intervención abierta de los militares.

Todos se adhirieron al informe del Centro Carter y el Instituto Nacional Demócrata, que registra diversas denuncias sobre la participación de militares en la campaña por la reelección.

De acuerdo con las leyes peruanas, las fuerzas armadas tienen a su cargo la custodia de las urnas electorales hasta que se produzca el conteo de los votos. Existen sospechas de que el papel que les asigna el estado a los militares podría ser aprovechado para alterar la voluntad popular.

Son los militares quienes además distribuyen en el territorio nacional al menos el 60% del total del material electoral que se utiliza el día de la votación, y son los que trasladan las urnas para el recuento.

Según fuentes militares, después que se conoció el crecimiento de Toledo y se hizo evidente la posibilidad de la derrota de Fujimori, el asesor Montesinos y la cúpula castrense cambiaron de estrategia.

Dejaron de pintar lemas oficialistas, distribuir propaganda en favor de la reelección y atacar a los candidatos de oposición, para concentrarse en controlar los resultados en aquellas zonas donde nadie, excepto ellos, tiene presencia.

De las 81 mil mesas electorales que se instalarán en el país, alrededor del 15% están en áreas donde las fuerzas armadas ejercen el control absoluto. Esto implica que 1.800.000 votos podrían tener el destino que deseen los militares.

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