Chávez, némesis de las FARC
Chávez, impetuosamente, como es su estilo, levantó su celular global y llamó a un jefe de la guerrilla colombiana FARC, pero los servicios de inteligencia captaron la llamada y detectaron el punto de recepción, en territorio ecuatoriano, cerca de la frontera colombiana.
En rápido desplazamiento, las fuerzas armadas colombianas atacaron con helicópteros y dieron muerte al hasta entonces esquivo jefe guerrillero Raúl Reyes, dándole muerte y provocando un incidente internacional. Hasta allí llegó el papel de Chávez. También Chávez exhortó a los gobiernos del mundo a ‘reconocer’ a las FARC como ‘fuerza insurgente» y no como bandidos que asesinan, secuestran y están asociados con mafias de la droga.
Sólo ha conseguido que en muchas ciudades del mundo se realicen manifestaciones de repudio a la narcoguerrilla. EL errático presidente venezolano presentó a las FARC una petición para que libere a las docenas de secuestrados, gestión que, según dijo, era un gesto humanitario, los narcoguerrilleros dejaron en libertad a cinco, entregándoselos a Chávez, y ello solo sirvió para que el mundo conozca por sus relatos el horror de esas prisiones escondidas en la maraña de la selva.
Chávez incluyó en su fracasada gestión a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt. El veterano jefe de la banda, Manuel Marulanda fue sordo al pedido humanitario del mandatario venezolano, mientras se teme que la desfalleciente secuestrada franco-colombiana esté muriendo lentamente ante la indiferencia del anciano Marulanda y al despreciado Chávez en su grosero entrometimiento en vidas y destinos de políticos y naciones. Hugo Chávez se ha convertido en la Némesis de la organización narcoguerrillera FARC, exponiéndola al escarnio global y su posible autodestrucción.