Opinión Internacional

Alerta 2013

El año 2012 termina con el país presentando su mayor índice de desempleo de la historia, con los turistas brasileros gastando 20 billones de dólares en el exterior, con la desigualdad disminuyendo y el salario promedio del trabajador subiendo. Casi todo permitiría hacer del último artículo del año un momento de celebración. Pero, al revés de un tradicional Año Nuevo, es más correcto alertar sobre los riesgos de aquí en adelante.

La inflación muestra señales de salirse del control. La tasa sería aún mayor si no fuese por las medidas artificiales de control de precios, que no pueden durar mucho, y van a cobrar un precio alto cuando se agoten como, por ejemplo, la represión al precio del combustible, que desequilibra financieramente a Petrobras. Cabe alertar que la inflación sobre los bienes de consumo de las clases más pobres, en casi el 8% en este año, reduce sustancialmente los resultados de la Bolsa Familia y los aumentos en el Salario Mínimo.

El reducido desempeño del PIB tiene características estructurales que difícilmente serán superadas de manera estable, si la economía no fuera capaz de hacer dos inflexiones. Primera, cambiar la exagerada preferencia por el consumo que sacrifica al ahorro.  Esta falta de ahorro no está vinculada apenas a la preferencia por el consumo, sino también a la falta de oportunidades de inversión en los sectores más dinámicos de la economía moderna. Por eso, la segunda inflexión es desarrollar la capacidad de innovación para que la economía brasilera ofrezca oportunidades, en el sector de productos de alta tecnología, lo que exige una revolución educativa que todavía no ha comenzado, ni siquiera ha sido anunciada en el 2012.

Es necesario alertar sobre el aumento en los gastos públicos que seguirán presionando aún más sobre el riesgo de elevación de la inflación.

Como si no bastaran las alertas en cuanto a la economía, Brasil necesita ver otros riesgos futuros.

El año comienza con enfrentamiento entre los poderes: el Poder Ejecutivo muestra cada vez más su poder hegemónico, sin respetar al Congreso Nacional que, subordinado, acepta aprobar todo lo que el gobierno determina, y acumula 3.060 vetos presidenciales sin votación; el Tribunal Supremo Federal tomando medidas que se contraponen a la voluntad del Congreso que, por incompetencia, inapetencia o descuido en legislar de forma clara, le da a la Justicia el poder y la obligación de interpretar la Constitución, legislando porque los congresistas no legislan. No por nuestra voluntad, podremos enfrentar la pérdida de mercados externos de nuestros productos, en su mayoría primarios, por la crisis económica mundial o por fenómenos naturales, afectando la estabilidad monetaria, el crecimiento de la economía e incluso la sustentabilidad y la eficiencia de los programas sociales.

Al año 2012 forma parte de un ciclo de 20 años de continuo avance, pero es necesario alertar que los pilares de ese período están por agotarse. Por eso, al lado de la celebración del año que termina, nos hace falta alertar sobre el futuro que comienza en el 2013

*Cristovam Buarque es profesor de la Universidad de Brasilia y senador por el PDT-DF.

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