Con Fox hay aún más tono de fiesta que de Gobierno

El Gobierno de Vicente Fox, aún celebra su triunfo electoral del pasado 2 de julio pero no gobierna como era de esperarse, y el partido que lo sustenta, el conservador Partido Acción Nacional (PAN), exhibe pretensiones de partido de Estado, excluyente, como lo fue el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que perdió la presidencia de México después de haberla retenido durante 71 años. Éste es el criterio de la presidenta del PRI, Dulce María Sauri, quien define ideológicamente al nuevo jefe de Gobierno evocando los pasos de un baile que hizo furor en los setenta: la yenka.

«El presidente Fox baila la yenka», dijo en un encuentro con un grupo de corresponsales extranjeros. Los creadores del baile instruyeron sobre los movimientos a ejecutar por los danzantes: «Izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, un, dos, tres». Sauri siente que Fox sigue celebrando el primero de diciembre. «Hay un tono todavía de fiesta y poco tono de gobierno». Sauri rechazó que el partido fundado en 1929, que durante décadas ocupó el centro, la derecha y la izquierda, vaya a escindirse por las facciones que pugnan por su control después de la histórica derrota del pasado 2 de julio. Algunos aspectos del repliegue militar de Chiapas, añadió, no gustan al Ejército, concretamente la retirada de la munición de los fusiles de un destacamento para evitar posibles incidentes con manifestantes civiles.

El nuevo PRI será popular, nacionalista, y, en ese contexto, de izquierdas. «El PAN tiene que evadir la tentación, materializada en hechos, de ser lo que fue el PRI hace 30 años. Ya hemos visto actuaciones del PAN, y no solamente como actuaba el PRI cuando no había virtualmente oposición, sino como se imagina que lo hacía entonces», señaló Sauri. La oposición a Fox, prometió, no será sistemática. «No somos el perro del mal», señaló. «No vamos a permitir que para disimular los eventuales fracasos de Gobierno nos echen la culpa de todo a nosotros, al pasado priísta».

Pregunta. ¿Y la yenka del PRI hacia dónde va?

Respuesta. Nos queremos ubicar como un partido que responde a intereses populares, con un profundo compromiso social, y básica y esencialmente, nacionalista. Será un partido de izquierdas si está definido en ese espectro.

¿Algo así como el PSOE en España?

Digamos que tenemos vidas paralelas. Esperemos que ese proceso coincida y que el PSOE recupere el Gobierno y nosotros también.

¿Qué cambios introducirán para conseguirlo en el año 2006?

Reconstruir nuestra relación con la sociedad, presentarnos como un partido de oposición y de opción, recuperar el encuentro con nuestras tradicionales bases de apoyo, las clases medias urbanas, y los jóvenes que no supimos retener.

¿Pero qué les diferencia entonces del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el otro partido de oposición, que también reclama el espacio de la izquierda, y el nacionalismo?

El PRD es estatista, todo lo resuelve el Estado. Nosotros consideramos que debe haber una dirección del Estado, pero no una preeminencia o aniquilación de las fuerzas de la sociedad por parte del Estado. El PRI supedita sus intereses a los de la sociedad, y para ellos primero es el interés del partido, aunque se lleve por delante a la sociedad a la que supuestamente quieren servir.

¿Puede hablarse de la existencia de dinosaurios dentro del PRI, de dirigentes apegados todavía a los fraudes y vicios antidemocráticos del pasado?

El único saurio en el PRI soy yo, y lo digo por mi apellido.

¿Cómo están siendo los primeros días como partido de oposición después de haber nacido como partido desde el poder?

La relación con la presidencia de otra fuerza política apenas se está iniciando. No es una adaptación sencilla por eso mismo, porque el PRI nació desde el poder, no desde la oposición. Y no se trata de la oposición a un partido diferente, sino a un proyecto antagónico en muchos aspectos porque el PAN nació en 1939 precisamente para oponerse a todo lo que representaba entonces el Partido Nacional Revolucionario (PNR), el antecesor del PRI. El Gobierno de la revolución, y el PNR, por ejemplo, luchaban por el reparto de tierras, y el PAN se oponía. El Gobierno luchaba por una educación laica y gratuita, y el PAN luchó por una educación por principios religiosos, etcétera.

¿Entonces el PRI va a ser un dique de contención a las grandes reformas nacionales propugnadas por Fox?

No, pero nos opondremos a los planes antipopulares, a que los nuevos ingresos que busca el Gobierno para financiar sus proyectos salgan de los mexicanos más pobres.

¿Qué le parece la retirada militar de Chiapas?

La vemos con interés y preocupación. Interés por el esfuerzo por cumplir con las exigencias del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN); preocupación porque el Ejército garantiza la estabilidad y la paz dentro de comunidades con el tejido social en descomposición. Al retirarse, si no hay una previsión de mantener una presencia de fuerza pública pueden propiciarse las condiciones de enfrentamientos entre esas comunidades.