Opinión Internacional

Algo extraño en tiempos de crisis: vive Estados Unidos un nuevo baby-boom

Estados Unidos podría estar entrando en un nuevo período de «baby-boom», de acuerdo con las cifras que acaba de difundir el Centro Nacional de Estadísticas en Salud (NCHS, o National Center for Health Statistics). Los 4.317.119 bebés nacidos en 2007 establecieron un récord histórico, que superó al de 1957, cuando se había dado el anterior pico de nacimientos entre los «baby-boomers» de la posguerra (nacidos entre 1946 y 1964).

Las cifras de 2007 llegan, sin embargo, a destiempo. O con un «delay» que las deja desfasadas con la realidad. Es que de acuerdo con la sociología más ortodoxa, el crecimiento en los índices de natalidad es la consecuencia de un clima de bienestar económico y social. Bienestar que, en estos momentos de catástrofe financiera global y despidos en masa, parece un fenómeno exclusivo para los libros de historia o de la futurología más optimista. Por eso es que, según prevén en el NCHS, es probable que la tendencia alcista en nacimientos se amesete en los registros de 2008 y empiece a descender mucho en los de 2009. Reacción frente a la crisis, como ocurrió con la población norteamericana en los años 30, durante la Gran Depresión.

Los nacimientos del penúltimo año de la era Bush, con una ratio de 69,5 bebés por cada 1.000 mujeres de entre 15 y 44 años, marcaron el mayor índice de fertilidad desde 1990, que hoy se ubica en 2,1 por mujer. Pero el desglose de esas estadísticas de 2007 arroja algunos datos más que influirán en el futuro comportamiento político y social del país del Norte. Y probablemente, también por el «track-record» en liderazgo de los EE.UU. en el mundo.

Un cambio profundo supone que casi el 40% de los nacimientos en 2007 correspondió a madres solteras (un aumento del 5% con respecto a 2006, consolidando una tendencia que empezó a pronunciarse a partir de 2002). Así, en 2007 hubo 52,9 nacimientos cada 1.000 mujeres no casadas de entre 15 y 44 años.

Para Fabián Perechodnik, director de la consultora Poliarquía, el salto demográfico en ese grupo social se explica por la «expansión económica de esos años, y al mismo tiempo por los cambios respecto de la construcción de las familias modernas, con madres solas o con parejas homosexuales». «Es un fenómeno paradojal», agregó Perechodnik a este diario, «porque durante la década de Bush, ultraconservadora y tradicionalista, la sociedad terminó reaccionando hacia una transformación más liberal y menos ortodoxa».

Pero los datos de NCHS también revelan que es entre las solteras adolescentes -las «teens», o menores de 20- donde la modificación en el índice de nacimientos aparece como más honda. Entre las madres adolescentes de 15 a 19 años aumentó el 6% en 2007 (con 42,5 nacimientos cada 1.000 «teens»), una tendencia que había sido revertida en 1991 y que rebotó en 2005, cuando la curva comenzó a crecer a un promedio de 4% anual.

La franja de adolescentes de 17 a 19 años (edad en la que los jóvenes estadounidenses dejan sus familias para comenzar el «college» y la universidad) es la que mayor caudal de nacimientos presenta: 73,9 bebés nacidos cada 1.000 mujeres (contra 22,2 bebés cada 1.000 en el segmento de las de 15 a 17 años). El otro segmento que viene marcando un incremento sostenido en nacimientos es el de las solteras de mediana edad, de 30 a 34 años, con 99,9 nacimientos cada 1.000 mujeres, y con un crecimiento anual del 5%. Éste es el grupo de las profesionales que deciden postergar su embarazo hasta tanto tener definida su carrera laboral.

Más allá de la edad de estas mujeres solas al momento de ser madres, lo cierto es que los casi 2,5 millones de bebés que ellas dieron a luz en 2007 conformarán la generación que seguramente dirigirá o tendrá mayor injerencia en el destino de Estados Unidos a partir de 2030. Y no cabe duda que esta camada, llegada al mundo en medio de la transformación de la familia tradicional, dejará una impronta más fuerte. Con una brecha generacional más diferenciada que las que dejaron las anteriores.

En cuanto a las generaciones venideras, «si la crisis del 30 provocó un ‘parate’ en el crecimiento demográfico de EE.UU., el impacto de la actual debería ser mayor, y sobre todo entre el segmento de madres solteras, con mayores riesgos económicos», señala Perechodnik. Con una población que tocó 306 millones a mediados de marzo 2009, los EE.UU. están terceros en la escala demográfica mundial (después de China con 1.336 millones e India con 1.161 millones de habitantes). Aunque representan 5% de la población total, debido a su liderazgo indiscutido, su incidencia a nivel global es decisiva y es la que abre generalmente el camino del cambio. Esto es lo que puede estar anticipando la estadística de nacimientos de 2007.

Publicado en Ámbito Financiero, Buenos Aires

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