Opinión Internacional

Crónica desde el Potomac: Sobre lo impensable.

Me ha tocado ser testigo cercano de un acontecimiento trascendental, que va
a cambiar nuestras vidas de ahora en adelante, de muchas maneras todavía no
fáciles de predecir. No puedo decir que fui un espectador en primera fila,
por el hecho de estar viviendo cerca de Washington, pues todos tuvimos
asiento en primera fila gracias a ese mundo globalizado, que por mas que se
denigre de él y se intente desconocer, es una realidad tecnológica. Por lo
tanto, no perderé tiempo comentando lo que todos vimos y podemos seguir
viendo en la televisión.

Ayer todo fue cerrado en esta Capital y sus suburbios: aeropuertos,
edificios públicos, centros comerciales, escuelas, hasta el servicio postal
trabajo a media maquina. El congestionamiento fue enorme, pero sin caos, ni
desorden, multitudes por las calles buscando una forma de regresar, temiendo
encontrarse con un metro congestionado, cosa que nunca ocurrió. (Solo tres
estaciones fueron cerradas y una línea, la que va a Pentagon City, fue
parcialmente desviada). Los teléfonos colapsaron, particularmente los
celulares, (todavía hoy no he podido comunicarme con algunos amigos en NY.)
Poco después de las 3 PM. la mayoría de las personas había regresado a sus
casas a contemplar por la televisión la tragedia y como el mundo que
conocemos se desmoronaba junto con las torres del World Trade Center.

Escuche por la TV en uno de los canales locales a uno de los reporteros
comentar que todos esperaban que el rewind del video tape, que se devolviera
y todo volviera a ser como antes. Parecía una de esas películas de ataques
de extraterrestres, tragedias naturales o meteoritos chocando con el
planeta, pero una vez mas la realidad superó holgadamente a la fantasía y la
imaginación, con la diferencia de que aquí no todo acaba con la palabra The
End, y el publico saliendo de la sala de cine o disponiéndose a ir a la cama
después de ver una película en HBO o en DVD, esto no tiene final.

Hoy todo vuelve a la «normalidad», aunque esa palabra ya no esta en el
diccionario. El trafico mas pesado que de costumbre pues me imagino que la
gente trata de llegar temprano a sus trabajos. Me dicen por teléfono que hay
poca gente en la calle, poca gente en el metro, la gente se reincorpora
lentamente a sus actividades, a concluir lo que no empezó ayer (recuerden
que todo comenzó muy temprano, y eso de 9 to 5 es como en cualquier parte
del mundo, solo parcialmente cierto). Si quedaba alguna duda de que este es
un pueblo organizado, se disipo completamente ayer; la policía y los
bomberos dedicados a sus tareas y la guardia civil solo apareció al
atardecer, (cuando la gente regreso a sus casas y los que pertenecen a ella
se incorporaron al llamado). La gente y las propiedades no necesitaban ser
protegidas de desmanes y desafueros. Inmediatamente, de manera silenciosa,
los hospitales se llenaron de voluntarios y de donantes; la gente no
atiborró los auto mercados ni las estaciones de gasolina; nadie corrió por
las calles ni se oían sirenas histéricas de policías o bomberos. Las
escuelas, al menos en Maryland, cerraron hora y media antes y la gente
espero pacientemente a que los transportes trajeran a sus hijos a casa, no
hubo aglomeraciones para buscarlos en las escuelas, solo fueron aquellos que
siempre lo hacen y no fue necesario que nadie lo advirtiera.

Mañana… es difícil imaginar esto, pero pensemos por un momento que hay
establecimientos comerciales que tienen mas de 40 años funcionando sin
cerrar sus puertas nunca, ni en navidad, ni en año nuevo, ni en Thanks
Giving
, y ayer cerraron. El béisbol no se había suspendido desde la segunda
guerra mundial, (obviamente tiene mucho que ver con las dificultades de
conexión aérea) , pero eso nos da una magnitud de la tragedia por la que
pasa el pueblo norteamericano, que a diferencia de nosotros, le cuesta mucho
más expresar sus emociones y sentimientos. Eso puede ser lo mas grave en
todo esto. Algunos comparan esto con Pearl Harbor y no podemos olvidar que
la reacción a Pearl Harbor fue Nagasaki e Hiroshima. El ciudadano común,
poco organizado para actuar de manera colectiva, le cuesta expresarse pero
la ira contenida puede manifestarse de manera peligrosa, encerrándose mas en
su mundo o reaccionando de manera violenta. Todavía es prematuro para hacer
conjeturas, pero esos miles de muertos y ese ataque a los símbolos a los
cuales se aferra un pueblo poderosamente organizado, no se van a quedar sin
respuesta.

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