Opinión Internacional

CAFTA es un tema de seguridad nacional

Con el pasar de los años he tenido la oportunidad de viajar muchas veces a Centroamérica. No hace mucho la región estaba desgarrada por la guerra civil y regida por gobiernos autoritarios. Recuerdo las décadas cuando Estados Unidos estaba preocupado por la creciente tendencia al radicalismo marxista en la región y las implicaciones que esto tenía para la seguridad norteamericana y hemisférica. Y, sin embargo, en los últimos veinte años los países de América Central se han transformado de manera impresionante, un mérito que pertenece esencialmente a sus laboriosos y decididos pueblos.

Las dictaduras han dejado paso a democracias y las rivalidades que amenazaban la estabilidad son reliquias del pasado. Los líderes centroamericanos buscan oportunidades para cooperar entre sí y con Estados Unidos en muchos terrenos: económico, científico y militar. Muchos han enviado soldados a Irak y han apoyado nuestros esfuerzos en la lucha mundial contra el terrorismo.

El Congreso de EEUU considera la aprobación del Acuerdo de Libre Comercio para América Central y la República Dominicana. Aunque resulte un tanto insólito que un secretario de Defensa comente asuntos comerciales, la aprobación del CAFTA es vital para la continua estabilidad, seguridad y democracia de América Latina y, por consiguiente, para nuestros intereses estratégicos.

En resumen, creo que CAFTA es tanto un asunto de seguridad como económico, para estos países y para nosotros. Al aprobar CAFTA, Estados Unidos va a fortalecer a los defensores de la libertad y la apertura en América Latina. El rechazo del acuerdo, por el contrario, pudiera socavar gravemente las fuerzas de la libertad y llevar a una era de crecientes problemas en la seguridad transnacional. La historia ha mostrado que las reformas políticas, el progreso económico y la seguridad están íntimamente vinculados; ninguno puede tener éxito sin los demás.

En realidad, si uno fuera a mirar a la Tierra desde Marte, vería que los países que tienen sistemas políticos y económicos relativamente libres son los países donde la gente generalmente vive bastante bien. Tienen mayores oportunidades, viven en paz con sus vecinos y sirven de modelo para otros que quieren, aunque no tienen, sistemas libres. Si Centroamérica va a consolidar el progreso que ha hecho en las últimas décadas, sus pueblos necesitan sentir los beneficios tangibles de los sistemas democráticos. Los países de la región siguen siendo pobres, y una continua carencia de oportunidades económicas pudiera volver a hacerlos vulnerables a la inestabilidad y los conflictos internos, con serias consecuencias para todo el hemisferio. El presidente Bush y los miembros de su gabinete han esbozado claramente los beneficios económicos de CAFTA, para EEUU así como para Centroamérica y la República Dominicana. Como secretario de Defensa, yo también veo a CAFTA como una necesidad estratégica.

Este período ha sido llamado »el momento mágico» para Centroamérica. El ascenso de una América Central libre y pacífica ha permitido formar alianzas para combatir contra los narcotraficantes, los secuestradores, las pandillas y los terroristas: combinaciones antisociales que amenazan nuestro país. Los crecientes vínculos entre Estados Unidos y Centroamérica dificultarían los esfuerzos de los que quieren volver a los días de la corrupción, la violencia y la hostilidad hacia Estados Unidos.

Los centroamericanos estuvieron entre los primeros en ponerse junto a nosotros tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, ofreciendo apoyo y amistad. Los países centroamericnaos ayudaron a restaurar el orden en Haití y están trabajando con Estados Unidos en asociaciones militares tanto dentro como fuera de la región. En lo que nuestro país sigue tomando la ofensiva contra el violento extremismo que amenaza las sociedades civilizadas, hemos podido hacerlo confiados en que nuestro hemisferio es una zona de paz y libertad.

En mi opinión, un rechazo de CAFTA significaría más que detener esta cooperación y mucho del progreso de la región. Nuestros vecinos no viven en un vacío y afrontan presiones para revertir su posición proamericana. Cuba y Venezuela –que no son amigas de EEUU– están promoviendo el radicalismo y tratando de subvertir los gobiernos democráticos de la región. En realidad, Venezuela está cabildeando activamente a los legisladores de Centroamérica para que voten contra el CAFTA. Este puede ser un momento de tremenda promesa para América Central si aprovechamos las oportunidades que CAFTA representa. Nadie puede saber el futuro. Pero si Estados Unidos y sus vecinos fortalecen sus vínculos, este »momento mágico» de Centroamérica pudiera convertirse en un viraje histórico: una época en que una región de 47 millones de habitantes en rápido desarrollo pudiera conseguir mayor prosperidad y poner sobre bases firmes su papel como socio y amigo de Estados Unidos. La próxima votación sobre el CAFTA es de seguridad nacional. Que no quepa duda.

(*): Secretario de Defensa de los Estados Unidos. Fuente: Miami Herald

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