Opinión Internacional

Correa: ¿Nuevo socio de las FARC?

Si hay algo que celebrar de las FARC es lo ordenadas que son a la hora de registrar sus pasos. Quizás sea muy difícil obtener otro ejemplo en el mundo de una organización narcoterrorista que con tanto celo deje constancia documentada de sus decisiones políticas, de los vínculos políticos y financieros que mantiene, de la correspondencia epistolar entre sus mandos y de los movimientos de capitales que realiza.

En los días que corren hemos visto confirmar, sin lugar a dudas, los lazos que unen a esta organización con el irascible e inmaduro presidente de Ecuador.

El lamentablemente célebre Mono Jojoy, alto jefe de las FARC, ha aparecido en un video declarando ante sus subalternos los contactos que han sostenido con Correa y su gobierno, y señala los jugosos aportes en dólares que hicieron a la campaña electoral de aquel.

Ante esta evidencia, el señor Correa ha reaccionado diciendo, primero, que el tal video era un montaje, pero después, ante la claridad y veracidad del mismo, no le quedó otra que admitir la posibilidad de que miembros de su campaña se hayan acordado a sus espaldas con la mencionada organización terrorista.

Obviamente, esto pudiera ser verdad, y no es la primera que ocurre. ¡Cuántas historias no se conocen en política y otros campos en las que ciertos personajes que integran el entorno de hombres públicos o empresarios se arrogan representaciones para obtener beneficios personales o grupales que los presuntos representados desconocen¡
Sin embargo, si hacemos un análisis más amplio del asunto y lo concatenamos con otros hechos ocurridos anteriormente, la hipótesis de que estamos frente a iniciativas que ignoraba el señor Correa francamente se derrumba estrepitosamente.

De todos es conocido el episodio del bombardeo que el gobierno colombiano realizó de un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano y en donde plácida y tranquilamente dormían los narcoterroristas. El hecho tuvo lugar el 1º de marzo de 2008 y allí murió el segundo jefe de ese movimiento, conocido en los bajos fondos como “Raúl Reyes”. En esa oportunidad fueron encontradas varias computadoras con mucha información, cuya veracidad, puesta en duda inmediatamente por los gobiernos de Venezuela y Ecuador, fue certificada luego por la INTERPOL.

Aunque inicialmente el presidente de Ecuador no objetó la acción, pocas horas después la condenó como una violación del territorio, desencadenándose así un encontronazo entre ambos gobiernos, al que absurdamente se sumó el de Venezuela, manifestándose solidario con Correa y enviando tropas a la frontera colombiana.

Días después, en República Dominicana, en la reunión del Grupo de Río, el enfrentamiento fue zanjado, gracias a un prudente manejo del presidente Fernández y otros actores, y al interés de Correa y de Chávez de que no se alborotara más el avispero, aunque se sabía que la información de la computadora seguiría pendiendo como una espada de Damocles que podría ser utilizada eventualmente en el futuro.

Y el futuro llegó. Los desencuentros y roces entre los países latinoamericanos no han cesado, y los lazos pegados con saliva de loro en las reuniones internacionales, se han roto inexorablemente al calor de las realidades.

Y una de esas realidades es que existe un proyecto político-ideológico en marcha cuyo sino es la conflictividad permanente; el sobresalto que significa pretender retroceder en el tiempo, hacia estadios superados de la política y de la economía, con modelos autoritarios contrarios a la vigencia de la democracia representativa, el Estado de Derecho, la división y autonomía de los poderes y la garantía plena de los derechos humanos.

Este proyecto es el causante de lo que hoy sucede en Honduras y de lo seguirá sucediendo en otros países, en especial, Colombia y Ecuador, países-objetivo en el plan desestabilizador hemisférico.

No obstante, hay razones para agradecer a las FARC su cuidado en guardar la información. Llegado el momento, como decíamos más arriba, los computadores de Reyes aparecen de nuevo para esclarecer las relaciones entre Correa, Chávez y los narcoterroristas.

Y cuando menos lo esperábamos, sale a la palestra un periodista colombiano, Juan Manuel Ruiz, Sub-Director Nacional de Noticias de RCN de Colombia, quien ha dedicado varios días a la revisión de 300 páginas correspondientes a los correos electrónicos desde julio de 2005 a febrero de 2008 (http://media.rcn.com.co/plantillas/audio.php?ubicacion=Especial2-julio22.mp3), entre Raúl Reyes, una diputada constituyentista ecuatoriana, María Augusta Calle (alias Alicia) y el ya fallecido Tiro Fijo, contenida en el ordenador del primero. En este intercambio epistolar queda al descubierto que las relaciones entre el comando de campaña electoral de Correa y los señores de las FARC son de vieja data. Por cierto, en estos correos, se habla de una supuesta traición de Lucio Gutiérrez.

Allí se puede corroborar lo de los aportes económicos de las FARC (300.00 USA-dólares) que el Mono Jojoy confirma en el video mencionado, las reuniones efectuadas entre algunos de los que fueron después ministros del gobierno de Correa con el Secretariado de esa organización terrorista (Gustavo Larrea, Ministro de Seguridad, alias “Juan”) y los compromisos que se asumieron (cualquier captura de un miembro de las FARC en Ecuador no será entregado al gobierno colombiano sino a las FARC).

Es de destacar las consultas que hace el gobierno de Correa a las FARC sobre el nombramiento del nuevo Ministro de Defensa, René Vargas. Los narcoterroristas se oponen a esta designación, y en efecto el señor Vargas es nombrado en otro cargo. Se mencionan también una reunión bolivariana en Quito, la participación de Chávez, las felicitaciones de las FARC por el triunfo de Correa, así como la ponderación de las actitudes antiimperialistas de éste y su compromiso con el bloque Chavez-Lula-Kirchner-Castro.

A tal punto llegan estos contactos y compromisos que los expedientes levantados contra los guerrilleros colombianos detenidos en Ecuador, de acuerdo con los correos examinados, son enviados a las FARC.

Pero lo más grave de todo, es el correo del 18 de enero de 2008, en el que Reyes informa a Tiro Fijo sobre la visita que recibió del ministro Larrea en la cual éste lleva un saludo del presidente Correa y plantea varios puntos a las FARC, a saber: la necesidad de oficializar las relaciones, de coordinar actividades sociales en la frontera; la disposición de cambiar autoridades hostiles a las FARC; y la ratificación de no cooperar con el gobierno de Colombia en la lucha contra los guerrilleros. Igualmente, preguntan si las FARC están interesadas en que se les reconozca beligerancia; les informan que van a demandar a Colombia sobre el asunto de las fumigaciones, así como que van a retirar la licencia a la base norteamericana en Manta, lo que hicieron posteriormente.

Este cúmulo de evidencias son concluyentes respecto de las relaciones estrechas entre la narcoguerrilla y “el inconsistente e inexperto” (FARC dixit) Correa. Quien no quiera verlas, es porque está desconectado de la realidad o las apoya.

Momentos muy movidos nos esperan en el hemisferio. Correa está formando parte de una estrategia enloquecida que de no frenarse podrá causar graves perjuicios a nuestros pueblos, principalmente a los más pobres. Confiamos en que la comunidad internacional y hemisférica tome consciencia de ello y actúe.

EMILIO NOUEL V.

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